Vivir aquella experiencia única sólo fue posible merced a la feliz iniciativa de China Tierra de Aventura, una empresa especializada justamente en la organización de los viajes más exóticos que uno pueda imaginar en el continente asiático y sobre un vehículo de dos ruedas. Gustavo Cuervo, el hombre que en aquella inolvidable ocasión ofició como guía, ha intensificado su actividad en Asia durante los últimos años, ha profundizado en el descubrimiento y planificación de nuevas rutas, y ello pone al alcance del aventurero trail un abanico de posibilidades verdaderamente seductor. Cuando Gustavo te cuenta las cosas, hablan la pasión por la moto y la aventura, y tal cantidad de kilómetros «de tablas» que no hay forma de permanecer impasible: «respirar el aire enrarecido del altiplano tibetano, a más de 5.000 metros de altura y viajando entre lagos, glaciares y los picos más altos de la tierra. Pelear con las dunas del desierto de Taklamakan. Sentir la emoción de las caravanas de la Ruta de la Seda inmerso en un tráfico bullicioso, donde China y Asia Central se mezclan. Vivir el misticismo de los monjes del monasterio de Shangrilá, la tierra de la eterna juventud, en el corazón de un paraíso terrenal.
Experimentar un profundo escalofrío ante el monte Everest, que casi se toca con la mano desde el campo base norte… No hay nada igual. Sobre todo, cuando todas estas vivencias se experimentan en compañía de una motocicleta».
«Desde Xining a Lhasa, la mítica capital tibetana presidida por el monumental palacio del Potala, pasando por el campo base del Everest e infinitos lugares secretos que se visitan con permisos especiales. Caminos inolvidables para los más intrépidos aventureros. Conducción “on” y “off road” para atravesar el Tíbet y pasar junto a algunos de los picos más elevados del mundo: el Everest y Shishsa Pagma, otro legendario “ocho mil”, descubriendo la fascinante vida del pueblo tibetano. Jornadas de 8 a 10 horas de moto con día de descanso en Lhasa. Las infinitas pistas de tierra y grava del Tíbet y sobre todo su altitud media, de más de 4000 metros, ponen a prueba a los expedicionarios. Se acampa en lugares remotos, en mitad de paisajes increíbles, siendo ésta la mejor forma de sentir plenamente el auténtico Tíbet».
«Se pueden recorrer 3.100 kilómetros de la Ruta de la Seda, con un veinte por ciento de “off road” y un ochenta de asfalto. Y visitar la China central y Shangrilá, sumando 2.800 kilómetros, con un poquito más de conducción por campo. La opción de China sur incluye lo mejor del Tíbet: 3.200 kilómetros con cincuenta por ciento de divertimento por campo».
«En Zhiangye se puede admirar el mayor buda tumbado de Asia. Y de ahí, pasar al Desierto del Gobi y visitar en Jiajuguan el final de la Muralla China. El viaje nos lleva igualmente a Turfán, a 150 metros bajo el nivel del mar, el Desierto de Taklamakan, las montañas de Altum, y el gigantesco lago Qinghai, con casi 5.000 kilómetros cuadrados de extensión».
«La siempre inolvidable visita a Lhasa, la Ciudad Prohibida, combinada con el paso por el lago Jangzhuo y la localidad de Sighatse, con entrada en el histórico monasterio de Thasilumpho. En Tingri, descubrimos la vida rural tibetana y desde el puerto de Dang La admiramos el Himalaya central. Después, a 5.320 metros de altitud, alcanzamos el campo base del Everest, desde donde se afronta una exigente etapa «off road». La cordillera del Sisha Pagma pone fin a la aventura».
«Se recorren el Altiplano tibetano oriental y las cordillera del Kum Lum y Anne Mache. De los bosques de abetos y los puertos de montaña pasamos a las pistas solitarias. Es éste un viaje que se aleja completamente de los circuitos turísticos, que atraviesa parajes prácticamente vírgenes, que nos brinda la oportunidad de contactar con etnias minoritarias, y que nos conduce hasta Shangrilá, la tierra de la eterna juventud».
Después de escuchar todo esto, nosotros nos vemos incapaces de decantarnos por uno u otro viaje: nos gustaría ¡poder hacerlos todos! e impregnarnos de toda esa magia que hay latente en las aventuras asiáticas. Pero uno cosa está clara: la puerta segura de acceso a estas experiencias es justamente la que pone a nuestro alcance el equipo de China Tierra de Aventura, con su espectacular flota de BMW F-800 GS Trophy, sus guías bilingües, su facilidad para gestionar permisos... y su completa oferta de recorridos, todos ellos realizados siempre con vehículos de apoyo y de transporte de equipajes. ¿Queréis añadir magia a vuestros años de experiencia en moto? Bueno, algunas ideas aquí plasmadas servirán para abriros los ojos.
«Todo es inmenso en China -prosigue Gustavo- y no lo son menos las distancias, de modo que se recorren muchos kilómetros entre estos rincones fascinantes y disfrutas de la conducción de una moto por lugares muy alejados incluso del propio turismo interior. Viajar por China y Tíbet en moto es realmente complicado debido a las barreras burocráticas, lingüísticas, y la compleja logística que requieren unos viajes que son en realidad auténticas expediciones “off road”.
En China Tierra de Aventura disponemos de las motocicletas -estamos convencidos de que nuestra flota trail BMW resulta inmejorable en este entorno-, los permisos, los intérpretes, y todo lo necesario en los vehículos de apoyo para que quien venga con nosotros no tenga otra preocupación que la de disfrutar por estos parajes insólitos. Pistas de montaña, dunas de arena, nieve, barro, bosques... todos los terrenos y escenarios imaginables se dan cita aquí, en una naturaleza inalterada y que enlaza lugares rurales de profunda tradición e incomparable exotismo».
Las opciones de encontrar una mega aventura a medida de lo que uno busca son ilimitadas. Gustavo nos ha brindado con este artículo unas breves pinceladas sobre algunas de ellas.