Raül Torras ha tenido un Tourist Trophy de la Isla de Man 2019 realmente complicado, donde a sus dificultades personales tanto físicas como mecánicas se unieron las climatológicas, que impidieron que la edición pudiera desarrollarse con normalidad, dándose muchísimas menos vueltas de lo normal en un año donde el español necesitaba hacer kilómetros como el comer, y que terminó con la renuncia al Senior por un golpe en la carrera de Superstock. Con todo, cada kilómetro recorrido es un aprendizaje para el TT 2020, que ya está en su horizonte.
“Ha sido un TT de transición", son sus primeras palabras al pedirle una valoración global. Lejos de los focos que iluminan a los brillantes Peter Hickman, Dean Harrison o Michael Dunlop, se puede decir que ha sido un Tourist Trophy de claroscuros para el catalán.
Un claroscuro es un ‘contraste de luces y sombras’, pero a la vez también es el nombre que recibe la ‘técnica pictórica que consiste en disponer de manera adecuada las luces y las sombras en un dibujo o pintura, generalmente para proporcionarle mayor expresividad’.
Por lo tanto, es hora de intentar disponer adecuadamente esas luces y sombras para, a través de sus propias palabras, dibujar lo que ha sido el TT 2019 de Raül Torras con la mayor expresividad posible.
HÁNDICAPS PREVIOS
Para un deportista no hay nada más duro que no estar en condiciones de competir contra sí mismo. En este 2019 se ha podido ver en auténticos mitos de la isla como John McGuinness, Michael Dunlop o Ian Hutchinson, y también con Raül Torras.
Después de un 2018 histórico en el que se llevó cinco réplicas de bronce en cinco carreras, coronadas con un 18º puesto en el Senior TT, llegaba a 2019 con demasiados hándicaps –tanto físicos como mecánicos- como para poder pensar en estar al mismo nivel. Desde esa base y teniendo muy claro que emular semejantes resultados se antojaba una utopía, tocaba ponerse el mono de trabajo.
Por un lado, la lesión que arrastra de la caída sufrida en Macau: “La rehabilitación me ha llevado más tiempo del deseado, y me ha dejado con secuelas crónicas en el hombro", confiesa. Por el otro, el cambio de su habitual Yamaha YZF-R1 (que ha sido vendida a un museo) a una Kawasaki ZX-10R le ha ocupado mucho tiempo este invierno, tiempo que le ha privado de mejorar su preparación física: “He debido pasar la pretemporada preparando la nueva Kawa, y restaurando la antigua R1", nos cuenta.
Con estos condicionantes y sin conocer los settings de la nueva máquina, el objetivo era claro: “Queríamos ir al TT de menos a más".
Pero las sombras no descansan, y empiezan a adueñarse del cielo de la Isla de Man primero, y del motor de su R6 después: se cancelan por lluvia y niebla los entrenos del sábado, se pasan a domingo y, allí, tras apenas tres millas, se le rompe el único motor que le quedaba de la R6, ya que el otro se había roto unas semanas antes en la North West 200. “Así que el primer entreno, me lo pierdo todo. No doy ni una vuelta", se resigna.
PRIMERAS LUCES
Segunda cancelación el lunes y, el martes, por fin, aparecen tímidamente las primeras luces en el horizonte. Unas luces tenues para un Raül que consigue dar sus cuatro primeras vueltas (que define como vueltas “muy light") con la Kawasaki, que al mismo tiempo son sus cuatro primeras vueltas de 2019 en el Mountain Course. Mejor que lo cuente él:
“No busqué ningún crono: solo entender la moto, ir ajustándola, desarrollos; y yo refrescar la memoria, ver como respondía el hombro y hacerme una idea de mi nivel físico", recuerda. Lo que por aquel entonces no sabía, ni él ni nadie, es que pese a no buscar hacer tiempo, fue el crono de aquel día lo que le metió en carrera.
Para encontrar la razón hay que volver a mirar al cielo de Man, que se puso en huelga de buen tiempo hasta el domingo. Días sombríos en los que se abrió una de las grandes luces en el cielo particular de Raül: su hermano McTorras removió la tierra (el cielo ya estaba bastante removido) para encontrar una Supersport.
