Aprilia SRV 850, BMW C 650 S y Yamaha TMAX

Comparativa maxiscooter del Aprilia SRV 850, el BMW C 650 S y el Yamaha TMAX.

Víctor Gancedo | Colaboran: Luis López Y Keko Ochoa | Fotos: Juan Sanz

Aprilia SRV 850, BMW C 650 S y Yamaha TMAX
Aprilia SRV 850, BMW C 650 S y Yamaha TMAX

El segmento de los maxiscooter más deportivos recobra protagonismo gracias a la llegada de un actualizado BMW C 650 Sport. La verdad es que desde que se renovó al completo en 2012, cuando llegaron el primer BMW, el Yamaha TMAX «530», el Aprilia SRV 850 y el Honda Integra, la clase de los scooter más efectivos y rápidos se había quedado un tanto aletargada. Ahora vuelven a escena gracias al revulsivo que ha supuesto la actualización del maxiscooter alemán. De este modo, BMW pretende seguir creciendo en cifras de ventas, acercándose cada vez más a las cifras del TMAX, un referente en la categoría desde su llegada hace ya cerca de quince años y que también incorporó alguna mejora el año pasado. Por su lado, el SRV 850 sigue siendo una alternativa muy interesante a sus dos acompañantes de estas páginas. Está claro que es menos popular, pero ello no quiere decir que esté menos preparado. Más bien, todo lo contrario. Con respecto al Integra, habrá que esperar a que llegue la renovada versión 2016 para incluirlo en el reparto. Respecto al Honda, cuyo concepto es el que más se acerca al de una moto, podemos avanzar que seguirá destacando por un precio muy competitivo, unos consumos muy bajos y una gran aceleración desde salida en parado, gracias a su transmisión con doble embrague y seis relaciones de cambio. 

¿A quiénes están dirigidos los maxiscooter?

El perfil del usuario de maxiscooter es probablemente el que abarca un espectro más amplio. En este tienen cabida desde los conductores más o menos nóveles, hasta los que están de vuelta de muchas cosas y antes de adquirir un modelo de este segmento ya han disfrutado de una o más motos. Con respecto a la edad, también la anchura de la banda es considerable. Comienza en torno a los treinta años y por arriba el límite no está muy definido.

El secreto de su éxito es que son vehículos que nos transportan de forma rápida, placentera y «limpia» al mismo tiempo. Además, se conducen sin demasiadas complicaciones. Se trata de darle al contacto, apretar el botón de arranque y salir «zumbando», sin más preocupaciones que las de acelerar y frenar. También cuentan con amplios huecos bajo los respectivos asientos, consumen poco y sus autonomías son más que aceptables. Y en cuanto a prestaciones van más que sobrados, permitiéndonos disfrutar de ellos, tanto a diario, como de viaje o en salidas de fin de semana. Además, cuidan nuestro calzado, porque todas las operaciones necesarias para conducirlos se realizan desde sus manillares.

Por tanto, encontrar defectos a los tres modelos que hemos reunido en esta comparativa no es una tarea fácil. Quizá lo que más llama la atención al principio son sus precios elevados, pero una vez que los analizas, se puede decir que están justificados los más de 11.000 euros que cuestan algunos de ellos en sus versiones más completas. Si atendemos a este factor, sorprenden los 9.999 euros que cuesta el Aprilia en versión básica, aunque si lo queremos con ABS y ATC, como la unidad de esta comparativa, el desembolso que hay que hacer es de 10.812 euros, muy parecido al del Yamaha sin ABS. Si escogemos el japonés con el citado sistema de seguridad, entonces su precio asciende hasta 11.499 euros, un poco más que el BMW, del cual solo existe una versión que incorpora ABS y control de tracción de serie.

Yamaha, BMW y Aprilia apuestan por los maxiscooter

Los maxiscooter son vehículos muy demandados en la actualidad y por ello son varias las marcas que apuestan fuere por ellos. Nuestros tres protagonistas de estas páginas se propulsan por mecánicas bicilíndricas, siendo en paralelo en el caso del C 650 S y el TMAX, y en V en el SRV 850. De acuerdo a la cilindrada, el Yamaha es el más pequeño con 530 cc, seguido por el BMW con 647 cc y por el Aprilia con unos sorprendentes 839 cc. Si hace un par de décadas hubiéramos dicho que iban a existir scooter con estos cubicajes, seguro que más de uno nos hubiera tachado de ilusos, especialmente si nos fijamos en el representante italiano.

