Gunbus 410: la moto más grande del mundo

La Gunbus 410, con la que es posible circular, es la moto más grande del mundo.

T.S./I.G. Fotos: MRD

Gunbus 410: la moto más grande del mundo
Gunbus 410: la moto más grande del mundo

La imagen es cuando menos impactante. Delante tengo una moto que suena de manera bastante clásica, apoyada con total normalidad en su enorme pata de cabra. Los neumáticos no sé, pero creo que por lo menos son de camión, con medidas de 32 y 40 pulgadas. Los cilindros tienen el tamaño de un barreño y el escape parece la chimenea de una fábrica. Al lado de este ejemplar, las voluminosas Harley-Davidson parecen un regalo que los Reyes Magos le han dejado a tu hijo. Para moverla en parado hacen falta tres hombres bien comidos. No cabe duda que la Gunbus 410 se ha realizado con inmensas dosis de entusiasmo.

La moto de 650 kilos es el trabajo de toda una vida, estamos hablando de la existencia de su artífice, Clemens F. Leonhardt. Un apasionado alemán de 64 años que reboza energía. No podría ser de otra manera teniendo en cuenta en el charco en el que decidió meterse a la hora de fabricar esta moto XXXXL. A la tierna edad de siete años modificó sus patines para que estos se deslizasen todavía mejor, así que desde el principio de su existencia mostró una clara inclinación por la mecánica. Más tarde montó una horquilla hidráulica, «hoy es algo estándar», nos apunta el interesado, pero estamos hablando de una bicicleta de comienzos de los años 60. «Con el dinero de la Confirmación me compré un torno», asegura mientras acaricia la taza de aluminio que él mismo ha fabricado. «No entiendo cómo hay gente que puede vivir sin torno y sin máquina de soldar», qué duda cabe que nuestro hombre es un «tuercas» de primer orden.

De tal palo…

El padre de Clemens F. Leonhardt nació en 1900 y era piloto de motos. En 1966 llevó a su hijo a ver el Gran Premio de Solitude que se corría empleando una carretera que hay cerca de Stuttgart con un recorrido de unos 11 km. El primogénito corría con motos británicas a las que tenía mucho aprecio. El mismo Leonhardt ganó en 1969 los 1.000 km de Hockenheim a lomos de una Honda CB750 Four, «porque había problemas con el suministro de las BSA Rocket 3». Luego empezó a dedicarse a trasladar motos británicas de un sitio a otro del país.

Sus trapicheos le sirvieron para reunir un pequeño capital que empleó en abrir un concesionario oficial de BSA y Triumph en 1972. Una época en la que las motos «Made in England» empezaron a dejar de gozar del favor de los aficionados, cada vez más absortos por los modelos que llegaban de Japón.

Luego en 1975 logró su título de maestro en mecánica. En Suiza aprendió a construir aviones para más tarde fundar en Alemania una compañía de técnica aeronáutica. Clemens F. Leonhardt fabricó 12 aviones de madera y metal, réplicas de los que se utilizaron en la I Guerra Mundial. Aunque todo esto no le ha variado un ápice su modesto proceder, «fabricar un avión es mucho más fácil que una moto», apostilla. Quien lo hubiera pensado, ¿no?

Hasta 1992 Leonhardt se mantuvo como piloto en activo, sobre todo en el aire, hasta que tuvo que renunciar por problemas de salud. Entonces se le ocurrió fabricar un propulsor para una moto que fuese un bicilíndrico en V pero a partir de un motor en estrella de avión. Por desgracia le robaron la primera unidad que construyó. Un duro golpe para este entusiasta emprendedor pues el material había sido valorado en 150.000 euros y encima no estaba asegurado. Se realizó una búsqueda intensiva pero el asunto podría haber dado pie a un episodio de «Expediente X», pues la gigantesca moto desapareció sin dejar rastro.

Leonhardt es una de estas personas inasequibles al desaliento y decidió crear la Gunbus, que era el nombre de un avión de guerra británico de la I Contienda Mundial. Chasis, basculante, depósito, manillar, y horquilla de paralelogramos («que mantiene las cotas de la dirección constantes en las frenadas») fueron diseñadas y construidas por él. Tratándose de un hombre chapado a la antigua, al menos en lo que a la fabricación se refiere, no utiliza ordenador sino la tradicional mesa de dibujo. Ya esté pensando, fabricando, fresando, torneando, siempre tiene un puro en su boca, y el suelo de su taller está sembrado con restos de habanos.

Nuestro protagonista trabajó como mecánico en el equipo de carreras de URS Münch y a lo largo de su matrimonio fue dueño de 79 motos. Ahora ya lleva 20 años divorciado, «casado» con su taller y sin conocer el significado de la palabra vacaciones. «Con una familia no se podría hacer esto. Siempre le estoy dando vueltas a cosas en mi cabeza», confiesa el afable emprendedor. Simplemente la rueda delantera que ha construido junto con las pinzas de freno de ocho pistones y los discos de Porsche cuestan 15.000 euros.

Devoradora

El corazón del gigante es un bicilíndrico en V a 45° refrigerado por aire de 3,3 litros. Las válvulas, el cigüeñal y la transmisión han sido construidas por él, «diseñado de memoria» apunta Leonhardt. Los tres pares de bielas y cigüeñales que ha construido cuestan unos 50.000 euros. Un cigüeñal en bruto pesa 50 kg y una vez terminado se queda en 43. No en vano tiene que ser capaz de soportar un par de 700 Nm.

