El eslogan más conocido de uno de nuestros colaboradores, Fundación Mapfre, es muy popular pero tiene mucho sentido: "La carretera no es un circuito". Años atrás, cuando en España había apenas tres circuitos permanentes, los aficionados a la conducción deportiva no tenían otro remedio que practicar su técnica, mejor dicho su valor, en carreteras de montaña.
Pero incluso la mejor carretera tiene demasiados riesgos: guardarraíles, ninguna "escapatoria", tráfico de frente, sorpresas (grava o gasoil) en el pavimento… y por supuesto, en el peor de los casos, auxilio siempre lejano. Todo lo contrario a lo que ofrece un circuito: amplios espacios sin obstáculos, firme de calidad, auxilio inmediato ante un problema y desde luego poder repetir cada dos minutos aproximadamente el mismo trazado.
Hoy en día no sólo contamos con numerosas instalaciones sino que en ellas se organizan muchos cursos y tandas: no hay excusa para conducir en carretera como si estuviéramos en un circuito. Ya hemos citado en esta serie "Conducción segura" que buena parte de los accidentes mortales en moto ocurren en carretera y en fin de semana, y con motos relativamente de alta cilindrada, de más de 500 cc.
En lugar de demonizar estos datos como hace la DGT, olvidando interesadamente que proceden de una simple estadística de utilización (por supuesto, los motociclistas tenemos los accidentes cuándo y dónde usamos las motos…) y de achacarlos a la falta de dificultad a la hora de sacarse los permisos –la mayoría de usuarios accidentados, como reconocen sus datos, son conductores de entre 35 y 42 años... y con diez años de carné–, sí es muy importante mejorar nuestra formación práctica. A ello dedicamos esta serie "Conducción Segura", pero a ello estamos dedicándonos desde hace ya 11 temporadas en nuestra "Escuela de Conducción Action Team", y en ello ocupamos también desde este 2008 nuestra "Escuela de Conducción Segura Kawasaki SAFE School".
Los cursos de la "Escuela Action Team" dan la oportunidad de aprender a rodar en circuito bajo una monitorización experta y pedagógica, con lo que el nivel de seguridad en carretera aumenta exponencialmente, aparte de divertirnos explorando los auténticos límites de nuestra moto… y los nuestros. En la "SAFE School", enseñamos además cómo prevenir situaciones de riesgo en clase teórica, con aprendizaje también práctico de cómo actuar cuando la citada prevención no es suficiente, además de servir como introducción a ese "paraíso" que es el circuito para nuestras motos.
En el curso de la "SAFE School" se dispone de varios circuitos donde cada participante puede poner a prueba, bajo las mejores condiciones de seguridad, su control sobre la moto, su equilibrio y también su capacidad de reacción para aprender a valorar como se producirán las reacciones de su moto al frenar sobre una superficie deslizante. Así, se prueba "con" o "sin ABS" sobre superficies mojadas sobre motos dotadas de ruedas laterales estabilizadoras para descubrir las reacciones de nuestra moto en esas condiciones (sin caerse).
Por supuesto, el siguiente paso del curso es aprovechar esta práctica en tandas de vueltas al circuito, donde se realizan unas prácticas en todo punto similares a los clásicos "cursos de conducción Action Team. Tras las teóricas, a ritmo moderado para seguir perfectamente la trazada marcada por los monitores pero siempre suficientes como para poner en práctica todo lo aprendido sobre trayectorias, puntos de frenada, posición del cuerpo, carga de pesos sobre manillares y estriberas, se aprecian las ventajas de este medio frente a la carretera.
CUESTIÓN DE PRÁCTICA
Subir a sumario
"Resetéate": Conducimos nuestra moto de modo intuitivo, sin haber recibido formación teórica o práctica alguna, de modo que podemos estar dándonos de bruces contra algún defecto o vicio mal aprendido que nos bloquea nuestro aprendizaje. Antes de pensar en trazar mejor que Doohan o en frenar más tarde que Stoner, debemos fijarnos en cómo se mueve básicamente un vehículo de dos ruedas: qué ocurre cuando presionamos sobre los puños del manillar –la moto "cae" justo hacia el lado contrario de donde éste "parece girar"–, o sobre las estriberas. Efectivamente, la moto se cierra con sólo apoyar el peso sobre la estribera interior... o el culo, al "colgarse", sobre el lateral del asiento interno a la curva. Combina ambas maniobras y sabrás cómo hacer que la moto haga por fin lo que deseas que haga, y nada mejor que probar todo esto en un ambiente tan controlado.
"Paso a paso": Paco de Lucía no aprendió a tocar la guitarra haciendo ya en sus primeras lecciones escalas por el mástil a toda velocidad, sino colocando cada dedo donde se debe, paso a paso, y aumentando el ritmo una vez está todo bien aprendido. Independiza cada maniobra, sabrás por qué, cómo y cuándo se produce cada una de las reacciones de la moto... y aumenta el ritmo sólo al final del cursillo. No creas que estás en tu primera carrera. Y si te lo has pasado divino –lo mejor que has hecho jamás con la ropa puesta– y "Dios te ha llamado por este camino", te invitamos a dar otros pasos más… Desde un curso de conducción, a uno de perfeccionamiento de pilotaje, hasta colocarte un dorsal y cumplir tu sueño: disfrutar y demostrar lo que vales. Por entonces ya te habrás dado muy buena cuenta que "la carretera no es un circuito".
Subir a sumario