Gilera GP800

Elegante deportivo. Haciendo clara analogía con la cilindrada reina del Campeonato del Mundo de Velocidad, el nuevo Gilera GP800 (Gilera Performances), deja bien claras sus intenciones. Estamos frente al scooter más potente y veloz jamás fabricado. ¡Pero hay más!, y como buen italiano, la elegancia forma parte de su esencia...

Gilera GP800
Gilera GP800

Texto: Oscar Pena, desde Milán
Fotos: Milagro / J.C. Orengo

Una velocidad máxima de 200 km/h y una potencia de 75 CV son dos datos que hacen del Gilera GP800 un scooter muy especial. La evolución de los maxiscooter continúa imparable, y deriva en este gran scooter con prestaciones de moto de alta cilindrada. Gilera, de la mano del grupo Piaggio al que pertenece, ha sido la primera en fabricar y poner en circulación un vehículo de este tipo, a la espera de que se haga realidad aquello de «el que da primero, da dos veces…».

Dos Caras
Las expectativas puestas en el Gilera GP800 hacían especialmente atractiva esta primera toma de contacto, que ha tenido lugar en la ciudad de Milán. Un marco incomparable si pensamos en un lugar donde se concentre la esencia del buen gusto italiano. En un primer vistazo, el inédito Gilera más que grande, lo que parece es largo, y sin duda su estudiado diseño exterior, de líneas suaves y elegantes, concuerda con las tendencias actuales del segmento.

Al tomar los mandos comprobamos como el asiento se localiza a una altura razonable, y a pesar de ser bastante ancho llegas al suelo con los dos pies sin ser muy alto y sin ningún problema. Mejor, pues es necesario un buen apoyo cuando se maniobra en parado y a muy baja velocidad. La razón es su considerable peso del Gilera GP800 (245 kg declarados en seco), y el hecho de que el manillar no gire mucho. Aspectos estos que no le convierten en el mejor de su especie dentro de las grandes urbes, aunque claro, ¿qué scooter podemos considerar de su especie? Ninguno, pues el que más se le acerca es el Yamaha T-Max 500, con una tercera parte menos de cilindrada y 20 CV de potencia máxima de desventaja.

Por otro lado, la posición de conducción es confortable y no dista mucho de la de cualquier scooter de alta cilindrada, como, por ejemplo, el anteriormente mencionado. Hay espacio más que de sobra para las piernas y por la localización del manillar circulas bastante erguido. El pasajero también cuenta con un espacio considerable y estribos propios retráctiles. En este punto destaca la buena protección aerodinámica del Gilera GP800, pese a no ser particularmente ancho, gracias a su estudiado diseño y a la instalación de una pantalla de tipo «doble burbuja», similar a las utilizadas en motos deportivas y que es regulable en altura eléctricamente (mediante un botón en la piña derecha).

Su cuidado aspecto exterior y moderno diseño concuerda con los buenos ajustes de sus componentes. Destaca el cuadro de instrumentos, compartido con el nuevo Fuoco, que es de fácil lectura y muy completo. No le faltan ni el indicador de nivel de combustible, ni el cuentarrevoluciones, ni el termómetro de temperatura exterior o del líquido refrigerante. En contrapartida, y para tratarse después de todo de un scooter (el más poderoso fabricado hasta la fecha eso sí), se echa de menos más espacio para el transporte de objetos. Carece de guantera alguna y el hueco bajo el asiento, al que se accede mediante el mando a distancia de la llave o a través del clausor, no es particularmente grande, aunque al menos cabe un casco integral.

Un detalle interesante es la instalación de un casi obligado caballete central y de freno de mano, muy útil al estacionar en pendiente, sobre todo teniendo en cuenta sus generosas dimensiones y peso.

Fuertes sensaciones
Casi al ralentí, el Gilera GP800 se deja ir con suavidad, al tiempo que percibes las palpitaciones de su poderoso motor de dos cilindros en V a 90º. Éste se localiza dentro del chasis doble cuna en tubo de acero en posición longitudinal (como en las Ducati, por ejemplo), de ahí que el Gilera GP800 sea un scooter realmente largo. A la menor insinuación sobre el acelerador responde con rapidez y contundencia, mostrando una progresividad y entrega de la potencia extremadamente lineal. Sin duda, una de sus grandes virtudes. La sensación de aceleración es fantástica, y es capaz, según el fabricante, de alcanzar los 100 km/h en 5,7 s. Habrá que comprobarlo cuando dispongamos de una unidad de pruebas a partir de noviembre, pero seguro que lo hace porque es realmente un verdadero tiro.

Las vías de extrarradio y la autopista son los ambientes para los que ha nacido el Gilera GP800. Ahí es confortable, muy veloz y seguro, rodando siempre estable y con una excelente precisión de dirección. A este buen comportamiento del chasis se une una frenada sobresaliente, producto de su equipo de frenos Brembo Serie Oro. Carece de sistema combinado alguno, dando a entender que se quiere comportar como una moto, y también de ABS, un componente que se está estudiando instalar como opción en futuras versiones. Por otro lado, destacar que la transmisión final es por cadena en lugar de por correa. Según la marca, la han utilizado porque es más acorde a la filosofía deportiva del producto, aunque no nos convence el tener que engrasarla, tensarla y cambiarla cuando fuere necesario (un poco engorroso, ¿no?).

En carreteras viradas no tuvimos la oportunidad de probarla durante la presentación debido a que el recorrido escogido por Gilera contemplaba ciudad y autopista solamente. No obstante, casi puedo asegurar que si no fuerzas mucho el ritmo te recompensará con una conducción fluida, divertida y segura, pero si pretendes ir apurando frenadas, la moto cederá en su tren delantero, tanto por tarado blando de horquilla (pensado más para el día a día y el confort de marcha), como por rigidez del chasis a la altura de la pipa de la dirección.

En conjunto el nuevo Gilera GP800 es atrevido por concepto, satisfactoria por su comportamiento y competitiva por precio. Habrá que ver cómo responde el mercado a un scooter tan visceral y único, en el que la barrera de los 200 km/h pasa a mejor vida por primera vez, a costa, eso sí, de perder parte de las innatas cualidades de estos vehículos dentro de las grandes urbes. Es imposible tenerlo todo…