Turismo: Lérida y Huesca en Yamaha XT 1200 Z Super Ténéré

Solo en Pirineos. No, no me ha abandonado nuestro fotógrafo para la ocasión, y como puedes comprobar, Jaime vuelve a rubricar un excelente trabajo en el incomparable marco de los Pirineos. Pero solo aquí, el recorrido transcurre entre cotas de más de 3.000 metros o está esculpido en no menos impresionantes desfiladeros. Entre Lérida y Huesca en Yamaha XT 1200 Z Super Ténéré.

Texto: Marcos Blanco. Fotos: Jaime De Diego

Turismo: Lérida y Huesca en Yamaha XT 1200 Z Super Ténéré
Turismo: Lérida y Huesca en Yamaha XT 1200 Z Super Ténéré

Partimos desde el Valle de Arán. La N-230 enseguida nos llevará a Vielha, capital del precioso valle y del que tendremos una perspectiva cenital a medida que ganemos altura al aproximarnos al túnel de Vielha, que facilita el acceso por este infranqueable paso a este escondido rincón de España. Fuera del túnel, la carretera desciende sinuosamente acercándonos ya a tierras oscenses, donde un poco más adelante aparecerá el Pantano de Senet, que tras su presa forma el cauce del río Ribagorzana; lo zigzaguearemos, volviéndonos a adentrar en territorio ilerdense. Antes de alcanzar Sarroqueta, encontramos el desvío a la N-260 que nos introduce en Huesca, que ya no abandonaremos. Superado el Collado de la Espina (1.407 m), y un poco más allá, el de Fades (1.470 m), descendemos hacia Castejón de Sos, donde empezamos a divisar los techos maños de los Pirineos. El asfaltado de este tramo deja bastante que desear a pesar de ser una importante entrada al norte de la provincia y formar parte del eje pirenaico, pero como veremos más adelante no será el peor que nos encontremos. En realidad, no resulta tan grave a los mandos de nuestra Yamaha.

Al superar Castejón de Sos y sin abandonar la N-260, hacemos un pronunciado giro a la izquierda en el siguiente cruce; en la otra dirección la carretera no tiene salida, pero podrás descubrir Benasque, la estación invernal de Cerler o el Parque Nacional de Posets-Maladeta, con el Pico del Aneto (3.404 m), el más alto de toda la cordillera. Por la ruta recomendada, enseguida llegamos al Congosto del Ventamillo. Aquí la nacional pierde su señalización horizontal que delimita ambos carriles, con ciegas curvas limitadas a 30 por hora, y si fuéramos en un vehículo más ancho mejor no cruzarnos con los frecuentes trailers. Es el río Ésera el que erosiona este impresionante y bello desfiladero. Tras atravesar el pueblo de Campo, la nacional vuelve a hacer un pronunciado giro, esta vez a la derecha, aunque la lógica invita a seguir adelante por la A-139. Ahora la carretera sí merece la categoría de nacional, y tras disfrutar de unas amplias curvas y algunos otros repechos, divisaremos el Embalse de Mediano y un poco más allá el pueblo medieval de Aínsa, que bien merece su parada y visita. Más adelante y tras dejar atrás Boltaña, a la izquierda aparece la A-1604, con un recorrido de 50 km en el que a duras penas superaremos esa velocidad media por hora. Desde luego, te puedo asegurar que no será precisamente por el tráfico que te encuentres... Enseguida empieza a ascender hacia el Puerto de Serrablo (1.291 m), pero antes no te pierdas el salto del Barranco de la Bañera, que según la época del año puede contar con una bonita cascada. Tras el puerto, la compañía del río Guarga por el margen izquierdo no nos abandonará hasta alcanzar la N-330. Otra de las arterias principales de Huesca, pero que enseguida abandonaremos hacia la izquierda por la carretera local HU-V-3011 para llegar a Navasa, uno de nuestros destinos.

Esta carretera nos lleva de nuevo a la N-330, cuyo trazado transcurre en paralelo a un tramo de la autovía A-23.Sin abandonarla, y antes de llegar a Sabiñánigo, encontramos nuestra vieja compañera N-260, la cual tomaremos en sentido contrario al que veníamos desde Lérida, para recorrer esta entretenida carretera de montaña. En Biescas, haremos un giro a la derecha para empezar a ganar altura hacia el Puerto de Cotefablo (1.423 m), el techo de la ruta. Superado éste, tras salir del túnel de mismo nombre, comenzaremos un serpenteante descenso hasta Broto, que actualmente se encuentra con tramos de obras limitando a un único carril esta carretera de montaña.