Si atendemos a la calidad de funcionamiento, ajustes y acabados, está claro que el Yamaha, como buen producto japonés, es la referencia. El TMAX ha ido mejorando desde que llegó en 2001, hasta convertirse en un vehículo Premium. Suave, sin vibraciones y perfectamente ajustado, la verdad es que todo está en su sitio y nada desentona en él. Su transmisión final por correa dentada, de bajo mantenimiento, contribuye a que la suavidad de marcha sea superlativa.

También su tren delantero, con horquilla invertida y pinzas monobloque de anclaje radial, ayudan a que este maxiscooter sea admirable. Por su lado, el Aprilia también funciona con suavidad y discreción. A alta velocidad su rumorosidad mecánica es prácticamente imperceptible, mejorando incluso los valores del Yamaha, que siempre parece funcionar más revolucionado. También su transmisión final actúa con dulzura, aunque en este caso dependerá mucho del cuidado que le demos a la cadena a la vista que incorpora. El BMW también es agradable, pero si te subes a su asiento tras haberlo hecho en uno de los otros dos, está claro que percibirás un funcionamiento más trepidante y rumoroso, a pesar de haber mejorado este año.

El Aprilia SRV 850 alcanza una velocidad máxima de 190 km/h

Las prestaciones no son una cosa que preocupe en exceso a muchos usuarios de maxiscooter, pero sí son un apartado a considerar. Si el primero que pruebas es el TMAX, su rendimiento te parecerá más que suficiente, pero, como has podido leer antes, es el de motor más «pequeño» y sus prestaciones son también las más contenidas, aspecto que se percibe más cuanto mayor es la velocidad. El SRV 850 es el que acelera y recupera con la mayor contundencia, logrando también una velocidad máxima inalcanzable para sus rivales. Casi 190 km/h reales no están nada mal para tratarse de un scooter. Girar a tope el acelerador de este italiano es un verdadero placer y prácticamente da igual que la carretera suba o baje. Entre los dos se sitúa el C 650 Sport, que también permite mantener unos ritmos muy altos, con una velocidad máxima que supera incluso los 180 km/h (174 km/h en el caso del Yamaha).

El BMW C 650 S permite una conducción más agresiva

Si por prestaciones son vehículos que no dan lugar al aburrimiento, cuando llegan las curvas también nos permiten disfrutar a sus mandos. El BMW es el que se siente más rígido en líneas generales y el que tiene un paso por curva más firme. Si a baja velocidad se percibe algo menos ágil que sus rivales, a medida que aumenta el ritmo es el que nos permite realizar una conducción agresiva con mayor fluidez. A pesar de que sus pinzas de freno se aprecian menos completas que las del TMAX, en cuanto a resultados poco tienen mucho que envidiarle a las del japonés, que aunque es claramente más ligero, no consigue el aplomo y la regularidad del representante alemán a la hora de exigirle al máximo. El SRV 850 tampoco defrauda, pero su mayor peso le pasa factura y requiere un mayor esfuerzo por nuestra parte, así como una mayor anticipación en las frenadas más enérgicas. También su horquilla parece tener un mayor recorrido muerto que las de sus rivales. Esto hace que se produzcan más oscilaciones longitudinales de las deseadas al pilotarlo con alegría.

En el día a día también son vehículos que ayudan a que seamos más felices y que realicemos nuestros desplazamientos urbanos de manera alegre. Sí es cierto que los tres son largos y de peso considerable, mostrando algunas dificultades en espacios pequeños, pero a base de conocerlos y de tomar ciertas precauciones, podemos sacarles mucho partido. Aparte de por su gran suavidad, en el ambiente urbano es el Yamaha el que marca la pauta gracias a su menor peso y a que es algo más corto entre ejes. Sin embargo, el Aprilia sorprende con una dirección rápida de reacciones y que además nos permite girar en muy poco espacio a base de efectuar balanceos con decisión. Al BMW le cuesta un poco más dar la vuelta en espacios reducidos, pero nada que sea especialmente llamativo.

A la hora de poner los pies en el suelo, las cosas están muy igualadas entre los tres. Aunque los asientos no se elevan demasiado (790 mm en los tres casos según nuestras mediciones), sí es cierto que son anchos y no permiten llegar al suelo con excesiva facilidad. Por eso lo más recomendable es maniobrar siempre con la ayuda del motor y aparcar pensando en la salida, sin «remar» en exceso con nuestras piernas.