Triumph Bonneville Bobber Black 2018, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Triumph Motorcycles ha creado está bonita variante de la Bonneville Bobber que además de estar decorada en negro en su práctica totalidad, incorpora importantes cambios en el tren delantero que hacen que luzca más musculosa y llamativa.

Triumph Bonneville Bobber Black 2018, prueba, ficha técnica y primeras impresiones
Triumph Bonneville Bobber Black 2018, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

En Triumph Motorcylces nos han demostrado que saben perfectamente cómo sacarle el mayor partido posible a un mismo concepto. Su saga de “modern classics” es la mejor prueba de ello y desde que se puso en escena hace un par de temporadas no ha parado de crecer. La última en unirse a la ya gran familia ha sido una variante de la bonita Bonneville Bobber llegada el año pasado. Al final de su larga denominación ahora incluye el adjetivo “Black” en alusión a que se ha decorado en negro en su práctica totalidad, aunque las novedades que incorpora van más allá de la pintura. A diferencia de la versión normal, la nueva Bonneville Bobber Black incorpora importantes novedades que se localizan principalmente en el tren delantero. Monta una horquilla Showa más robusta con barras de 47 mm y mayor separación entre sus patas, para dar cabida a un grueso neumático en medidas 130/90-16”, más pequeño que el de su hermana en cuanto a diámetro interior, aunque con un perímetro semejante. También incluye dos discos de 310 mm en lugar de uno solo, y su manillar es más plano y con los puños algo adelantados. Otros aspectos inéditos que mejoran su equipamiento son el sistema “Day Running Light” LED incorporado al faro delantero y el control automático de velocidad de fácil utilización desde la piña izquierda. Además, el asiento posee un tapizado específico, que como no podía ser de otra manera en este “oscuro” modelo, es de color negro. No hay duda que el aspecto de esta Bobber es más musculoso que el de su hermana y como comenta la propia Triumph en la información para la prensa, muestra un indiscutible estilo “fat boy”.

La nueva horquilla más robusta y el neumático delantero más grueso, acrecientan el aspecto musculoso de la Bonneville Bobber Black

En la original parte trasera no se han producido cambios. El chasis está diseñado con la idea de que parezca un “hard tail”, pero incluye un sistema de suspensión posterior de tipo Cantilever con un monoamortiguador acompañado de sistema progresivo. También se distingue por la aleta trasera de chapa de acero que se ancla al propio basculante al no existir un subchasis como tal.

Especial

Está claro que la Bonneville Bobber Black es una moto muy especial desde el punto de vista estético y combina a la perfección un aspecto clásico muy logrado con tecnología moderna. Desde el primer momento, está inglesa te impacta mucho visualmente. Aparte de atractiva y minimalista, como el resto de sus hermanas destaca por sus la calidad de sus acabados acabados y por el buen tacto de sus mandos. Como nos ha demostrado en este primer contacto realizado con motivo de su presentación en la localidad malagueña de Marbella y en una bonita ruta por las carreteras de la comarca de la Serranía de Ronda, es una moto fácil en todos los aspectos.

 

La Bonneville bobber Black es muy baja en líneas generales y su conducción es sencilla en cualquier circunstancia

Es muy baja en líneas generales y en la parte trasera no hay ni un solo obstáculo, por lo que la operación de pasarle la pierna por encima y sentarse sobre su asiento monoplaza no representa el más mínimo problema. La altura del citado asiento es contenida y la moto se siente estrecha entre las piernas, por lo que tampoco encontramos problemas para poner los pies en el suelo de manera holgada. Su peso que debe rondar los 250 kg en orden de marcha no supone ningún problema gracias a un centro de gravedad muy bajo y las tareas de manejarla en parado o a baja velocidad se realizan sin problemas. La puesta en marcha es inmediata y de sus escapes emana un sonido ronco muy agradable para los oídos. La maneta de su embrague se presiona sin esfuerzo y el accionamiento del cambio es también suave, aunque si es cierto que es un poco ruidoso y no especialmente rápido en algunas de sus operaciones.

Una vez que las ruedas comienzan a girar, comprobamos que la posición de conducción, con los estribos adelantados y el manillar plano, es natural y no implica que debamos realizar esfuerzos innecesarios en ningún momento. Bajo un aspecto un tanto radical, en Triumph han conseguido que esta “Black” sea amable con su conductor y que se muestree muy civilizada durante su utilización.

