Yamaha X-Max 125 ABS

La Yamaha X-Max 125 ABS, lo que le faltaba al scooter japonés. Por fin le ha llegado el aclamadoo antibloqueo al Yamaha X-Max, un dispositivo de seguridad activa que mejora la frenada del scooter, lo que siempre es bienvenido, aunque a costa de rascarse bien el bolsillo.

Pablo Bueno. Fotos: Lluís Llurba

Yamaha X-Max 125 ABS
Yamaha X-Max 125 ABS

Cuando se presentaron los renovados Yamaha X-Max 125 y 250 a principio de 2010 nos pareció extraño que, con el nivelazo de equipamiento y precio de ambos (4.049 y 4.679 euros, respectivamente), no incorporara ninguna asistencia para la frenada. Cuando preguntamos por ello a la gente de Yamaha no nos quisieron contestar, pero ése era un as que la marca japonesa quería guardar en su manga para 2011.

Si bien hay que decir que en la cilindrada de 125 y con unas prestaciones inferiores el ABS puede parecer, a priori, menos necesario, lo cierto es que es la ciudad el ámbito que más trampas esconde para un motorista y es ahí donde un sistema antibloqueo de frenos te puede salvar de más de un susto e incluso una caída. Charcos, pinturas antideslizantes (sólo en teoría), calles bacheadas, lluvia... la lista de incidencias es interminable y lo cierto es que toda ayuda a la conducción es bienvenida.

Cómo funciona
El sistema elegido por Yamaha para el ABS del X-Max es independiente: cada rueda tiene su propio sensor de velocidad y cada circuito (delantero y trasero) tiene su propio regulador de presión, que libera la rueda cuando detecta que va a bloquearse, para luego volver a frenar... y así sucesivamente, hasta que la moto se detiene. Es decir, no monta sistema combinado como sí lo ha hecho en la Super Ténéré (o como hacen Honda o Peugeot), que pensamos es el mejor y más efectivo con diferencia.

De esta forma, al frenar con fuerza, debemos presionar las dos manetas y la centralita que regula el ABS hace todo el trabajo. El de delante funciona perfectamente, pero el trasero es demasiado intrusivo y cuando tiramos sólo de la maneta izquierda, la distancia de frenada se prolonga más de lo debido. Así que, con el X-Max ABS, utiliza siempre ambas manetas.

«Made in Spain»
Por lo demás, el X-Max es el mismo en todo, con la única diferencia de un peso 3 kg superior con respecto a la versión estándar. Con una capacidad de carga enorme, un equilibrio entre motor y parte ciclo sobresaliente y una nobleza de reacciones cuando lo conduces que engancha.

Además, por qué no decirlo, esta altísima calidad de acabados (made in Spain) y su diseño deportivo, lo hacen muy cercano a su hermano mayor, el T-Max. Es una pena que su precio sea tan elevado: 4.549 euros es mucho para un «cientoveinticinco» y más teniendo en cuenta que su digno rival, el Peugeot Satelis Urban ABS-PBS2 cuesta 3.879.