En un contexto de numerosas cancelaciones que estaban derivando en una minimización de días de entrenamientos, renunciar a hacer las dos carreras de Supersport era un varapalo tremendo y, cual ángel de la guarda, McTorras apareció con una Yamaha YZF-R6, cortesía del Optimark Racing francés.
Una gran noticia que, sin embargo, le hacía ir contrarreloj en los entrenamientos del domingo, ya que tenía tiempo de otras cuatro vueltas y necesitaba dar un mínimo de tres con la Supersport para tener derecho a salir a carrera. Como es lógico, se centró en dar esas tres vueltas con la R6 para clasificarse y habituarse a ella. “¡Que me dejaron y trajeron expresamente de Francia para mí!", exclama recordando un momento que ilustra a la perfección de qué se habla cuando se habla de ‘la familia de las road races’.
La cuarta vuelta la dio con la Kawasaki con la intención de ganar algún puesto en clasificación y comprobar los ajustes del setting. No fue un día productivo con la Superbike debido a las condiciones: “Ese día había muchísimo viento, ráfagas de más de 60 kilómetros por hora; había muchísimas humedades y charcos en la pista, ya que llevaba cinco días seguidos lloviendo; y mucha suciedad. Así que fue imposible mejorar los cronos", relata Torras, que destaca lo positivo de aquel domingo: “Al menos pude calificarme para Supersport".
POR FIN, CARRERAS
Llegó el lunes y, por fin, las primeras carreras. Superbike, interrumpida por la tragedia que acabó con la vida de Daley Mathison. “Salía el 57, y en vuelta y media ya estaba el 41… pero con el accidente de Daley se dio por terminada". Así fue: cuando los líderes estaban en la tercera vuelta salió la bandera roja.
Después, Supersport. De nuevo, mejor que lo relaté él, que para eso estaba allí: “Salía el 49 y en la segunda vuelta iba ya el 29 y enfrascado en una lucha con otros tres pilotos que había atrapado y que me estaban ralentizando; pero empezó a llover en una parte del recorrido y se dio por terminada con solo dos vueltas. Al ver las banderas rojas pensé que era por accidente, levanté mucho el gas y finalicé el 35".
Aquí hay que corregirle una cosa y añadirle otra. La corrección es que no finalizó el 35, finalizó el 29. ¡Su primer top 30 en el TT Supersport! El añadido es que se hacía con su primera réplica de bronce en este 2019, después de que la cancelación de Superbike le hubiese impedido llevársela (cuando hay repostajes es algo más fácil porque en ese tramo se ‘recupera’ porcentaje respecto a los primeros).
Avanzamos hasta el jueves pero no nos movemos de Supersport, esta vez ya programa a dos vueltas, ya que ese día se juntaban hasta cinco carreras (Supersport, Superstock, Sidecar, Lightweight y Zero). “Salía el 50 y terminé el 33. Perdiendo mucho tiempo al tener que adelantar a pilotos más lentos pero con mejor motor, ya que la R6 del Optimark iba con motor de serie". De nuevo, se le olvida comentar que se hizo con otra réplica de bronce, como si fuera sencillo.
‘SOLO’ UN GOLPE
Y llegamos a la carrera de Superstock. La segunda con la Kawasaki, y teóricamente la penúltima antes del Senior TT. “Salía el 56. Estaba muy cómodo con la moto, los pocos entrenos y los pequeños ajustes funcionaban", recuerda Torras antes de empezar a relatar lo que se podría llamar como la gran sombra de su TT 2019, que puso fin al mismo. Un tremendo susto que por suerte quedó en eso:
“En Ballaugh pillé a un piloto de delante, pero este se obcecó en no dejarme pasar, y a cada ocasión de adelantarle, me cerraba la puerta... Hasta que saliendo de Bungalow, salí a rebufo, me puse en paralelo, pero este me empezó a cerrar, me arrinconó y al llegar la curva no pude evitar dar con el brazo a un poste de madera. En quinta a fondo a unos 250 kilómetros por hora. Creí que me había destrozado el brazo", admite, narrando el momento en el que su TT 2019 terminó. “Creí que me había destrozado el brazo", confiesa antes de proseguir con los momentos posteriores al impacto, que también ponen los pelos de punta:
“Estuve minutos sin poder sentir ni mover el brazo, ni mano ni dedos. Afortunadamente, evité la caída, y gracias al blipper y al freno trasero, pude parar la moto en Brandywell. Los comisarios tuvieron que sujetarme la moto y aparcarla ellos, porque yo no podía. Tenía muchísimo dolor y el brazo no respondía", recuerda.
