El HIMOINSA Racing Team ultima su preparación para el Dakar centrado en uno de los enemigos más temidos de esta edición: la altitud.
Con tres etapas en Bolivia a más de 4000m, la altitud se ha convertido en una cuestión crítica a la hora de preparar la estrategia de carrera. Si bien el Dakar siempre ha exigido complejos trabajos en la preparación física y mental para afrontar largas jornadas de pilotaje, temperaturas extremas, esfuerzos físicos continuados y capacidad de resistencia psicológica, ahora hay que preparar a fondo la respuesta del piloto en condiciones de gran altitud y falta de oxígeno.
Situación cotidiana para la población local adaptada a estas elevaciones, que se convierte en un problema añadido para la caravana dakariana y existen varias posibilidades para prepararse para este desafío:
- Una opción para adaptarse a estas condiciones es la de ejercitar el cuerpo a elevadas altitudes durante períodos de tiempo prolongados. Lo ideal es desplazarse a zonas de alta montaña y desarrollar un programa de entrenamiento específico ganando y perdiendo altitud para lograr que el cuerpo se adapte. Los escaladores y alpinistas están muy familiarizados con estas rutinas para evitar el temido "mal de altura".
- Otro modo de adaptar el cuerpo a trabajar en altitud es realizar un programa de entrenamiento en un Centro de Alto Rendimiento donde se simulan las condiciones de falta de oxígeno, supervisando clínicamente la evolución del deportista. Los especialistas Martí Noguera y Francisco Espinar asesoran a los pilotos del HIMOINSA Team en este entrenamiento específico.
El plan de trabajo se divide en dos protocolos, con objetivos diferentes:
- El primero consiste en introducir al piloto en una cámara hipobárica, donde se ajusta la composición y la presión del aire en su interior simulando la altura necesaria. Allí el piloto realiza ejercicio físico (bicicleta, cinta) y se supervisa la presión parcial de oxígeno en sus tejidos, de manera que se obtiene una lectura precisa de su rendimiento. En este protocolo se puede reducir su oxígeno en tejidos hasta el 80%, y se busca acostumbrar al piloto a trabajar con sensación de falta de aire y elevadas pulsaciones, situaciones que se encontrarán en Bolivia.
- El segundo protocolo se centra en la adaptación del piloto a la altura, de manera que su cuerpo genere más glóbulos rojos y soporte mejor esas etapas. En este caso, se trabaja en "hipoxia intermitente" con una mascarilla y con el piloto en reposo, variando continuamente la cantidad de oxígeno simulando cambios de altura del cuerpo.
Estos dos protocolos se combinan durante tres semanas para lograr una buena adaptación del cuerpo de los pilotos y lograr el mejor rendimiento físico en las etapas más altas de la carrera.
Con este plan de entrenamiento, el HIMOINSA Racing Team finaliza sus preparativos de cara al Dakar.