Si es cierto que no es excesivamente ágil al manejarnos en espacios pequeños, pero se mueve con dignidad en todo momento y no necesita mucho sitio para cambiar de sentido. A pesar de montar un neumático delantero más “gordo” y algo más de peso debido al segundo disco de freno, el tren delantero se mueve con facilidad y apenas ha perdido perdido agilidad con respecto a la Bonneville Bobber “normal”. La verdad es que al ser tan baja, parece una moto larga, pero realmente no lo es tanto, como demuestran los 1.510 mm que declara de distancia entre ejes. Esta Triumph se siente pequeña, gracias también a un depósito de tamaño contenido cuya capacidad es de poco más de 9 litros. Con esta cantidad y gracias a un consumo reducido, permite recorrer más de 200 km a ritmos normales, algo que no está nada mal para una moto de este tipo.

Agradable

A pesar de que el bicilíndrico de 1.200 cc ofrece un aspecto exterior clásico, internamente es un motor que incluye soluciones modernas. Es el mismo que propulsa a las Bonneville T120, cuyo cigüeñal es más pesado que el de las Thruxton, con el objetivo de conseguir más inercia y así empujar de manera más constante y contundente desde abajo, aunque se muestre menos alegre al subir de revoluciones. La verdad es que sus modales encajan a la perfección con las necesidades de la Bonneville Bobber Black y con el tipo de moto que es. Su potencia anunciada es de 77 CV a 6.100 rpm, pero lo mejor de él es la rapidez de respuesta cuando gira entre 2.000 y 3.000 rpm, y la ausencia de inflexiones. Además, apenas transmite vibraciones, incluso cuando apuramos marchas y lo mantenemos girando cerca de su régimen máximo. Si es cierto que podemos sentir perfectamente sus pistonadas al circular en marchas largas a muy bajo régimen, pero es algo que no molesta y que confirma su buena respuesta desde regímenes muy bajos.

El motor responde de forma contundente desde muy bajo régimen y empuja sin tomarse ni un solo respiro

Por otro lado, para que todo esté bajo control sobre asfaltos con bajo agarre, incluye control de tracción y dos modos de motor (Rain y Road). Otra cosa que llama la atención es el correcto funcionamiento del obligatorio ABS. Es poco intrusivo en ambos ejes y permite realizar frenadas enérgicas sin que entre en acción, actuando cuando realmente hace falta.

Efectiva

Al igual que su hermana, esta “Black” es muy agradable a ritmos sosegados. También sorprende la buena capacidad de absorción de las suspensiones, teniendo en cuenta que anuncian unos recorridos contenidos, especialmente la trasera. Sin embargo, esta trabaja sorprendentemente bien y no ofrece reacciones secas como ocurre en otras cruiser. También llama la atención el lado «deportivo» que esconde para tratarse de una cruiser. Su parte ciclo está bien equilibrada y a pesar de la sencillez de sus componentes, su paso por curva es constante y permite realizar frenadas agresivas sin que la moto se descomponga y sin mostrar querencia a levantarse cuando esta inclinada. Si es cierto que sus estribos rozan con cierta facilidad, pero si la conducimos con finura y utilizando un poco nuestro peso, podemos divertirnos más de lo previsto y mantener ritmos «ligeros» sin problemas.

Para tratarse de una cruiser sorprende por su efectividad y permite una conducción ciertamente alegre entre curvas

Como buena «modern classic», la Bonneville Bobber Black ofrece grandes posibilidades de preparación. Para ello, Triumph ha creado una larga lista de accesorios opcionales que se pueden adquirir tanto en paquetes, como por separado. Con respecto al precio de venta, se ha fijado en 14.350 euros para la variante decorada en negro brillo y en 14.475 euros para la negro mate. El incremento es apreciable con respecto a la Bonneville Bobber normal, pero como has podido leer antes, está justificado por el faro con DRL, el control de velocidad automático, la horquilla más robusta y el segundo disco añadido al freno delantero, además de otros pequeños detalles.

Conclusión

La Bonneville Bobber Black nos ratifica que Triumph está por delante del resto a la hora de crear modelos clásicos y modernos al mismo tiempo. El aspecto vintage de esta inglesa está muy logrado y también posee unos acabados sobresalientes. Por otro lado, funciona con suma corrección y se conduce muy fácilmente en cualquier situación, con un comportamiento deportivo que sorprende para tratarse de una cruiser. Su motor empuja de forma contundente desde muy bajo régimen y aunque no es especialmente rápido al subir de revoluciones, la verdad es que no se toma ni un respiro y es muy constante. Por otro lado, la Triumph Bonneville Bobber Black también llama la atención desde el punto de vista estético, ofreciendo un aspecto musculoso y minimalista al mismo tiempo.