En realidad, más que un viaje a Cabo Norte, este recorrido de más de 12.000 km, y 16 días en moto, con principio y fin en Madrid, es una vuelta completa a la península escandinava, subiendo por toda la costa noruega desde Kristiansand hasta Nordkapp, pasando por los fiordos y por las Islas Lofoten y bajando por Finlandia, la costa sueca, Malmo y los puentes a Dinamarca.
Esta es la historia, con datos que seguro resultarán de interés al que se anime a repetirlo, entero o en parte, en coche o en moto. Incluye hoteles, campings, comidas, ferries, y sus precios, aunque ya os anticipamos que los precios en Noruega son como para echarse a temblar. La gasolina a 1,8-1,9 euros/litro, o una caña de cerveza a 7 euros, dan una idea de cómo están los precios por allí. Durante todo el camino hemos hablado con todo el mundo en inglés. Especialmente desde Dinamarca hacia el norte. Las carreteras noruegas, en general, son malas tirando a peores. Escasísimos tramos de autovía, limitación a 70 km/h en la mayoría de los sitios, cruce de todos los pueblos habidos y por haber con limitación a 50 km/h, e infinidad de curvas con el asfalto hecho una pena.
Por lo demás, Nordkapp, una Yamaha 660XTX, una Yamaha XTZ1200 Super Ténéré, mi hijo, yo, y muchas ganas de montar en moto, son los ingredientes principales de esta aventura.
Madrid-Angouleme (Francia). 830 km
Salimos a eso de las 09.00 de Madrid. Frío y niebla en Pancorbo, como siempre. La salida de España y el cruce de Bordeaux son complicados, con muchísimo tráfico. Ya en Francia, dormimos en el Hotel Kyriad en las afueras de Angouleme. Buen sitio y buen parking, pero en la calle. Una gasolinera a dos km y un restaurante a 50 metros. No se puede cenar en el hotel y no hay nada cerca salvo el restaurante.
Angouleme-Aachen (Alemania). 880 km
Todo el recorrido por autovía. Cruce de París: pesadísimo y muy complicado. Bélgica: Autovías en obras y tráfico lentísimo. Dormimos en el Hotel Ibis en la frontera de Bélgica y Alemania. Parking en la puerta del hotel, pero en la calle. El hotel está en la misma autovía. Hay un área de servicio donde se puede cenar hasta las 21.00 h y comprar bebida y lo típico de estos sitios.
Aachen-Hirtshals (Dinamarca). 1.052 km
Mil kilómetros de autovía y parece que alemanes y daneses se han puesto de acuerdo para hacer las obras al pasar nosotros. De todas formas, se agradecen muchísimo los tramos sin límite de velocidad de las «Autobahn». Permiten recuperar el tiempo perdido en atascos y cruces de ciudades, porque el paso de la zona Colonia-Dortmund es pesadísimo y con unos atascos increíbles. Sin embargo, el cruce de Hamburgo es rápido y razonablemente sencillo. En Dinamarca hay limitación a 110 km/h que nadie respeta. Por la tarde, nada más llegar a Hirtshals, sacamos los billetes para el ferry del día siguiente. 150 euros dos motos y dos personas. Hirtshals es caótico. Coincidimos con un par de eventos deportivos y no había una sola cama para dormir en 20 km a la redonda. Después de preguntar en mil sitios, al final nos dejaron dormir en un par de sofás en la sala de espera de la aduana, al lado de la gasolinera a la entrada del pueblo. La alternativa era dormir en la calle, así que bienvenida sea la sala de la aduana. Recomendable llevar una reserva de hotel formalizada.
Hirtshals-Egersund (Noruega). 170 km
El ferry a tope de gente. Salimos más o menos puntuales y en tres horas largas llegamos a Kistiansand. Desde aquí a Egersund, dos horas y media de carretera estrecha, túneles y curvas, con paisajes espectaculares. Dormimos en una cabaña en el Camping Steinsnes que nos costó 590 coronas (unos 73 euros). Por fin nos pudimos duchar. Cenamos en un «fast food» justo enfrente del camping. Bocadillo, hamburguesa, cerveza, Coca Cola y agua. 300 coronas (37 euros). No es precisamente barato este país, no.
