Ser el superventas de SYM no es cualquier cosa. Estamos hablando de la séptima marca en cuanto a volumen de ventas de motos en nuestro país y cuarta de ciclomotores. Pero es que si nos centramos en los scooter (toda la gama actual de SYM), alcanzan el 10,42 % de cuota de mercado y mantienen una curva de crecimiento constante (hace un lustro representaban el 8,27 %) que de momento no tiene techo. Detrás de este éxito en nuestro país se encuentra una empresa familiar con sede en Barcelona y medio siglo de historia, Motos Bordoy, importador exclusivo de SYM en España desde 2004.
Al contrario que otras marcas, que están optando por la concentración de modelos, SYM apuesta por una atomización. Bajo el lema, “un scooter para cada usuario”, la marca está presente en seis categorías, con ocho modelos y 19 versiones, con motorizaciones que van desde el los 49 cc hasta los 565 cc del Maxsym 600.
Esta pluralidad tiene su apogeo en la familia Symphony, que cuenta con cuatro versiones diferentes: Symphony SR (el más económico, con el faro integrado en el escudo), Symphony “a secas” que ves en estas páginas (anteriormente conocido como S), Symphony ST (el más alto de gama, con motor refrigerado por agua) y Symphony Cargo (ideada para flotas de transporte). Hechas las presentaciones, nos metemos en faena.
Todo nuevo
La excusa para renovar el Symphony ha sido, como no, adecuarlo a la normativa Euro 5. Y aprovechando esta circunstancia se ha sometido a una completa revisión, tanto en su diseño como en su mecánica. En lo primero, se ha hecho un lavado de cara, con unas líneas más modernas en su carrocería y un cambio estético que se aprecia especialmente en el frontal. Una moldura cromada rodea a la luz de posición en el escudo, donde se integran también los intermitentes delanteros de nueva factura. El faro sobre el manillar con tecnología LED y un pequeño cupolino que hace una función más estética que de cortavientos.
Al nuevo monocilíndrico, con simple árbol de levas en culata de dos válvulas, se le han realizado modificaciones internas que le han hecho ganar en prestaciones, ya que comparado con el modelo anterior su potencia pasa de 10 a 11,4 CV a 8.500 rpm declarados; mientras que el par también aumente de 9,3 a 10,3 Nm a 6.500 rpm. Se mejoran las prestaciones, se reducen emisiones y, según nos cuenta la propia marca, también se reduce el consumo. Lo que es seguro es que gana en autonomía ya que el depósito de combustible aumenta algo más de medio litro, hasta los 5,4 l de capacidad. También es nuevo el motor de 50 cc, que desarrolla 3 CV a 8.000 rpm y como principal novedad estrena un sistema de inyección de combustible que sustituye al carburador.
Rueda alta
Llanta de 16 pulgadas y plataforma plana. Así de sencillo es pertenecer a un disputado segmento que se reparte el 22,8 % del pastel dentro de los scooter. Un concepto que tiene sus partidarios y detractores, pero que durante años ha sido líder indiscutible y el Symphony siempre ha estado en el top 5 de ventas.
El punto débil de este segmento es su hueco bajo el asiento, donde sigue sin entrar un casco integral. Para compensarlo se comercializa de serie con un baúl Shad de 33 litros de capacidad a juego con el color del scooter y que se abre con la misma llave que el contacto. Además, la plataforma plana se complementa con un gancho portabultos en el escudo y una guantera central con cerradura, para aumentar la capacidad de carga.
Su entorno natural es la ciudad y hace frente a su castigado asfalto con ese extra estabilidad y seguridad que aporta ver la vida desde ahí arriba. Y aunque, según aumenta el diámetro de la rueda se necesita más esfuerzo para maniobrar, las contenidas dimensiones y peso del Symphony hacen de la agilidad uno de sus puntos fuertes.
En marcha
Durante la presentación en la Costa Brava, además de callejear por la zona costera, tuvimos la ocasión de rutear por el interior y hacer kilómetros de carretera abierta, para comprobar que hay vida más allá de los muros de la ciudad. Quizás no para un viaje en autovía, pero sí para circular con tranquilidad por las circunvalaciones urbanas. La respuesta del gas es inmediata, con mucho brío en las salidas.
Durante el recorrido vi puntas superiores a 110 km/h sin sentir que se ahogaba el motor y sin percibir vibraciones. Y tampoco noté que el aplomo en marcha menguara cuando circulaba al límite de sus prestaciones, ni siquiera en la entrada de las curvas. La frenada la confía a dos discos de 260 mm y 240 mm delante y detrás, con sistema combinado CBS que es más que suficiente dadas sus dimensiones. Y la suspensión a un doble amortiguador trasero regulable en precarga.
Cuando hablamos de SYM a menudo se repite el mantra de la relación calidad-precio. Y no es solo que el PVP de venta al público esté ajustado hasta los 2.499 euros (2.199 el de 50 cc), es que además incluye seguro de serie el primer año y un servicio postventa, marca de la casa (Motos Bordoy), con 5 años de garantía oficial en todos sus modelos a partir de 125 cc.
El SYM Symphony 125 se comerciailza en cuatro colores: blanco con asiento en rojo, gris claro con asiento en negro, gris oscuro con asiento en rojo, y azul con asiento en negro
