Harley-Davidson estudia mucho las peticiones de sus concesionarios y a menudo trabaja para satisfacer sus necesidades. La Low Rider es una moto carismática de la firma de Milwaukee que llegó al mercado en 1977 y estuvo muchos años en el mercado, pero durante un lustro desapareció del catálogo de la marca y su retorno se produjo entrado 2014. Muchos clientes la pedían y Harley-Davidson consideró que era el momento de hacerles caso.
Para ponerla en escena, antes la sometió a una importante actualización. Además de aprovecharse de muchas de las novedades incorporadas a la familia Dyna en los últimos años y de algunas de las mejoras que llegaron con el proyecto Rushmnore hace cerca de dos años, la Low Rider destaca por estar empujada por el Twin Cam 103, con refrigeración por aire y sin eje de balance, acoplado al chasis mediante anclajes elásticos para filtrar sus vibraciones. También monta una horquilla con gruesas barras de 49 mm y una separación entre ellas mayor que la de su antecesora («Mid Glide» en lugar de «Narrow Glide»), acompañada de un equipo de frenos Brembo con dos discos mordidos por pinzas de cuatro pistones y ABS opcional.
Fiel a sus principios
A pesar de haberse actualizado en muchos aspectos, la nueva Low Rider incluye detalles inequívocos del modelo que evocan a la primera versión de hace casi 40 años. El asiento bajo, el gran logotipo en rojo del depósito o la pequeña visera cromada montada sobre el faro delantero, recuerdan inevitablemente a la primigenia. También el escape tipo «2 en 1» acabado en un largo y grueso silenciador, las tapas «rectangulares» de los laterales, el soporte de la placa de matrícula ubicado por encima del piloto trasero o las llantas de aleación de palos rectos tipo «Mag», delatan que estamos ante una Low Rider.
La posición de conducción está marcada por el nuevo asiento muy bajo, que ofrece la posibilidad de regularse gracias a un tope trasero desmontable que incluye de serie (y que no aparece en las fotos de esta prueba), pensado para que los pilotos más bajos encuentren un mejor acomodo a los mandos de esta norteamericana. También los estribos han retrasado su posición en el chasis cerca de 60 mm y las «torretas» del manillar incluyen un curioso sistema de bieletas que permiten un desplazamiento longitudinal superior a 60 mm. De este modo la posición de conducción de la nueva Low Rider es muy modulable, con el objetivo de adaptarse a conductores de distintas tallas y que los más bajos o las féminas no se atemoricen a pesar de que en la báscula ha alcanzado los 308 kg con el depósito lleno.
Como has podido leer al principio, esta es una Harley pequeña y grande al mismo tiempo, dirigida a conductores con experiencia. Muchas veces los pilotos de poca talla y las mujeres se ven obligados a comprar modelos de iniciación a pesar de llevar muchos años montando en moto. Para ellos Harley-Davidson ha puesto de nuevo en el mercado la Low Rider («conductor bajo» si lo traducimos al español), un modelo considerado como un icono por muchos aficionados de la marca.
También es cierto, que al contar con una posición regulable, no hace falta ser necesariamente pequeño para acoplarse a sus mandos. El manillar se regula en apenas dos minutos con una llave de Allen y el tope trasero del asiento también se desmonta con facilidad. Así no hay ningún problema si mides 180 cm e incluso algo más. Al llegar con los dos pies al suelo con mucha facilidad, la sensación de control en maniobras a baja velocidad y al detenernos es mayor y, salvo al empujarla sin la ayuda del motor, nunca parece que tenemos entre las piernas una moto de más de 300 kg, que no son pocos.
Sensaciones familiares
Una vez colocado a sus mandos, su posición de conducción natural y nada forzada, hace que enseguida te sientas como en casa. A pesar de ser una cruiser desnuda y no ofrecernos protección, no resulta fatigado hacer kilómetros a sus mandos. Funciona de manera suave sin apenas transmitir vibraciones y el asiento es cómodo. Si es cierto que, por motivos de diseño, la suspensión trasera no posee demasiado recorrido, pero si evitamos carreteras en mal estado, los paseos a los mandos de esta Harley son placenteros.
Además, su comportamiento es muy convencional para tratarse de una gran cruiser y nos permite cierto disfrute en zonas de curvas. Aunque la horquilla cuenta con un lanzamiento generoso, se cambia de dirección con mayor facilidad de la prevista y al inclinar los estribos rozan más tarde que en otras custom. Y luego cuenta con una frenada potente y dosificable, sin obligarnos a hacer mucha fuerza sobre la maneta para conseguir resultados satisfactorios.
El motor Twin Cam 103 encaja a la perfección con las características de esta moto. Responde con prontitud desde apenas 1.000 rpm y en torno a 3.000 es cuando entrega su par máximo, sin estirar mucho más allá de las 5.000. La verdad es que posee un buen empuje y unas prestaciones más que dignas, con un desarrollo máximo muy largo (240 km/h) que le permite circular muy relajado a ritmos legales y consumiendo poco para tratarse de un gran bicilíndrico de 1.690 cc.
La caja de cambios sigue siendo algo ruidosa de funcionamiento, pero su accionamiento es cada vez más suave, aunque también es cierto que hay que acompañar bien a la palanca en todo su recorrido para que las operaciones de subir o bajar marchas se realicen con corrección.
Además, su precio de venta es competitivo para tratarse de una Harley-Davidson, siendo la más accesible de las Twin Cam tras la Street Bob, aunque en el caso de la Low Rider, como has podido leer, ya nos encontramos con doble disco de freno en el tren delantero, instrumentación con dos relojes sobre el depósito y espacio para el pasajero, además del sistema de «bieletas» que permite regular el manillar o el tope desmontable del asiento del piloto.
Características
- Precio: 17.500 €
- Potencia: 75 CV
- Peso: 302 KG