La firma taiwanesa SYM cada vez está más establecida en nuestro país. Hasta hace poco tiempo era una marca poco conocida en España, pero cada año que pasa aumenta su cuota de mercado, especialmente dentro del segmento de los scooter, en el que cuenta con modelos de todo tipo, con cilindradas que van desde los 49 hasta los 565 cc. La excelente relación calidad/precio de sus productos y la buena gestión del Grupo Motos Bordoy, importador de la marca, están siendo claves en el crecimiento constante que está experimentando la marca en nuestro mercados. La historia de la marca comenzó en 1954 en la ciudad de Taipei y en la actualidad también cuenta con sedes en China y Vietnam. Hasta el momento puede presumir de haber fabricado más de doce millones de vehículos entre scooter de muy diversa índole y motos de pequeña cilindrada, con un ritmo anual que ya supera las 600.000 unidades. La verdad es que la gama actual de Sanyang Industry Co., Ltd. es muy extensa y cada vez abarca más segmentos.
Entre sus scooter hay dos modelos que destacan sobre el resto y que comparten plataformas, diferenciándose tan solo en las cilindradas de sus respectivos motores monocilíndricos. Hablamos de los Maxsym 400i y Maxsym 600i, dos productos que son los buques insignia de la firma taiwanesa y que son el mejor ejemplo de lo comentado en el párrafo anterior. Se trata de dos maxiscooter que mezclan aspectos deportivos, con otros prácticos y turísticos. De este modo nos obsequian con unas prestaciones serias, equipamientos muy completos, buenos acabados y precios contenidos, convirtiéndolos en productos con mucho atractivo. Aunque los dos pueden ser utilizados en ambientes similares, a grandes rasgos y debido a un peso algo más contenido, el SYM Maxsym 400i se adapta mejor al ambiente urbano y se maneja mejor en espacios pequeños. Por su parte, el SYM Maxsym 600i cuenta con un radio de acción aún más amplio debido a su mayor rendimiento y esto hace que su faceta turística sea más generosa.
Diferencias más importantes
Propulsado por un monocilíndrico de 399 cc y 34 CV declarados, el Maxsym 400i ABS cuesta 5.899 euros. En su caso también se puede adquirir todavía sin ABS, lo que puede suponer una rebaja de 500 euros en la cifra citada. Por su parte, el Maxsym 600i ABS está empujado por un motor de 565 cc y 45 CV anunciados, y su precio de venta está fijado en 6.799 euros. En su caso no hay disponible una versión sin ABS, pero por otro lado si existe una variante Sport como la utilizada en esta comparativa, que incorpora algunos detalles estéticos que lo hacen más llamativo.
Con estos datos, podemos decir que el «cuatrocientos» cuenta con algunos rivales en el mercado como el KYMCO Xciting 400i o el Suzuki Burgman 400. Sin embargo, el «seiscientos» se puede decir que es una especie única, porque aunque sus prestaciones se aproximan e incluso superan a las de sus homónimos de dos cilindros, es claramente más ligero que ellos y cuesta en torno a la mitad.
Muy logrados
No sólo por rendimiento impresionan ambos Maxsym. También son elogiables por su buen funcionamiento, su eficacia y el aplomo que demuestran al mantener cruceros elevados por vías rápidas. Comparten chasis y componentes, por lo que sus comportamientos son muy similares. A grandes rasgos, sus diferencias más relevantes se encuentran en grupos termodinámicos, transmisiones, silenciadores y amortiguadores traseros. De hecho, al observarlos de lejos, son como «dos gotas de agua» y no es posible distinguirlos a no ser que los mires por el lado del escape. Bueno, si optas por la versión 600i Sport como la de esta comparativa y que tiene un sobreprecio de 200 euros, los puedes distinguir más fácilmente al incorporar un asiento con tapizado específico con las costuras en hilo rojo, así como unas bandas adhesivas, también en rojo, en los cercos de las llantas.
