Honda SH 300 Scoopy frente al Peugeot Geopolis 300 Premium

Prueba comparativa de dos scooter rueda alta 300 cc. Cuando un scooter llega el primero al mercado y supone un hito, es muy difí cil que aparezca un producto nuevo y le discuta el liderazgo. Peugeot lo intenta con el Geopolis, y aunque es mejor en algunos aspectos, el Honda Scoopy 300 no tiene rival. Tweet

Pablo Bueno. Fotos: Juan Sanz

Honda SH 300 Scoopy frente al Peugeot Geopolis 300 Premium
Honda SH 300 Scoopy frente al Peugeot Geopolis 300 Premium

Si tuviéramos que buscar un adjetivo para definir al Honda Scoopy 300, sería efectivo. . Es complicado asociar la palabra efectividad a un scooter, incluso te puede resultar algo atrevido, cuando en Motociclismo hablamos de superdeportivas, naked, supermotard, etc., otro tipo de moto cuya principal característica es la efectividad, pura y dura.

Vale. Eso es EFECTIVIDAD, con mayúsculas. Yo te hablo de la efectividad con minúsculas. Te pido que cambies el chip y te sitúes mentalmente en un núcleo urbano de tamaño medio-grande y pienses que estás ante un liviano scooter de 300 cc con un comportamiento de motor intachable y un chasis que pese a dejar sitio a la plataforma plana, no se retuerce como una mecedora cuando le das caña.

La sensación de control es tan buena, que se te calienta el «morrito» o el «puñito», como lo quieras ver... y te das cuenta que sistemáticamente el tráfi co va por detrás de ti y que eres el rey de tu ciudad. Esto ha venido siendo así desde el año 2006 cuando nació el SH 300 y hasta 2011, cuando Honda ha decidido renovarlo. Como hasta el mes de febrero no tendremos ocasión de probar el nuevo Scoopy «grande», hemos traído a esta comparativa el modelo anterior.

La propuesta gala
Sabedores del gran tirón del Honda Scoopy 300, en buena parte arrastrado por el éxito en ventas del 125, Peugeot ha querido llevar la batalla a un terreno diferente (fuera de la urbe) para no competir contra el SH con sus mismos argumentos. Por ello, el Peugeot Geopolis 300 cuenta entre sus armas con tres grandes ventajas que lo hacen mejor en vías rápidas. Por un lado, la protección aerodinámica que de serie es muy superior en el Peugeot, con una pantalla muy alta y un escudo ancho que resguarda cuerpo y piernas del viento.

Por otro lado está la capacidad de carga, puesto que bajo el asiento del Geopolis caben dos cascos jet (uno pequeño y uno mediano), más la guantera con llave del escudo. Y tercero, y fundamental para la capacidad rutera de un scooter, está el tamaño de su depósito, que en el caso del scooter de la fi rma del león llega a los 13,5 litros (9 l. el Honda), lo que te permite repostar cada 300 km. Y todo ello con un precio de 3.939 euros por parte del Peugeot, frente a los 4.889 del Honda.

Frente al crono
El propulsor del Scoopy 300 está especialmente desarrollado para esta categoría y este dato marca la diferencia con respecto al Quasar 278 cc que monta el Peugeot. No es sólo que el motor japonés cubica 1 cc más, sino que su par motor es superior y también su potencia máxima, lo que se traduce en unas mejores prestaciones en casi todos los ámbitos. La configuración del motor Piaggio, que se trata más de un 250 «engordado», hace que el Geopolis gane la partida en la aceleración corta (0-30 km/h): 1,8 segundos, frente a los 2,3 del Scoopy. De 0 a 60 km/h, también el Peugeot supera al Honda, con 4,5 segundos frente a 4,7.

Sin embargo es a partir de los 60-70 km/h cuando se empiezan a girar las tornas y el motor del Scoopy sigue tirando con fuerza y parece no acabarse nunca, hasta que nos damos cuenta de que la aguja marca 155 km/h (145 reales), una velocidad máxima más propia de un 400. La verdad es que nos damos cuenta de lo mucho que corre mucho antes de llegar al límite, puesto que su escasa protección aerodinámica hace que superar los 100 km/h empiece a comprometer el confort de marcha. El Peugeot llega en la estirada final hasta los 140 km/h (130 reales) una cifra más que suficiente para traslados por carretera o extrarradio.

Pertrechados
Lo cierto es que en este aspecto ambos muestran grandes diferencias. Su plataforma plana, reducidas dimensiones y peso y corta distancia al suelo, hacen que sea una delicia usar el Honda Scoopy en ciudad. Su instrumentación está dominada por la información analógica, pero es completa y le gana al Geopolis porque tiene un segundo cuentakilómetros parcial. En cambio, el francés tiene luces de emergencia y el japonés no.

Por su parte, el Peugeot tiene una amplia pantalla y su escudo desvía mejor el aire a la altura de las piernas, incluso cuando va a los mandos un tío grandote como yo. Pese a que bajo el asiento tiene más espacio que el Honda (dos cascos jet frente a uno), en ambos scooter se hace necesario montar un baúl trasero... Ya sabes que nosotros siempre recomendamos llevar casco integral.

En cuanto a la boca de llenado de combustible, nos gusta más la ubicación de la del Peugeot, puesto que puedes repostar sin bajarte del scooter, mientras que en el Honda tienes que abrir el asiento para acceder al tapón. Otro aspecto que nos gusta del Geopolis es que no tienes que apagar el scooter para acceder al hueco bajo el asiento.

La configuración de los testigos de los indicadores de dirección del Honda es la más correcta (uno a cada lado del cuadro), pues como el Peugeot sólo tiene uno, parece que das siempre el intermitente de la derecha. No nos gusta la ubicación del botón de la bocina del Geopolis, porque tienes que estirar ligeramente la mano, para poder presionar sobre la mitad derecha del interruptor. No nos acaba de convencer del todo la ubicación (algo escondida y girada) y el tacto de la cerradura del contacto del Peugeot. En el Scoopy está más visible, accesible y los «clicks» al girar la llave son más precisos.

Si lo que buscas es un scooter potente para ciudad, no te lo pienses, ve a por el Scoopy. Si tus recorridos diarios te obligan a salir a autovía y carretera y necesitas buena capacidad de carga, el Geopolis es lo que buscas.