Siempre es agradable mantener una conversión con Joan. Es un tipo que se deja llevar por sus emociones y aparca las estrictas pautas que marcan los fabricantes para dar a conocer su auténtica personalidad. Sencillo y de trato amigable, el castellonense nos dejó bien claro que tiene lo que hay que tener para ser el nuevo punto de referencia de la especialidad. Solo hay que esperar que la fortuna le sonría un poco.
Pese a que las cosas no han salido como deberían... ¿Estás satisfecho?
«Los resultados no han acompañado, pero llego a casa con la conciencia muy tranquila y con sensación de haber hecho un gran trabajo. No me cabe la menor duda de que la labor que hemos hecho a lo largo de la temporada ha sido excelente y, a pesar de que el resultado final está muy lejos de lo que esperábamos, nos ha quedado a todos un buen sabor de boca».
¡Qué pena los problemas sufridos en las primeras etapas!
«Ha sido una verdadera lástima. Creo que tomamos las medidas necesarias para afrontar con éxito el Dakar. Sé que hubiéramos hecho un gran papel. Nos preparamos concienzudamente todas las etapas y opino que hemos demostrado un extraordinario nivel, tanto personal como de marca. Sin embargo, hay que dejar claro que aún estamos creciendo profesionalmente y, a causa de ello hemos cometido varios errores mecánicos. Fallos que se podían haber evitado...».
Supongo que hubo un momento, sobretodo en la quinta etapa, que viste cerca el abandono.
«Sí. Ver que luchas por la victoria y que la moto se pare es frustrante. En ese preciso momento sabes que tus opciones se desvanecen por cada minuto que pasa. Por suerte, pude seguir en carrera, pero ya no fue lo mismo. Quería recuperar el terreno perdido y eso propició que cometiera errores. El polvo, los nervios, la ansiedad, la impaciencia de escalar posiciones... Me he dado cuenta que ir “atacado” en el Dakar es muy peligroso, por lo que decidí hacer mi propia carrera».
A partir de entonces, ¿retomaste la seguridad en ti mismo?
«Era importante acabar la carrera para coger la mayor experiencia posible para las próximas ediciones. Además, cuando llegué a Santiago de Chile me di realmente cuenta de que poseo un gran nivel y una gran capacidad para hacer grandes gestas en esta especialidad. Además, constaté que no me hace falta ir al límite, pues con la experiencia y velocidad adquirida en estos últimos años, tres exactamente, puedo estar delante».
Venciendo tan solo una etapa, Cyril Despres ha ganado el Dakar. ¿Qué piensas al respecto?
«Ante todo hay que reconocer su trabajo, entereza e inteligencia. Ha sabido leer muy bien la carrera y ha aprovechado muy sutilmente los contratiempos de sus más directos rivales para no arriesgar y asegurarse la victoria. Asimismo, no me gusta su estilo y menos cómo afronta el Dakar para ganarlo. A mi entender, se beneficia demasiado de los sucesos ajenos para alcanzar sus objetivos».
¿No es merecedor de la victoria?
«Por supuesto que sí. Solo que no comparto su filosofía de carrera. Yo soy más impulsivo, explosivo... De sangre caliente. Aunque hay que tener muy presente y pese a que a veces se diga lo contrario que ganar un Dakar en Suramérica es muy, muy difícil. Todo las ecuaciones deben salir perfectas para inscribir tu nombre en esta durísima carrera. Por mi parte, tiempo al tiempo...».
Y ahora, ¿qué?
«Primero descansar y coger fuerzas y, luego, seguir trabajando. Pese a que me han salido novias, seguiré con Husqvarna, como mínimo, el año que me queda de contrato. Es una marca ganadora que se vuelca totalmente en mí y el hecho de ser su primer espada es un punto añadido. Por otro lado, no creo que sea necesario correr todas las pruebas del Mundial de Rallies y me apetecería mucho participar en la Baja Aragón y en la Baja California. Tampoco descarto, si la agenda me lo permite, correr en algún enduro o motocross».