Las trail han sido desde sus inicios unas motos perfectamente adaptadas a las exigencias de las montañas y además las últimas generaciones de este segmento se han vuelto además una viajeras excelentes. Esto ha hecho que muchos usuarios europeos las elijan para sus desplazamientos y su ocio, aunque no vayan a salir nunca del asfalto. De hecho basta con asomarse a cualquier puerto en los Alpes para darse cuenta del éxito que tienen aquí, en especial la GS de BMW en la mayoría de sus versiones. Este grupo cuenta con dos novedades importantes, La Honda Crosstourer y la Triumph Tiger Explorer, esta última, por cierto, es una de las que más expectación ha despertado. Junto a ellas están la última Suzuki V-Strom 650, renovada ligeramente el año pasado, y la Moto Guzzi Stelvio 8V, en la misma situación que la Suzuki.
El tramo de carretera que sube a Italia por el puerto de la Lombarda y baja hasta el pueblo francés de Isola, con un trazado de lo más variado, y las pistas de los valles aledaños, nos sirvieron para poner a prueba a estas completas motos. Todas ellas tienen la cualidad común ser cómodas para sus ocupantes. Es algo que está en su diseño, marcado por el manillar ancho y alto, los estribos en una posición idónea y un asiento confortable. Hasta ese punto todas coinciden y también lo hacen en que con todos los llenos superan, en la mayoría de los casos, los 250 kg, de modo que cuesta moverlas en parado.
Bueno, la V-Strom 650, que es la pequeña del grupo, se queda en unos correctos 214 kg. Es la más fácil de todas, tanto por su ligereza, como por su asequible motor. Es verdad que el bicilíndrico no tiene ni la pegada, ni el par de sus rivales más potentes, pero al final puede seguir el ritmo de las demás en tramos virados sin problemas, dado que puedes abrir el acelerador muy pronto sin comprometer el agarre del tren trasero. También le ayuda a seguirlas la pasmosas facilidad con la que gira en los curvas más cerradas.
Frenos y suspensiones tienen un tacto menos firme, pero a cambio te permite tomarte más licencias en pistas fuera de carretera. Rolf Henniges, probador de Motorrad, me preguntó en mi primer Alpen Master: si fuese un día de otoño en los Alpes, con el asfalto deslizante, condiciones poco favorables y tuvieses que elegir una de las 20 motos ¿con cuál te quedarías? Lo cierto es que por su buen equilibrio y compromiso me quedaría con esta Suzuki. Las puntuaciones mandan en esta ronda, aun así empata con la «Guzzi» en la tercera posición y es la quinta mejor puntuada de las 20 participantes.
La Stelvio 8V con pequeños retoques en su última versión es un gran trail de tacto deportivo, que se maneja mejor en los puertos de lo que su voluminosa estampa te hace pensar. Hay que acostumbrarse al tacto que le dan al bicilíndrico el cigüeñal longitudinal al sentido de la marcha y el cardan, especialmente en reducciones, pero una vez hecho esto puedes encontrar sus virtudes, especialmente el par a medio régimen y su buena tracción. Aunque la Stelvio es grande y pesada su chasis es suficientemente firme como para aguantar todos los esfuerzos sin inmutarse, de hecho gira bien los «tornanti».
Honda se ha marcado como siempre una apuesta diferente y ha puesto en escena la Crosstourer, una trail con planteamientos «asfálticos» y su motor V4. Esto unido a un cambio DCT la convierte en una de las novedades más interesantes de la categoría. La posición es la más curiosa de las cuatro, con el cuerpo un poco más bajo y alejado con respecto al manillar. Su peso también es elevado, pero en marcha se diluye un poco y toma protagonismo la enorme suavidad de motor. Gracias la cambio automático puedes ir tranquilo sin tener que preocuparte de nada y si quieres que el motor reaccione a tus órdenes, por ejemplo en reducciones, basta con accionar los pulsadores de la piña izquierda y se comporta casi como una moto con cambio normal. Es la menos ágil de grupo y se nota al final de una de esas jornadas que transcurren por pasos complicados.
La GS como hemos dicho se ha mostrado como una de las opciones más adecuadas para esta prueba, así que la llegada de la Tiger Explorer, que rivaliza con ella en casi todo, la situaba como favorita para esta primera fase. Al final ha cumplido con las expectativas y se ha impuesto en su grupo. La moto inglesa es muy voluminosa, incluso cuando te subes en ella, pero su asiento no está tan lejos del suelo como parece y el peso está más o menos en línea con sus rivales. Se desenvuelve con una soltura sorprendente por estas estrechas y retorcidas carreteras, y además sus reacciones son muy nobles, un punto importante en motos de su tamaño. La frenada está conseguida, si bien la horquilla sufre en fuertes apuradas. Su punto fuerte se encuentra en el propulsor, que es suave en bajos, tiene mucho par en medios y estira más que ninguno de sus rivales en altos. Es cierto que aquí no es fácil aprovechar los motores por encima de los 120 CV, pero está bien tenerlos. Tiene un control de tracción correcto y un excelente equipamiento de serie, que le han ayudado en las puntuaciones.