La edición 2022 del Goodwood Festival of Speed se celebrará del 23 al 26 de junio y, sin ninguna duda, será absolutamente inolvidable. En primer lugar, porque por primera vez desde el accidente que le dejó en silla de ruedas en Misano 1993, el estadounidense Wayne Rainey volverá a subirse a una moto de carreras: la Yamaha YZR500 con la que se proclamó tres veces campeón del mundo de 500cc en 1990, 1991 y 1992.
La segunda es que estará acompañado por otros tres pilotos legendarios del medio litro: su gran rival Kevin Schwantz, campeón del medio litro en 1993; el australiano Mick Doohan, rival de ambos durante años y que encadenó cinco títulos mundiales entre 1994 y 1998; y el mítico Kenny Roberts, primer campeón estadounidense de la clase reina y que logró tres títulos entre 1978 y 1980. Cuatro de las mayores leyendas de la historia del motociclismo, que acumulan la friolera de 12 títulos mundiales de 500cc
“Nunca pensé que tendría la oportunidad de volver a poner un pie en una moto de gran premio”, admite Wayne Rainey. “Y nunca pensé que tendría la oportunidad de compartir pista con Kenny, Mick y Kevin, algo que solo podría ocurrir en el Festival of Speed”, prosigue el californiano, que se deshace en elogios con los otros tres protagonistas.
“Obviamente, Kenny jugó un papel principal en mi carrera deportiva y en mi vida, así que tenerle con nosotros en Goodwood va a hacer que sea una experiencia todavía más increíble. Y muchos aficionados saben que Mick y Kevin fueron dos de los rivales más grandes de mi carrera en los grandes premios, y significa mucho para mí que viajen al Festival of Speed para lo que será un rato muy especial”, comenta el icono de Yamaha, deseando que llegue el día:
“Todos compartimos muchos recuerdos de competición, será divertido experimentar un nuevo sentido de camaradería con ellos. Será mi primera vez en el Goodwood Festival of Speed y no puedo esperar a que sea junio y estar allí”, concluye.

“Tras haber pasado la mayoría de mi vida viajando por el mundo, ahora me cuesta mucho salir de casa, pero habiendo oído que Wayne Rainey pilotará la YZR500 con la que ganó el título en 1992 en el Goodwood Festival of Speed, simplemente tenía que estar allí para ser testigo de una ocasión tan especial junto a Shae y Rex”, reconoce Kenny Roberts.
El tricampeón del medio litro tampoco quiere dejar pasar la ocasión de dar el crédito que merecen “a Yamaha Motor Company y Lin Jarvis en particular por echar a volar este proyecto y a todos los ingenieros en Japón que han puesto en marcha la moto y la han adaptado para que Wayne pueda pilotar”, continúa King Kenny, ansioso por vivir lo que será una fiesta histórica del motociclismo:
“La determinación de Wayne para hacer que todo esto pase no es ninguna sorpresa. Cuando tiene algo en la cabeza que quiere hacer, sucederá y la mejor prueba es que dos de sus grandes rivales, Kevin Schwantz y Mick Doohan, estarán presentes en el festival este año para vivir este sueño con él. Puedo prometer que no habrá un solo ojo seco. Será una gran fiesta”, sentencia el Marciano.

“Pilotar una 500cc de Gran Premio junto a Wayne Rainey es algo que ha sostenido toda mi vida”, apunta Kevin Schwantz. “Ha pasado mucho tiempo desde que Wayne pudo estar sobre su moto de carreras, y poder volver a experimentar eso para mí va a ser algo increíble. Estoy deseando que lleve el Goodwood Festival of Speed de este año y poder ver a Wayne, Shae y Rex y llevar a mi familia allí, es algo sobre lo que estoy muy emocionado”, afirma el Pajarito.
“Estoy deseando volver a Goodwood, han pasado unos cuantos años desde mi última visita”, comenta Mick Doohan. “Será un momento muy memorable ver a Wayne de vuelta sobre dos ruedas, creo que será su primera vez en una moto de carreras desde su accidente en 1993”, continúa el pentacampeón mundial del medio litro, que recuerda los tiempos en los que se midieron en pista:
“Haber corrido contra él durante muchos años, además de haber estado cerca de arrebatarle un título un par de veces a principios de los 90, fueron recuerdos muy especiales en mi carrera. Él y yo tuvimos una gran rivalidad, especialmente en el 91 y el 92, donde desafortunadamente para mí, Wayne acabó ganando. Poder pilotar con él en el Festival of Speed es sensacional y será un auténtico espectáculo verle de vuelta en la moto”, augura.