Honda V 500 F

A principios de los 80 a Honda le entró la fiebre del V4. Aprovechando el tirón mediático de las carreras, lanzó toda una gama de modelos deportivos, turísticos y hasta custom con este motor, abarcando desde los 400 cc al litro de cilindrada.

Pep Burgaleta. Fotos: Lluís Llurba. Moto: Francisco Fontecha

Honda V 500 F
Honda V 500 F

A finales de los años 70 todos los fabricantes japoneses habían construido una imponente gama de motos dotadas con motores de cuatro cilindros en línea, que abarcaban desde las cilindradas medias, a las más altas. Honda había sido la precursora una década antes con el lanzamiento de la CB 750 Four, pero años después, lo cierto es que el resto de los fabricantes la habían superado técnicamente con sus motores de distribución biárbol y las primeras culatas de cuatro válvulas por cilindro.

Para no seguir la misma tendencia que el resto de las marcas, los ingenieros de Honda decidieron abrir una nueva vía, y crearon toda una gama de modelos con motores en V. En esos instantes, el mercado doméstico era realmente importante, sobre todo en lo que respecta a las motos de media cilindrada. La reglamentación japonesa hacía muy difícil adquirir motos de más de 400 cc, y casi imposible de más de 750 cc, pero jugando con esas capacidades se trabajó en dos vías. Por una parte, los modelos de mayor capacidad con Europa y América como objetivo, por otro los de 250 cc y 400 cc para su propia casa.

Las primeras motos que vimos en Europa de esta nueva generación fueron las Honda VF 750 F, aunque en EEUU ya se habían lanzado las Sabre y Magna. Se trataba de una deportiva que, aunque poco tenía que ver, inspiraba recuerdos de la NR 500 de carreras y de toda su tecnología. La espectacular Honda 750 causó asombró, aunque no se convirtió en una estrella en el mercado debido a su precio, a su carácter, demasiado tranquilo y que no ofrecía mejores prestaciones que las clásicas deportivas con los motores en línea, y a algunos problemas de fiabilidad, aunque en América, conocida como Interceptor, con un reglamento más abierto en las carreras se convirtió en la estrella del AMA con Spencer a sus mandos. A la Honda 750 F la siguieron modelos de mayor y de menor cilindrada con el mismo concepto. Por arriba se crearon las Honda VF 1000 F y posteriormente la Honda VF 1000 R antes del nacimiento de las VFR, pero por abajo también llegaron a Occidente las Honda VF 500 F, unas motos a medio camino entre las 400 del mercado japonés, y las versiones de mayor cilindrada que teníamos por aquí.

Aunque a España, que estaba por entonces abriéndose a las marcas niponas, no llegó hasta 1985, la Honda VF 500 F se presentó en el salón de París de 1983 como modelo para la siguiente temporada. El año anterior la Honda VT 250 F había sido, con unas 52.000 unidades, la moto más vendida en Japón, y Honda quería repetir el éxito también en Europa con un modelo deportivo de buenas prestaciones y con el «caché» que suponía el motor V4. Por ello construyó una moto dotada de un motor de altos vuelos que subía por encima de las 12.000 rpm y que disponía de unas buenas prestaciones, capaz de llegar a los míticos 200 km/h, aunque ya por entonces la cilindrada media había subido de 500 cc a 600 cc, y la llegada de la Kawasaki GPZ600R, poco después, supuso un nuevo nivel de prestaciones a las que la Honda no podía aspirar.
En cualquier caso, la mecánica de la Honda era espectacular, con su motor V4 abierto a 90? dotado de refrigeración por agua, su chasis de tubos de acero cuadrados y algunas soluciones en la parte ciclo como el sistema antidive o la suspensión trasera progresiva. Los neumáticos radiales estaban a punto de llegar, pero todavía estamos en la época de las llantas estrechas, aunque la presencia de una rueda de 16” delante, habitual en toda la saga V4 de Honda, hacía que las gomas de ambos trenes tuviesen una anchura muy parecida.

La Honda VF 500 se servía en dos versiones, porque la inicial, denominada F2 y dotada de un carenado integral, se complementó desde un comienzo con otra en la que la zona central se había eliminado, denominada simplemente F, y que en nuestro país era notablemente más barata. De 5.824 € (969.000 ptas), se reducía a 5.283 € (879.000 ptas). Ambas tenían una estética que era común a toda la serie, pero que en este modelo se acercaba más a la de la versión 1000 R, que era la estrella de toda la familia.
Lo cierto es que la vida de la Honda VF 500 F fue bastante corta, porque 1986 fue su último año de producción, con tan solo tres en el mercado. Las deportivas de cilindrada media se habían radicalizado, aumentado su potencia, y los 70 CV de la Honda ya no eran suficientes. Estaban naciendo las primeras 600 cc deportivas cuyas descendientes todavía campan en nuestro mercado, y Honda la sustituyó por una moto que hoy en día todavía es un mito, la Honda CBR 600 F. En cualquier caso, estas motos son probablemente las que mejor recuerdo acabaron dejando de toda la primera familia de V4 de Honda, unas motos sin problemas mecánicos y con un funcionamiento acorde con lo que se esperaba de ellas.

La nueva generación de motores en V no se restringió a los tetracilíndricos, y la más pequeña de todas, la VT 250 fue la que registró más ventas, ayudada por su éxito en Japón. Su propulsor sirvió de base para crear la 500 que llegó a Europa y América.

También vendida en Japón, la Honda VF400 ya era una cuatro cilindros con la misma estructura de V abierta a 90? que sus hermanas mayores, pero con una parte ciclo bastante parecida a la de la 250, con chasis de tubo redondo, llantas Comstar y frenos de disco In borrad.

La primera gran Honda VF que llegó a Europa fue el modelo deportivo, la versión 750 F, que en muchos aspectos, especialmente en lo que a la parte ciclo se refiere, sirvió de inspiración para la realización de la 500, aunque con una base de motor diferente.

La versión media de la familia VF, conocida como Interceptor en EEUU se distribuyó en versión de carenado completo y con la parte central desnuda, pero con el resto de sus características comunes. Tan sólo se mantuvo tres años en el mercado.