Lo ola de frío que azota estos días nuestro país se dejó notar, y de qué forma. Bajas temperaturas, fuerte viento y ambiente seco, complicaron en gran medida el desarrollo de la prueba, dificultando enormemente el montaje de la misma y todos los preparativos, lo que obligó a la organización a trabajar a contrarreloj durante la última semana, salvando contratiempos de verdadera fuerza mayor.
Sin duda el más significativo fue el martes anterior a la carrera, en que las fuertes rachas de viento provocaron la rotura de la estructura de la carpa de la organización, y una de las vigas fue a impactar contra unos cables eléctricos, provocando la rotura de tres tramos de línea y dejando a oscuras las instalaciones de SIP. Tanto la carpa como la línea pudieron ser repuestas a tiempo y con ello sin duda quedaba garantizado uno de los puntos vitales y epicentro de la zona comercial, como es la carpa.
No solo afectó el epicentro, sino que buena parte del marcaje de los 70 kilómetros de recorrido tuvieron que ser revisados y reforzados ante los estragos ocasionados por el viento. Por si fuera poco, los termómetros batieron récords el fin de semana, llegando a una punta de -13,5 grados el domingo a las nueve de la mañana. Sin duda fue un fin de semana en que las prendas de abrigo fueron un bien muy preciado.
La Bassella Race 1 en su tercera edición presentaba una importante novedad respecto a las ediciones anteriores. Con la misma configuración de carrera basada en un rally de 60 km a realizar dos veces por los élite, senior y junior, y el mismo recorrido a una sola vuelta, pero con un bucle extra de 10 km, para los amigos, con el fin de hacer un poco más duradera la carrera de este numeroso colectivo.
Como siempre en la jornada del sábado tocaba vuelta de entrenamiento, en la que también participaron los inscritos en la categoría afición, sin carácter competitivo, que en esta edición ha demostrado que va ganando adeptos, ya que son muchos los que con 70 km de recorrido exigente en un solo día tienen más que suficiente para saciar sus ímpetus y adquirir unas buenas agujetas.
Con un terreno extremadamente seco, el paso de los casi 900 pilotos por el recorrido, quedó latente que el polvo iba a ser un factor de dificultad añadida a la carrera, incrementándose a medida que avanzaba la jornada, convirtiendo la salida del domingo en crucial para intentar obtener un buen resultado final.
Después de la vuelta de entrenamiento del sábado, uno de los platos fuertes del día era la espectacular prueba extrema, con una parrilla de salida realmente top.
Iván Cervantes, dominó de principio a fin las 10 vueltas al circuito, acumulando una ventaja de poco más de 1 minuto sobre Cristóbal Guerrero, mientras Aarón Bernárdez, completaba el podio de esta espectacular prueba y que además servía para establecer la posición en la formación de salida para el día siguiente.
Antes de la carrera extrema también se disputó una carrera para infantiles y de clásicas. Josep García en la primera y Xavier Castey en la segunda fueron los vencedores respectivamente.
Pocas apuestas jugaban a favor del joven sueco de Beta. Sin duda, uno de los momentos claves de la carrera fue precisamente antes de la salida, cuando media hora antes los pilotos tuvieron que aplicarse al máximo para poder poner en marcha las motos, después de haber pasado la noche en el parque cerrado a temperaturas gélidas.
Asegurar la puesta en marcha iba a ser clave, ya que la salida a motor parado iba a ser determinante para intentar situarse en los primeros puestos y evitar así la estela de polvo. La principal víctima fue nada menos que Iván Cervantes, su motor de arranque le jugó una mala pasada, mientras sus rivales ganaban metros tras darse el banderazo de salida.
Curvalle, Escalé, Kvarnström, Figueras, Quer, Planet, Reis eran algunos de los privilegiados que comandaban el grupo. En los primeros tramos hubo algunas alternancias en la cabeza de carrera, pero muy pronto las posiciones se fueron estabilizando. Uno de los primeros líderes fue Jordi Figueras, pero una caída permitía a Curvalle y a Kvarnström adelantarle.
Poco más tarde el sueco lograba superar al francés, iniciando ambos una escapada que ya nadie pudo impedir. Aunque en algunos sectores del recorrido Curvalle intentó dar caza al piloto de Beta, el fuerte ritmo y la estela de polvo, impidieron al piloto de Sherco poder acercarse lo suficiente para superarlo, conformándose con la segunda posición, lo que significaba la primera victoria de Kvarnström sobre la Beta.
Jordi Figueras también mantuvo sin problemas la tercera posición hasta cruzar la meta. Destacables fueron las remontadas de Fabien Planet y de Iván Cervantes, cuarto y quinto respectivamente.
Para Cervantes fue una carrera realmente difícil: «en algunos momentos estuve a punto de dejarlo, ya que al quedarme en la salida, para remontar tuve que asumir muchos riesgos, pero era importante seguir para ver el comportamiento de la moto en estas duras condiciones. En este sentido estoy muy satisfecho del resultado, aunque me hubiera gustado salir bien y luchar por la victoria».
Gerard Esteve, sobrino de Isidre Esteve, se llevó la victoria en junior y Ramón Folguera en senior. Tuvo que retrasarse el horario previsto de salida en la carrera reservada a la categoría amigos con el fin de que no se solapara con la carrera élite, y evitar así mayores problemas con el polvo.
En esta categoría, de nuevo el vencedor fue Xavier Castey, mientras que Laia Sanz, fue la gran protagonista, ya que después de una mala salida la pluricampeona del mundo de trial hizo toda una demostración de pilotaje y agresividad para remontar finalmente hasta la sexta plaza.