Tras la población, el río Ara aparece a nuestra derecha, acompañándonos hasta el siguiente desvío propuesto. Cruzamos varios pueblos más de envidiable armonía arquitectónica, y cuando la ruta se torna llana y la cota se mantiene en torno a los 700 metros, aparecen las ruinas de otros tantos, donde su proximidad con la carretera nos invita a interesarnos por ellos. Triste, muy triste fue el motivo de su forzada despoblación, que no dudó en emplear incluso la fuerza. Y es que las condiciones orográficas de la ribera de Fiscal hicieron factible en los años 50 el proyecto de construcción del embalse de Jávenas, con la fatal coincidencia de la existencia de estos pueblos cercanos al cauce del Ara. Al final, ni presa ni gente, y sí unos pueblos abandonados como testigo de esta gran injusticia. Lacort, Jávenas o Santa Olaria se encuentran aquí, entre otros.
A continuación accederemos a un impresionante desfiladero sobre nuestro compañero río Ara, y tras éste la ruta nos resultará familiar, ya que es el tramo que recorrimos antes en sentido contrario. Nada más pasar Boltaña, un nuevo desvío hacia la A-2205 nos llevará a nuestro destino final. Cierto es que actualmente a los pocos kilómetros encontraremos un prolongado tramo de obras, que incluye hasta desmontes para mejorar su trazado. Superado éste la carretera nos adentrará en la Sierra de Guara, famosa por sus recreativos barrancos, algunos a la vista desde la carretera, y que nos permitirá llegar a Alquézar, de impecable estado de conservación y presidida por la Colegiata de Santa María la Mayor.

Betlán

El Hotel Tierras de Arán, situado en la tranquila y recogida aldea de Betlán, muy cerca de Vielha, queda completamente integrado en el típico paisaje aranés, donde la homogénea arquitectura de sus casas de piedra y madera, con tejados de pizarra, hacen de su perspectiva un relajo para la vista. El hotelito está en consonancia, ubicado en una pequeña urbanización de sencillo acceso. Dispone de amplias estancias revestidas en madera. Aquí, el descanso está asegurado y comprobado, con la particularidad de contar con sala de spa y barra libre de café, infusiones y zumos.

Aínsa

Emplazada en la comarca de Sobrarbe, su elevada y estratégica situación entre las confluencias de los ríos Cinca y Ara, hicieron de ella un importante enclave de la defensa cristiana en la Edad Media así como a posteriori. El magnífico estado de conservación de su casco histórico, con su Plaza Mayor como principal reclamo, así como el de sus empedradas calles, declarado conjunto histórico-artístico, invitan a un sosegado paseo para descubrir sus rincones, con una hermosa perspectiva de los alrededores. Destaca la restaurada fortaleza amurallada, a la que no le falta ni su propia leyenda milagrosa en la derrota musulmana.

Navasa

Rodeado de naturaleza, se encuentra en la comarca de Jacetanía, a escasos kilómetros tanto de Sabiñánigo como de Jaca y a los pies de la Peña de Oroel. Es un pueblo de tan solo 38 habitantes, donde el sosiego queda asegurado. Cuenta con una iglesia del siglo XII y prácticamente el resto de sus casas están restauradas con la piedra típica del entorno, por lo que recibió el premio «Pueblo Limpio» entre los de la comarca. A destacar el hotel rural El Caserío de Fatás, que dispone de manera acogedora de las comodidades necesarias para hacer de su estancia todo un disfrute.

Alquézar

La «capital» de la Sierra de Guara, en la comarca de Somontano de Barbastro, está enclavada en el último cañón formado por el río Vero. Elevada a la categoría de villa y declarada conjunto histórico-artístico, predomina en lo alto la Colegiata Santa María la Mayor, del siglo XII y origen árabe. De entre su cuidado casco histórico, destacamos la Casa Alodia, compuesta por dos edificios con vistas a la Colegiata. Ofrece amplias estancias en formato dúplex sin estandarizar, es decir, podemos encontramos el aseo o el dormitorio indistintamente en diferente altura.

 

Una trail es la opción más recomendada y la Super Ténéré la candidata perfecta. Entre sus muchos argumentos destacan su cómoda, aunque imponente, posición a los mandos, con dos posibilidades de altura de asiento. Hay potencia suficiente, siempre con par disponible, supervisados por su doble control de tracción desconectable. Además, puedes ajustar las suspensiones a tu gusto o disfrutar de la gran autonomía disponible, gracias a su contenido consumo y sus 23 litros de capacidad, el recorrido propuesto será posible realizarlo sin tener que parar a repostar.

Ficha de la ruta

  • Denominación: Lérida y Huesca
  • Origen: Betlán (Lérida)
  • Destino: Alquézar (Huesca)
  • Recorrido: 319 km
  • Yamaha XT 1200 Z
  • Super Ténéré