El resultado de esta carta a los Reyes Magos ha sido muy interesante, pues cada lista es un retraro psicoógico del autor. La mayoría ha querido recuperar las motos que ha tenido en su vida, ya se sabe, lo que interesa es comprar y no vender.
Los hay que desearían tener un garaje lleno de motos de carreras, mientras que otros tienen sueños mucho más modestos y se conforman con poco más que una humilde trail.
En lo que sí coinciden casi todos es en la pasión por los viajes, ya sea a la cercana Isla de Man o a la exótica Nueva Zelanda. Unos se decantan por los sueños más deportivos, mientras que otros aspiran a las ruteras o las custom más exclusivas.
Lo mejor de todo es comprobar cómo no solo no hemos perdido la ilusión, sino que algunos se han soltado la coleta a la hora de pedir (empezando por el editor). Por fortuna, el mercado de la moto está lleno de modelos para soñar, que, como todo lo verdaderamente importante, es gratis.
Mis motos...
Buscaría todas las motos que he tenido hasta ahora y que en mala hora vendí para poder comprar la siguiente... Añadiría todas las que me habría gustado tener ahora o en el pasado y no me pude/puedo permitir: Suzuki GSXR 750, Suzuki GSXR 1100 (la primera), Suzuki GSXR 1000 (2012), Suzuki Hayabusa 1300, Yamaha FZ 750 (la primera), Yamaha RZ 500 V4 YPVS (2T), Yamaha R1 (2012), Yamaha 1700 VMAX, Honda RC 30, Honda NR 750, Honda CBR 1000 RR (2012) Honda Gold Wing 1800, Kawasaki ZZR 1100 (la cazadora de Aves), Kawasaki ZX 10 Tomcat (la cazadora de Porsche), Kawasaki ZX-10 R (2012), Harley Road King, Harley V-Rod, Harley Fat Boy Black, BMW S 1000 RR, BMW R 1200 GS, BMW K 1600 GT, Ducati Desmosedici, Ducati 1199 Panigale, Ducati Diavel Carbon, KTM 350 EXC-F Six Days, Aprilia RSV-4 Factory Biaggi Replica, MV Agusta F4 1000 RR Corsacorta, Triumph Bonneville Steve McQueen Replica, Triumph Speed Triple R.
… y mi diversión.
Una semana rodando en el viejo Nürburgring, en moto y otra en coche; dos o tres semanas en la Isla de Man en junio, un largo viaje en moto por Australia y otro por Nueva Zelanda. Un viaje sin fechas por California «Easy Rider». Divertirme con cuatro o cinco de mis nuevas motos deportivas «clásicas» o modernas en los cursos de conducción del Action Team, y en alguna sesión de alquiler privada en el circuito de Jerez.
Una NR y más
Lo tengo claro, la primera de mi lista es la NR 750 (parece increíble los años que han pasado y sigue siendo una moto «del futuro») y la segunda mi Yamaha SRX 600 (lo suyo sería encontrar «la mía» y restaurarla, claro), es de mis motos a la que más cariño tengo sin duda.
Esas dos estarían en mi salón, no en mi garaje. A partir de ahí, entre Ducati y MV Agusta «caería» una deportiva y no faltaría una «dos tiempos» (Suzuki RGV 250 posiblemente), todas con opción de uso en circuito desde luego; y sumaría una Harley, sí, seguramente una so ail pre-Twin Cam con preparación minimalista.
No faltaría (hay que ser práctico) un scooter, pero aún es pronto para saber si sería el nuevo Tmax o el BMW C600S.
Mejor que la PS
He estado en Pingüinos, en Jerez, en Daytona… pero me gustaría ir «por libre», y sumar a esto Sturgis y la Isla de Man, por lo menos. En la Isla pagaría por cerrar las carreteras un par de días y cogería a McGuiness de «monitor» para dar vueltas… aunque ¡quizás no sea tan buena idea hacer eso!
Pero un curso de una semana en el viejo Nürburgring no me lo pierdo, eso seguro, y «pudiendo» estaría bien rodar en cada uno de los circuitos del Mundial (de MotoGP y Superbike): ¿para qué usar la Playstation si uno puede permitirse hacerlo «de verdad»?
Una Harley
Tengo la suerte de haber conservado la moto de mi vida, mi legendaria Africa Twin. Lo mío con las motos es cosa sencilla y creo que todavía las tengo al alcance de la mano: tengo localizada mi primera Montesa Cota, que sigue en activo y la restauraría por completo.
