La Yamaha F-EV parece exteriormente una minimoto convencional debido a su pequeño tamaño y sus ruedas de 14", pero va más allá por diversos motivos, desde su sistema de propulsión a la integración de un sistema de sonido que puede reproducir el ruido de una moto convencional cuando se arranca y cuando se para.
Su motor es el mismo que equipa la moto eléctrica de la marca, la TY-E, un modelo síncrono que se distingue de lo habitual porque aunque carece de cambio de velocidades tradicionales, sí que incorpora un embragiue convencional de tipo multidisco en aceite entre el motor y la transmisión secundaria, algo muy útil en la especialidad del trial.
Estructura convencional
En lo que respecta al bastidor, la Yamaha F-EV es una moto bastante convencional, con un chasis multitubular realizado en tubos de acero de sección redonda, con una horquilla convencional en la rueda delantera y un amortiguador anclado el basculante directamente en la trasera, así como un disco de freno en cada rueda.
El equipo de jóvenes ingenieros que ha realizado el proyecto ha buscado crear una moto de ocio destinada a divertirse en un circuito, como con cualquier minimoto tradicional. Integra un pequeño carenado con cúpula incluida, manillares bajos, y la posición deportiva típica de un circuito. Se ha buscado lograr un buen balance de peso situando la batería en la parte delantera de la moto.
Se acabó el silencio
Una de las carácterísticas de los vehículos con propulsión eléctrica es su funcionamiento silencioso, en el que básicamente sólo se percide el silbido de los elementos de transmisión y el producido por lo neumáticos. Sin embargo, uno de los placeres de una moto, y más en un circuito es el sonido de los motores convencionales, algo que en este modelo se ha podido suplir con la ayuda de la sección de sonido de Yamaha, una de las más potentes del mundo.
Para lograrlo, la Yamaha F-EV dispone de una tecnología de control activo del sonido de la propia firma que permite al conductor disfrutar del sonido típico de los vehículos de gasolina. Para ello se ha instalado una unidad electrónica de control, un amplificador sitiuado en la parte inferior de la moto y un altavoz que ocupa la ubicación habitual del depósito de gasolina, de manera que el sonido envuelve directamente al conductor.
