Honda Forza 250 EX

Prueba a fondo del scooter más tecnológico de Honda. El conocido Honda Forza se pone al día gracias a una versión 249 del motor del Scoopy 300 que además monta una interesante versión de variador que, en la práctica, son cuatro cambios en uno.

Josep Armengol / Fotos: Juan Sanz / Acción: Roberto Ruíz

Honda Forza 250 EX
Honda Forza 250 EX

El Honda Forza ya es un viejo conocido nuestro: nos deslumbró bastantes meses atrás con su carga tecnológica, recuerda que es el primer scooter (o moto) que no tiene llave de contacto sino una tarjeta inteligente que detecta nuestra proximidad a la moto para activarse, y ése es sólo uno de sus numerosos «gadgets» que también incluyen un ABS de última generación, inyección o un variador controlable electrónicamente (algo que sólo otro scooter dle mercado tiene, el Suzuki Burgman 650), además de una guantera bastante capaz y un hueco bajo el asiento muy aprovechable y en el que hay espacio de sobra para dos cascos integrales (es decir, que es de los huecos más capaces del mercado).

Sin embargo, su motor era una asignatura pendiente de Honda: a pesar de la electrónica seguía utilizando la base del ya antiguo Foresight y nunca fue un propulsor brillante, algo que en su momento no era grave ya que la competencia estaba a su nivel, pero ya hace un tiempo que los scooter 250 han dado un «salto» en prestaciones y le habían dejado atrás. Pero ya no: la aparición del veloz Scoopy 300 (cuya cilindrada es realmente de unos 270cc) nos hizo sospechar que todo el trabajo de desarrollo de ese motor, totalmente nuevo y realmente «del siglo XXI», ni se iba a quedar solamente para que lo aprovechara el rueda alta y así es.

El nuevo Forza, que exteriormente es idéntico al conocido hasta ahora, monta un motor totalmente nuevo cuya base es la del Scoopy 300: dimensiones muy contenidas y estructura interna muy particular, de forma que el cigüeñal bate poco aceite (como en un motor de cárter seco) aunque el aceite sí esté en el propio cárter (pero optimizando su refrigeración), y todas las modernidades que uno pueda esperar de un propulsor de este siglo como son la culata multiválvulas y otros detalles de construcción orientados al mínimo peso y máxima eficiencia con mínimas emisiones.

Secuencial o automático

También el variador, que como el motor es enteramente nuevo, ha visto revisada la programación: ahora al dar al contacto entramos siempre en el modo «variador automático D», que es el más tranquilo y suave pero también algo lento de reacciones. Podemos seleccionar desde ese modo el «variador automático S» (sport) que es como el anterior con el motor unas 1.500 rpm más revolucionado, buscando una respuesta más alegre.

Pero hay más: un modo nuevo, que seleccionamos desde la piña derecha y que activa una visualización digital en el cuadro de instrumentos de la «marcha» (realmente es una posición fija en el variador) que llevamos, de 1ª a 7ª, y que de esta forma se seleccionan de forma automática (veremos una A en ese display). Por último, si estando es el modo secuencial pulsamos los botones (piña izquierda) o -, pasaremos al modo manual (M).

Así que, efectivamente, el Forza nos ofrece ¡cuatro! cambios diferentes. Lo más cómodo es usar el modo variador (en S, el D es muy soso) en ciudad, y el secuencial automático cuando tengamos prisa o fuera de ella, ya que es con el que conseguimos mejores prestaciones ya que cambia apurando muy bien el motor con el gas a fondo. Arrancar de un semáforo en ese modo es espectacular: el motor sube en primera hasta casi el corte y va cambiando con la aguja entre las 8.000 y las 9.500 vueltas...

Práctico y cómodo

Por lo demás el Forza sigue siendo un scooter muy cómodo, sorprendentemente ágil y muy práctico gracias a su enorme hueco bajo el asiento o las guanteras de que dispone. Lástima que está pensado para el mercado japonés y eso implica esa estética «naked» con manillar plano (eso está bien) pero pantalla inexistente (nos da todo el aire...). Las prestaciones están ahora al nivel de sus rivales (pensamos en el superventas X-Max pero también en otros buenos 250 como el Peugeot Satelis o Gilera Nexus) y el precio, algo alto, se justifica plenamente por sus acabados sobresalientes, la tecnología que llevamos a bordo y por ese ABS tan eficaz y seguro.