Puestos a pedir, y eso sí que es si fuera rico, me gustaría tener una Harley- Davidson Ultra Screaming Eagle, me da igual su edición.
¡Viajar!
Viajar es lo que me da la vida y sea o no rico haré uno de mis viajes de mis sueños, mejor sobre la H-D que hablaba antes. Sé que es algo muy típico, pero la Ruta 66 sobre una Harley y con rock suave en los Harman Kardon es lo que me gustaría hacer… y haré.
El otro viaje de mis sueños, es hacer la misma ruta de la Operación Impala, pero a lomos de una BMW R 1200 GS. Aunque quien me conoce bien sabe que me valdría con cualquier trail media (Triumph Tiger), incluso con una pequeña monocilíndrica (Yamaha Ténéré). Un viaje con mi amigo Gus por China en moto también entra dentro de mis «Wishlist». Puestos a ir más allá y si fuera rico de verdad, repetiría el viaje de Emilio Scotto, no digo más.
Honda NSR500 V2
La primera moto que me compraría sería una Ducati Desmosedici RR y la prepararía debidamente para hacer tandas libres en circuito. Tampoco me importaría localizar y tener en perfecto estado de uso una auténtica HRC como la Honda NSR 500 V2 «2T» de las utilizadas por pilotos privados a finales de siglo pasado. Hay pocas, pero alguna vez he visto alguna en venta en páginas web extranjeras.
Luego me haría con una buena moto rutera para viajar sin prisas, pero sin pausa. La elegida podría ser la nueva Triumph Tiger Explorer o la también nueva Honda Crosstourer.
A Bonneville
Me gustaría mucho intentar emular el «pedazo» de aventura del neozelandés Burt Munro en las llanuras de sal de Bonneville (Utah, EE.UU). Aunque no lo haría con una Indian de 1920 como hizo él.
Yo elegiría la última Kawasaki ZZR1400 que está por llegar y, convenientemente preparada, intentaría el asalto a las 217 millas/h (350 km/h). Por supuesto, prepararía un viaje como es debido, con mucho «sabor americano», y me tomaría mi tiempo. No hay nada como viajar sin prisas y disfrutando de cada momento.
Una 250 GP...
Lo primero es que va a ser complicado hacerse rico sin comprar lotería… pero si alguien quiere hacerme feliz que me regale una 250 cc GP para hacer tanditas de vez en cuando. Si es la de la foto, la Ossa monocasco de Santi Herrero, tampoco me importaría, aunque su dueño seguro que no la vendería por nada del mundo y en el caso de que cayera en mis manos, no la usaría por respeto.
… y por medio mundo
Y ya que se me ha calentado la boca pidiendo, si ésta viene envuelta con un motorhome con el que poder recorrer medio mundo haciendo paradas en los sitios más míticos para escalar, rodar con mi GP o mi supermoto, subir a un pico o simplemente disfrutar de un paisaje, sería ya perfecto. ¡Ah! El motorhome, con conductora, como Don Camilo.
Garaje-vivienda
Construiría un garaje enorme con una pequeña casa, solo una cristalera separaría el salón de la cochera. Allí viviría mi escudería, llena de coches clásicos y motos mayormente modernas.
Recuperaría las motos que marcaron mi vida: Derbi «Paleta», Vespa 75, Bultaco Lobito y Yamaha RD 400. No podría faltar en mi garaje una Suzuki Katana 1100 (para mí, la moto japonesa más bonita de la historia), Triumph Tiger Cub 200 (mi padre tuvo una en Canarias), Bultaco Metralla (unos de mis amores de adolescente) y Kawasaki Z900 (el padre de un querida compañera de colegio la tenía en Las Palmas cuando yo me movía en la Vespa 75).
En el lado contemporáneo me conformaría con una Vespa 300 Supersport, Ducati 796 ABS, Triumph Bonneville, BMW R 1200 R y Harley-Davidson Fatboy.
El viaje de mi vida
Juan Muñoz y un servidor esperamos hacer un costa-acosta en EE.UU, más temprano que tarde, acompañados por nuestras «circunstancias», cuando los niños de Juan sean algo mayores. Para mantener el sabor genuinamente americano, lo haríamos a lomos de H-D, a ser posible con sendas Road King.
