Por fin ha llegado la Suzuki GSX-R 1000 2017, la habíamos visto como prototipo en los salones de 2015 y también fuimos a conocerla en exclusiva a Japón, pero ha sido en Phillip Island cuando hemos podido probarla por primera vez. El despliegue que ha hecho Suzuki en su presentación es una muestra de lo importante que es esta moto para ellos, la última de la mítica saga GSX-R. 12 ingenieros de la marca y su piloto legendario Kevin Schwantz acompañaron a la nueva superbike durante esta puesta de largo. Su mensaje es claro: hacer la superbike más competitiva de la categoría y recuperar la corona. Algo que no es nada fácil teniendo en cuenta el nivel actual de las motos que hay en el mercado, con casi 200 CV reales y toda la electrónica imaginable.
Ha habido una época de cierta sequía en cuanto a modelos deportivos de la marca, pero no hay que olvidar que cuando llegó la primera GSX-R 1000 de la generación moderna, en 2001, rompió con todo lo establecido y fue capaz de superar a una rival tan dura como la Yamaha YZF-R1. En aquella época corría con una, así que me acuerdo bien de ese momento. Suzuki ha trabajado utilizando la tecnología de MotoGP, que tan buen resultado le ha dado en las carreras con la victoria en 2016 de Maverick Viñales en una carrera y sus tres podios.
Kevin Schwantz y Sergio Romero durante la presentación de la GSX-R 1000
Kevin Schwantz y Sergio Romero durante la presentación de la GSX-R 1000
Suzuki GSX-R 1000
La GSX-R más rápida
Las primeras sesiones en el rápido y técnico trazado de Phillip Island han servido para ver realmente hasta dónde ha llegado Suzuki con la nueva GSX-R 1000 en su versión R, la cual se diferencia por las suspensiones Showa BFF, la electrónica más completa, el panel LCD negro de la instrumentación, la luces de led y la batería ligera. Lo primero que llama la atención es lo compacta que es, algo que se está volviendo el estándar de las novedades de la categoría. El motor es más corto y estrecho, el chasis es más compacto y ligero, y el depósito te permite meterte dentro de la moto. Además, la carrocería es mucho más estrecha, en busca de las máximas prestaciones aerodinámicas y cuenta con un diseño que sigue las líneas de MotoGP.
En esta primera toma de contacto ha dejado un excelente sabor de boca
En cuanto te subes en la moto tienes la sensación de estar sobre una supersport, por tamaño y por manejabilidad. Ya no es una forma de hablar, es una realidad. Pero cuando empiezas a acelerar te das cuenta de que hay mucha potencia escondida en su pequeño chasis. La moto es muy progresiva y tiene una respuesta totalmente lineal, de modo que enseguida tienes confianza como para estirar el nuevo tetracilídrico hasta más allá de 14.000 rpm. Gracias al sistema SR-VVT de distribución variable que la marca ha heredado de MotoGP, donde llevaba 10 años utilizándolo, mediante el cual se varía el calado del árbol de levas de admisión con un mecanismo centrífugo, la gama de potencia es muy amplia y la respuesta mejor en toda la gama. El motor tiene tres curvas de potencia en el nuevo S-DMS, pero en circuito lo suyo es usar la A, que es la más directa. El control de tracción se puede variar en diez posiciones, pero las más adecuadas en pista son de las 5 a la 1, donde apenas interfiere en su entrada y te deja deslizar un poco, como pudimos comprobar en las curvas del circuito australiano.
Es una pasada dar gas con la moto inclinada y notar como empieza a perder tracción mientras se enciende la luz de aviso del Motion TCS en el cuadro. También evita con eficacia los caballitos hasta el nivel 2, gracias a que la centralita IMU monitoriza en 3D las reacciones de la moto. El cambio semiautomático, para subir y bajar de marcha, funciona muy bien, aunque en algunas reducciones a segunda es un poco más tosco que otros sistemas, ahora, la moto no se mueve lo más mínimo incluso en las apuradas más fuertes. Según Suzuki la potencia estará en línea con la más potente de la categoría y por lo que hemos visto aquí promete mucho.
Suzuki GSX-R 1000
Alma de superbike, cuerpo de supersport
Su agilidad es soberbia, algo muy necesario en un circuito tan rápido como Phillip Island, donde hay curvas en las que vas a 215 km/h con la rodilla en el suelo. La nueva GSX-R 1000 R ha demostrado que cambia muy bien de dirección a alta velocidad y que gira muy rápidamente. La dirección se mueve un poco en algunos momentos pero vuelve rápidamente a su sitio, demostrando que hay un gran compromiso entre manejabilidad y estabilidad, a la que también contribuye el amortiguador de dirección. Las suspensiones Showa Balance Free, con un pistón más grande, hacen que haya siempre una transferencia de pesos progresiva y puedes acelerar y frenar con ganas sin que la moto se descomponga, especialmente con unos reglajes algo más duros que los originales, como los que nos pusieron en esta pista. Los frenos cuentan con discos un poco más grandes y pinzas Brembo radiales, de modo que están en la media de la categoría y además ofrecen el ABS con función de inclinación, así que puedes frenar con la moto entrando en la curva y no percibes nada.
Lo mejorable es que hay que quitar el fusible para desconectar el sistema, algo que necesitarán los más rápidos. El propio Kevin nos habló de las sensaciones que le ha dado la nueva GSX-R 2017: "Es una moto muy pequeña y ágil, de hecho me recuerda más en su comportamiento a la MotoGP que a la Superbike de Suzuki. Puedes frenar hasta el interior de la curva y la moto gira en un instante, mientras que antes tenías que frenar y esperar un poco para meterla. La probé en un circuito muy virado y con baches y me pareció increíblemente fácil de llevar. Los frenos también han mejorado mucho. La IMU, el VVT son también soluciones que me parecen que le sitúan un paso más allá". En general la moto ofrece un paquete muy completo y es muy fácil de llevar yendo rápido en circuito, protege bien y no te castiga tanto, algo que te permite mantener tu ritmo sin tanto desgaste físico. En esta primera toma de contacto ha dejado un excelente sabor de boca y ahora solo queda compararla con sus rivales en circuito para ver si la GSX-R 1000 vuelve a ser la más rápida de las superbike.
Lo mejor:
-
Prestaciones y equilibrio
-
Electrónica y comportamiento dinámico
Mejorable:
-
ABS no desconectable