Suaves
Al ponerlos en marcha por primera vez y de acuerdo a los monocilíndricos que incorporan, lo que esperas es un funcionamiento ciertamente trepidante que te pueda hacer sentir sus pistonadas. Pero nada más lejos de la realidad. Además de poco rumorosos, la suavidad es la nota predominante de ambos motores cuando giran a ralentí o cuando efectuamos las primeras maniobras a baja velocidad.
Por otro lado, al acelerar de forma enérgica desde parado, los dos responden con prontitud, con lógicas ventajas para el «seiscientos», pero al mismo tiempo con dulzura.
Sí es cierto que el «cuatrocientos» va todo el tiempo más revolucionado y ello queda reflejado en un consumo algo más elevado cuando circulamos a 120 km/h mantenidos. Sin embargo, en un uso más variado y aprovechándonos de su mayor rendimiento, es el «seiscientos» el que quema más gasolina, superando por poco los 5 litros/100 km. También hay que mencionar que los datos de aceleración y de recuperación son significativamente mejores en el mayor, consiguiendo una velocidad máxima verificada de 165 km/h (149 km/h en el caso del Maxsym 400i).
Efectivos
A la hora de buscarle los límites en zonas de curvas, y aunque sus centros de gravedad se sienten un poco altos en los primeros compases, los dos Maxsym poseen un comportamiento acorde con sus elevadas prestaciones, con una buena capacidad de inclinación gracias, entre otras cosas, a una generosa altura libre. En ambos casos, la sensación de robustez del tren delantero es otro de los aspectos que más llama la atención a la hora de practicar una conducción agresiva y de aprovechar la potencia del equipo de frenos delantero, formado por dos discos de 265 mm mordidos por pinzas con anclaje radial. La horquilla, con barras 41 m es similar a la de una moto al contar con doble tija. Esto se traduce en una gran sensación de rigidez, tanto en apoyos fuertes, como al realizar cambios de dirección con cierta rapidez. Queda claro que bajo una apariencia turística, estos dos maxiscooter taiwaneses poseen buenas aptitudes deportivas, lo que contribuye a que su conducción sea divertida a nada que nos apliquemos sobre sus respectivos aceleradores.
Confortables
Ergonómicamente no existen diferencias entre ambos. La posición de conducción es muy acertada y cómoda para pilotos con fisionomías diversas. Si eres de talla contenida puede que sus asientos te resulten un poco altos, y si tu altura supera a la de la media, también es probable que las pantallas te parezcan algo bajas y que la parte trasera de los escudos se acerque a tus rodillas más de lo deseado, pero para tallas entre 165 y 185 cm, estos Maxsym son prácticamente perfectos. Ambos nos brindan un confort de marcha muy elevado y un tacto de mandos muy agradable, sin fatigarnos apenas al recorrer largos trayectos. También es destacable el buen trato que recibe el pasajero, que aunque va un poco más alto que el piloto, cuenta con un práctico respaldo para su zona lumbar, asas laterales y estribos plegables con sistema «one touch» que permite abrirlos fácilmente con los pies.
Si nos has probado nunca un SYM, es muy probable que el concepto que tengas de la marca taiwanesa no sea el correcto. Es verdad que los acabados de algunos de sus plásticos no son un ejemplo de excelencia, pero también es cierto que sus productos son fiables y cuentan con diseños acertados. Además, los Maxsym son muy polivalentes. Se desenvuelven bien en ciudad, son divertidos en carreteras de curvas y poseen un lado turístico muy interesante. También tratan bien al pasajero y no hay que olvidar su buen equipamiento, con un enorme hueco bajo el asiento en el que caben sin problemas dos cascos integrales.
Además, actualmente existe una campaña que aumenta aún más el atractivo de estos maxiscooter y que consta de 900 euros de rebaja en sus precios, con gastos de matriculación incluidos, cinco años de garantía y sistema de financiación, además de un baúl Shad de regalo, con 48 litros de capacidad y en el que pueden caber también dos cascos integrales.