Yo, todo campo
Si la lotería fuese generosa conmigo me compraría una trail media ligera, posiblemente una Triumph 800 o una Suzuki V-Strom 650, con la que poder viajar por carretera, aunque tampoco descarto algo más grande, como una KTM 990 Adventure.
Pero como lo que me gusta es el off road, lo que haría es gastarme el dinero en aligerar y poner unas suspensiones de lujo en mi KTM 690 Enduro para viajar por África.
Un Dakar
Lo que haría con ellas es fácil de deducir: viajar, viajar y viajar. Eso sí, lo que me daría la vida sería poder hacer el Campeonato del Mundo de Rallies TT completo, con una Yamaha JVO del equipo de Jorge Velayos, sin tener que buscar patrocinadores ni nada por el estilo.
Dos tiempos
Buscaría a los coleccionistas que en su día compraron joyas 2T como la Cagiva 500 GP de Lawson o Kocinski, la Suzuki RGV 500 de Schwantz o la Yamaha YZR 500 de Rainey y les ofrecería el doble de lo que pagaron por ellas para arrebatárselas y meterlas en una vitrina, no sin antes alquilar el circuito de Jerez, para mis amigos y para mí, un fin de semana entero para probarlas. ¡Ah! Ese fin de semana pondría a Ezpeleta de «pistero» para que viera, escuchara y oliera durante 48 horas seguidas a las dos tiempos que tanto odia.
Anti-chorizos…
Otra cosa que haría sería crear un cuerpo de seguridad privado para perseguir a los ladrones de motos y así erradicar para siempre esta lacra social. Lo que haría una vez localizados y antes de entregarles a la policía… eso me lo guardo para mí.
Mis motos
Si fuera rico haría acopio de todas las motos que he tenido... desde aquella primera Honda CRM 75 R, hasta la última R1, pasando por 10 ó 12 motos más de lo más convencionales que como todo el mundo fui vendiendo para comprar la siguiente.
Como moto de diario me conformaría con una Triumph Street Triple, y para viajar con una BMW R 1200 RT.
¡A correr!
También crearía mi pequeño museo con motos de carreras de todas las épocas, centrándome en las tetracilíndricas de los años 90 en adelante. Y correría todas las pruebas territoriales que pudiera, hasta aburrirme, con una BMW S1000RR equipada hasta las «trancas».
Honda RC-45 SBK
Si la suerte estuviese de mi lado y el dinero de la lotería en mi cuenta, compraría la Honda RC-45 con la que John Kocinski ganó el Mundial de SBK en 1997, que costaba más que la 500 de GP. Con ella volvería a correr el Senior TT en la Isla de Man, como hicieron Steve Hislop, Carl Fogarty y Joey Dunlop en los años 90.
Correr en MotoGP
También invertiría un millón de euros en una CRT para correr una temporada en MotoGP, ahora que la categoría reina se abre al resto de los humanos, aunque fuese para cerrar la parrilla...
La GP1-Agüí
Nuestro añorado César Agüi fue el primero que hizo una Moto2, que tuve el honor de compartir con él en unas 24 Horas de Montmeló. Respetando siempre su voluntad intentaría que se terminara la también «primera CRT del mundo», que él estaba construyendo con sus propias manos en su garaje: su GP1 con motor de GSX-R 1000 y chasis prototipo. Sería mi mejor manera de rendir recuerdo a tanto entusiasmo…
Pere Navarro fuera
Pagaría lo necesario para poner a Pere Navarro frente a un tribunal de honor en el que respondiera de su voluntad innoble de perjudicar, manipulando a sabiendas la verdad, a todo nuestro colectivo atendiendo solo a sus intereses.
Suzuki RG500 '93
Lo primero que haría sería comprarme la moto que veis en la foto… La Suzuki RGV 500 Gamma con la que Kevin Schwantz ganó el Mundial de 500 en 1993. Esa sería la joya de mi colección, pero no sería la única… Una NSR 500 Doohan de 1992 con los colores de Rothmans, una Honda RC211V y una Yamaha M1 de 2005 de Valentino y también me haría con una Ducati Desmosedici RR matriculada para «andar por la calle»…
A la Isla de Man
También me gustaría ir al lago salado de Bonneville con una moto «caza récords» o rodar en la Isla de Man con una Honda RC 45 de Joe Dunlop. Soñar es gratis.