Por suerte, los rayos X descartaron la rotura. Solo había sido el golpe. Solo entre comillas, claro. El brazo estaba hinchadísimo y el dolor era mayúsculo. Pese a todo, se puso en manos de los fisioterapeutas con la intención de salir al Senior TT con el que caería el telón el viernes.
Finalmente optó por lo más sensato: renunciar. Seis vueltas a la isla hubiesen significado casi dos horas sobre la moto. “No podía mover la muñeca ni tenía fuerza en los dedos ni para frenar", se lamenta. Francamente, salir en esas condiciones hubiera sido demasiado peligroso.
OBJETIVO 2020
En definitiva, dos semanas sombrías en la Isla de Man en general y para Raül Torras en particular: venir de lesión, con Superbike nueva, romper el motor de la Supersport y, sobre todo, el golpe que le dejó sin terminar en Superstock y sin correr el Senior.
“Como ves, ha sido un TT frustrante. Había trabajado muchísimo en invierno para poder estar aquí. Mucha ilusión. Mucho empeño. Poder cubrir los gastos, ha hecho que mi línea de crédito bancario esté al límite, y suerte que la gente me ha ayudado con el crowdfunding; ya que si no, no tenía ni para comer en la Isla", admite en lo que es un repaso a las sombras.
Por suerte, Torras no es un hombre pesimista, y asegura haber tomado nota y cogido experiencia. “El año que viene volveré más fuerte y decidido", promete. Raül es consciente de que también han existido luces en la penumbra, como son la generosidad del Optimark, su mejor resultado en Supersport y la acumulación de kilómetros en la Kawasaki ZX-10R, y termina su reflexión así:
“Aun así: vuelvo de la Isla con 2 réplicas de bronce (con una moto que me prestaron, y que iba con motor de serie); y vuelvo con una Kawa mejor puesta a punto, para el próximo TT", sentencia Torras, que acumula ya diez réplicas de bronce: tres en 2017, cinco en 2018 y dos en este 2019.
La mejor conclusión que se puede extraer es que, más allá de que la propia expresividad de Raül Torras haya hecho que resulta sencillo trazar los claroscuros de su TT 2019 (lleva dentro un narrador de carreras de motos), su capacidad para buscar las luces cuando abundan las sombras es posiblemente su mejor virtud como road racer.
‘Disfruto los momentos felices, en honor a los tiempos difíciles’, dice el rapero Natos en su canción ‘Cicatrices’. En 2019 ha tocado superar los tiempos difíciles, y habrá que honrarlos cuando lleguen los tiempos felices. Las bases están sentadas, y el TT 2020 está a apenas 352 días. Tic-tac.
RESULTADOS RAÜL TORRAS IOMTT
RAÜL TORRAS TT DE LA ISLA DE MAN | ||||
---|---|---|---|---|
Año | Carrera | Posición | Moto | Réplica |
2017 | Senior | 29 | Yamaha YZF-R1 | Bronce |
Superbike | 30 | Yamaha YZF-R1 | Bronce | |
Superstock | 33 | Yamaha YZF-R1 | Bronce | |
2018 | Senior | 18 | Yamaha YZF-R1 | Bronce |
Superbike | 22 | Yamaha YZF-R1 | Bronce | |
Superstock | 26 | Yamaha YZF-R1 | Bronce | |
Supersport 1 | 36 | Yamaha YZF-R6 | Bronce | |
Supersport 2 | 35 | Yamaha YZF-R6 | Bronce | |
2019 | Superbike | 41 | Kawasaki ZX-10R | |
Superstock | Ret | Kawasaki ZX-10R | ||
Supersport 1 | 29 | Yamaha YZF-R6 | Bronce | |
Supersport 2 | 33 | Yamaha YZF-R6 | Bronce |