Por Víctor Gancedo
Ya os anunciaba desde aquí, Motociclismo.es, que esta semana –concretamente ayer– estaría probando la moto más esperada de los últimos tiempos. Una verdadera MotoGP con luces, retrovisores, pata de cabra y soporte para la matrícula, que me esperaba en uno de los box del circuito de Santa Mónica, pero cuando llegamos allí las cosas se empezaron a poner oscuras, más bien negras, y la intensa lluvia que caía, además del fuerte viento, nos recordaba a lo sucedido en los entrenamientos del viernes del recién celebrado Gran Premio San Marino –la pista quedó anegada por la lluvia y suspendíeron la jornada–.
El día amanecía tormentoso y con fuertes lluvias, situación que no cesó hasta primeras horas de la tarde. Consecuencias: pista mojada y con barro en varias curvas, argumentos más que suficientes para no sacar a pista a las máquinas de 200 CV que aguardaban «su momento» en los boxes del circuito.
Todos los allí presentes sólo pudimos verlas, tocarlas, oírlas –siempre sobre sus caballetes– y comentar entre nosotros todo lo que sabíamos sobre la moto. Randy Mamola, Casey Stoner y Loris Capirossi no se perdieron la cita pero, como nosotros, se quedaron al resguardo de los boxes.
Ducati nos prometió una próxima cita, esta quizá en Mugello, pero para ella tendremos que esperar hasta finales de mes. Yo por el momento ya estoy tocando madera para que no vuelva a suceder lo de ayer…