¡Ninguna Moto2!
¿Motos para circuito? Honda NSR 500 V2, Britten V 1000, Harris Yamaha YZR 500, Honda RSW 250. Pero ninguna Moto2, eso seguro…
Al otro lado
Siempre he sido de gustos sencillos, pero viajes y máquinas ocuparían la mayor parte del tiempo. Después de cruzar Australia con una BMW R 1200 GS, haría tandas libres en Phillip Island con una Ducati Desmosedici.
Aprovecharía el «desplazamiento» para correr en equipo propio las 8 Horas de Suzuka, también rodaría en Laguna Seca y la Isla de Man, justo antes de volver a Canadá para una buena ruta en quad o moto de enduro.
Las motos del técnico
Pues yo me aplicaría una inédita Honda CB1100, que solo se vende en Japón de momento. Buscaría una Suzuki RGV 250 del 1992 con poco o ningún uso: antes de dejar este mundo me gustaría exprimir una 2T en asfalto. Retomaría el trial con cualquier modelo contemporáneo mío, Beta Zero, Fantic 307 o K-roo, etc. Una Gran Turismo también caería en mis manos: con una Kawa 1400 GTR me conformo.
Vuelta al mundo
Además, haría un viaje alrededor del mundo escogiendo modelo de moto según el perfi l de la etapa siguiente, desde la suite del «albergue» de turno.
Con sidecar
Para empezar, conservaría mi Thunderbird 900, de la que estoy enamorado, pero, claro, ahora que tendría un chaletazo, con un buen garaje... Para hacer «campito», la KTM enduro 200. Una Ducati Diavel con la que «macarrear» por las calle. Alguna «R» para circuito (probablemente una GSX-R 750). Para los largos viajes que haría por el mundo creo que elegiría una Electra Glide Ultra Limited, a la que, of course, adaptaría un sidecar, para poder viajar con mi perro. Buscaría un Bultaco Tralla para restaurar (y homenajear a mi padre), y una Metralla para correr el GP de La Bañeza.
Sin reloj
Por supuesto, realizaría mis viajes soñados: Isla de Man (con una Speed Triple, para dar una vuelta durante el Mad Sunday). Cabo Norte (maxitrail). Ruta 66 (H-D Fat Boy). Australia, de cabo a rabo, sin reloj ni calendario, a lomos de una maxitrail (Tiger, o R1200GS). Nürburgring (vuelta al trazado antiguo, con la Speed Triple).
Mi Bonneville
Creo que con una simple Triumph Bonneville T100 cargada de extras sería feliz, aunque no descartaría invertir en una Vespa GTS 300 Sport o en una Honda Scoopy 300.
Con Scarlett...
Con mi «Bonnie» lo primero que haría es coger un ferry hacia Portsmouth para cruzar Gran Bretaña, y que el mismo Ewan McGregor, reconocido motero y aventurero, me ensañara las tierras altas escocesas. Y si viene acompañado con Scarle Johansson y Jessica Biel haríamos una bonita estampa navideña… ¡Que no se diga!
Mis motos
Ya tengo una Triumph Thruxton como moto de calle y una Ducati Tecfar como «histórica» y realmente no me hace falta más, pero para la montaña compraría una Ducati 848 Evo y de capricho una Harley 883 Iron preparada.
¿Qué más haría?
Comprar y restaurar el edifi cio Wildon de Hoopeston, Illinois. Lo demás para la familia. ¿Viajes? Solo el triángulo Mirafl ores, Borrego, Hoopeston.
Trail, scooter y F4
Si me tocara el «gordo», hay tres motos que me gustaría tener en el garaje. Para viajar, mi elegida sería una Triumph Tiger 1050 SE. Para el día a día me compraría un scooter, probablemente el BMW G600 Sport. Y para presidir mi garaje y cogerla de vez en cuando, la moto más bonita del mundo: MV Agusta F4 RR.
Como en La Moto
Para disfrutar a tope de mis motos invertiría el dinero en seguir a rajatabla los cinco destinos de la serie publicada en la revista La Moto «Cosas que hacer antes de morir»: el TT de la Isla de Man, Cabo Norte, rodar en el viejo Nürburgring, ir a una edición del Bol d’Or, recorrer los Alpes y rodar en un circuito como Mugello o Donington. ¡Ah!, y por supuesto un viajecito de un mes por África.