Honda XRV 650 Africa Twin

Con el tirón de sus victorias en el París-Dakar y la moda de las grandes trail en su primer apogeo, Honda creó una moto a imagen de sus motos oficiales de las carreras africanas.

Pepe Burgaleta. Fotos: Juan SanZ

Honda XRV 650 Africa Twin
Honda XRV 650 Africa Twin

En 1979 Thierry Sabine organizó la primera edición de una carrera mítica, el París-Dakar. Y, sin duda, si hay una época en la que esta competición se gestó fama, fueron sus comienzos la década de los 80. Por entonces no se contaba con satélites para guiarse, no había balizas, la política no había entrado en juego, manteniendo todo el romanticismo y la aureola de aventura que se podía imaginar. Su fama creció exponencialmente hasta el punto de involucrar oficialmente a las mayores firmas de motos: Honda, Yamaha o BMW. La primera ganó la carrera en cuatro ocasiones sucesivas: 1986, 1987, 1988 y 1989, rompiendo el monopolio de BMW de los años anteriores, para retirarse justo después de su última victoria. Ese último año ya llevaba unos meses en el mercado una moto lista para participar en la carrera, y que se hizo con la victoria en esa edición y en la siguiente en la categoría Marathon, reservada a las motos de serie, la Africa Twin 650.

Con su estética africana, su gran depósito de gasolina, sus colores HRC, y sus dotes dinámicas, la XRV650 aunaba la eficacia con la facilidad de conducción. Parecía enorme solo hasta que te subías en ella, y era capaz de ofrecer un perfecto comportamiento en cualquier situación, desde la autopista, a las pistas africanas. La Africa Twin además recordaba y mucho a la NXR750 oficial vencedora tantas veces en la carrera, y se convirtió en un éxito. Honda disponía de dos modelos mucho más «civilizados», la NX650 Dominator y la XLV600 Transalp, pero estaba claro que la nueva XRV650 era una moto mucho más excitante.
Lo curioso era que realmente Honda no había necesitado hacer nada nuevo para crear una moto que parecía única. El motor V2 a 52° con las muñequillas del cigüeñal desfasadas para reducir las vibraciones llevaba tiempo empleándose en diferentes modelos de moto media década, y el resto de su estructura era completamente convencional y muy parecida a la de la Transalp, un modelo mucho menos emocionante. Otro de los empujones que la moto necesitaba se lo proporcionó el importador francés de Honda, que puso en liza en el Paris Dakar en 1989, 50 unidades preparadas para la categoría Marathon con mínimos cambios, logrando no ya ganar, sino teñir de sus colores la carrera. 18 de aquéllas acabaron, y la mayoría de las bajas no se debieron a problemas mecánicos, sino a caídas, desfallecimientos o fatiga excesiva de sus pilotos, y una a la negativa de las autoridades libias a dejar pasar a un participante que era un soldado francés.
La XRV650 solo estuvo en el mercado dos años, en 1990 sufrió una remodelación y se convirtió en la XRV750, que con ciertas variaciones se mantuvo en el mercado más de una década, hasta 2002, llegando a cohabitar con la XLV1000 Varadero. La 750 era una moto básicamente igual que su predecesora, pero ya tratada como una verdadera rutera más que como una moto para correr en carreras africanas, sin duda una moto que hoy sería considerada una perfecta trail con nuestros nuevos estándares.