Este propulsor come Harley-Davidson por desayuno. Hasta el más mínimo detalle ha sido cuidado con un espíritu perfeccionista casi enfermizo. Todo ha ido enfocado a plasmar en metal la gigantesca visión de este artesano. Un personaje singular, como su propia obra, que disfruta trabajando a su aire, sin tener que rendir cuentas a nadie, salvo a las ideas que bullen en su creativa cabeza.

La Gunbus 410 es un canto al buen hacer, a la excelencia sin peros ni excusas. No es por tanto extraño que Clemens Leonhardt tenga seguidores en los más impensables rincones del planeta. A su dirección de correo electrónico llegan misivas de India, Hong Kong o Japón. El precio de partida de un ejemplar son 200.000 euros, y no olvidemos que estamos hablando de una moto con una distancia entre ejes de 2,4 metros. Estas son las cartas de presentación de una montura que, al final, no muchos pueden decidir tener en el garaje de su casa.

Un jeque de Dubai vino a ver una unidad, acompañado por su familia y un intérprete. Luego un suizo mostró interés pero dio marcha atrás después de discutirlo con su señora. «Entonces me di cuenta que esta moto es, simplemente, demasiado grande. Lo hemos comprobado utilizando una grúa, si la moto se inclina más de 15 grados es imposible mantenerla», aseguró el artesano. Quizás el siguiente paso sea ponerle un sidecar para evitar males mayores, aunque entonces el peso se eleve hasta casi una tonelada.

En este proyecto no hay vuelta atrás pues el mismo dueño asegura haber «invertido simplemente demasiado tiempo, energía y dinero en él. Hago yo todo con la ayuda de algunos amigos». Para entretenerse Leonhardt está construyendo un gigantesco roadster de 40 litros de capacidad, con un motor V12 capaz de rendir 1.700 CV. El tiempo que le queda por la noche lo emplea en desmontar un tanque americano propulsado por un V12 de 29 litros y 1.000 CV. Viendo como salen llamas del monstruo de 12 cilindros, el maestro Leonhardt se encuentra en su elemento.

Entrevista

Nos sentamos con Clemens F. Leonhard para que nos contase los pormenores de este gigantesco proyecto.

¿Qué es lo que le llevó fabricar una moto tan enorme como la Gunbus 410?
Si construyes tú solo algo, lo que hagas tiene que ser absolutamente único, que no tenga igual, sin que haya nada ni nadie capaz de hacerle la competencia. Haga lo que haga, siempre tiene algo que ver con los aviones. Por tanto, el propulsor V2 está derivado de un motor en estrella de nueve cilindros y 27,7 litros de capacidad, que propulsaba al famoso Junkers Ju 52. El diámetro por carrera es de 156 mm por 176 mm. Lo que para el V2 a 45° da como resultado una capacidad de 6,7 litros. O lo que es lo mismo, 410 pulgadas cúbicas. Los dígitos 410 del nombre de la moto vienen de ahí.

¿Qué potencia tiene?
La potencia no tiene importancia, pero vamos estamos hablando de unos 350 CV. Para mí lo importante era construir una moto de verdad, totalmente alejada del concepto chopper. Me gusta que todo tenga un aspecto complicado pero que luego sea fácil de utilizar. Así, por ejemplo, ocurre con la horquilla de paralelogramos.

¿Qué tal va la moto en marcha?
Va bien, se lleva como cualquier otra moto muy pesada. Una Boss Hoss no es más ligera que mi Gunbus 410. Darse una vuelta con ella no supone ningún problema una vez que esté en marcha. Cuando más te diviertes es rodando de 100 a 120 km/h. Parar y luego volver a reanudar la marcha ya es otro cantar. El enorme tamaño compromete el comportamiento a alta velocidad y la maniobrabilidad. El piloto tiene que medir por lo menos 185 cm para controlar con la pata de cabra los 650 km. Si se tiene la fuerza suficiente incluso no hace falta ser tan alto.

¿Cómo se hace un giro de 180 grados?
No reviste ningún problema cuando la carretera tiene por lo menos 35 metros de ancho. Bueno, ya en serio tengo que decir que la moto gira pero le cuesta… La caja de tres relaciones tiene también marcha atrás. Yo mismo me he caído con ella, aunque no pasó nada porque estaba preparado para ello.

¿Cuántas se han construido?
En la actualidad hay tres ejemplares que han sido hechos a mano, aunque realmente no deberíamos contar el primero. Es difícil explicar lo que se siente al construir un monumento de dos ruedas como este. Prácticamente he hecho la moto entera, con la excepción de la cadena y los amortiguadores. Los neumáticos los hizo Rigdon especialmente para este modelo.

¿Quiénes son tus clientes?
Son americanos que entienden la filosofía de la Gunbus 410. Allí hay más interés por este tipo de motos que, por ejemplo, en Alemania.

Bueno, ¿y ahora qué?
En principio la Gunbus 410 se puede llevar en Alemania de manera legal, solo tiene que pasar un control de emisiones, algo que no es imposible. Con una carrera tan larga no es fácil controlar este aspecto. Ya no soy un jovenzuelo y las fuerzas no son las mismas que hace 30 años. Ahora he pensado ponerle un sidecar a la moto. Así se solucionaría el problema de que la moto se caiga al suelo de forma accidental. Soy consciente que los sides no es algo del gusto de la mayoría pero no puedes contentar a todo el mundo.