Ergesund-Odda (Noruega). 410 km
Salimos del camping a las 07.00. Directamente a las curvas de Lysebotn. Al final, la carretera terrible es la que llega al mirador. Las famosas curvas -las hemos cogido de bajada- no tienen ningún misterio. La carretera hasta el mirador sí es estrecha y complicada, pero la vista desde arriba es impresionante. Túnel largo después de las curvas y llegada a Lysebotn. Ferry a Forsand (600 coronas dos motos y dos personas, unos 75 euros), con una hora de retraso. Durante tres horas de fiordo pudimos ver algunas focas nadando y paisajes increíbles. Cogimos la carretera a Hjelmeland y otra vez ferry a Nesvik. Esta vez son 20 minutos de cruce de fiordo y otras 92 coronas. (11 euros los dos y las dos motos).
La carretera era muy complicada hasta Odda. Estrecha y peligrosa, llena de curvas cerradas y ciegas. No sé cuántos túneles pudimos pasar, pero seguramente más de 20. Cuando llegamos cenamos en un grill que es el único lugar donde dan de cenar ¡hasta las 22.00! Echamos de menos España, donde se puede cenar a las tres de la mañana si te apetece. Dormimos en el hotel Vastun porque no encontramos cabañas, y nos costó 1.200 coronas (150 euros) la habitación doble. Decididamente, Noruega es un país bastante caro.
Odda-Lom (Noruega). 490 km
Otro día largo, pero de una belleza espectacular. Carreteras de todo tipo, principalmente estrechas y con miles de curvas. Como en Aurland llovió a cántaros, cogimos el larguísimo túnel de 25 km hasta Laerdal. Nos dijeron que este es el túnel de tráfico rodado más largo del mundo. El tramo entre Songdal y Lom pasa por el Parque Nacional de Jotunheimen con vistas impresionantes de glaciares y montañas. Absolutamente recomendable no perdérselo. Dormimos en Lom, un pueblo precioso, en el camping Nissegarden. Cabaña para dos y dos motos: 600 coronas (75 euros). Cenamos corriendo, como siempre, porque a las 22.00 cierra todo. Se nota que vamos estando bastante al norte porque a las 23.30, en la calle se podía leer (y escribir) con luz natural. En total 13 horas de moto, aunque con infinidad de paradas para hacer fotos y para esperar el fin de la lluvia. Muchísimas curvas y carreteras complicadas, también. Nuestro primer remojón en Noruega. Estas carreteras, encima mojadas, pueden llegar a ser una ruleta rusa. Para evitarnos sustos decidimos que todas las mañanas, al salir, llamaríamos a algún camping de la ciudad de destino para reservar y así no tener que ponernos a buscar cuando llegamos.
Lom-Kristiansund (Noruega). 360 km
Otros dos objetivos del viaje cumplidos. Hicimos la ruta completa de la Escalera del Troll (Trollstingen) y la Carretera del Atlántico (en la Ruta 64) hasta Kristiandsund. La Escalera del Troll es espectacular en cuanto a paisaje, pero al igual que la de Lysebotn, mucho más sencilla y menos peligrosa que otras carreteras noruegas con menos fama por las que hemos pasado. La diferencia es que mientras en Lysebotn no había casi nadie, en la Escalera del Troll había atasco de autobuses, autocaravanas y coches. En ese sentido, un auténtico aburrimiento, pero por lo demás, es uno de esos sitios que si vas a Noruega no puedes dejar de ver.
En cuanto a la carretera del Atlántico, tiene ocho o diez km que son una auténtica pasada, incluido el paso por el famosísimo puente. Es un placer conducir de isla en isla completamente rodeado de mar. Toda la ruta 64, incluyendo la parte de la Carretera del Atlántico, es de esos recorridos que serán muy difíciles de olvidar. Dormimos en Kristiandsund, en el camping Byskogen. Nos cobraron 800 coronas (100 euros) por una cabaña para dos personas con baño, televisión, salón, dormitorio y cocina. Un inconveniente: no funcionaba la tarjeta de crédito y tuvimos que pagar en metálico. Afortunadamente, llevaba coronas que me traje de Madrid. Cenamos cerveza, Coca Cola, agua, pizza y nachos en un italiano en Kristiandsund por 400 coronas. (50 euros).
En esta etapa empecé a reconciliarme con las carreteras noruegas. Sin ser ninguna maravilla, al menos pudimos conducir a velocidades razonables e incluso de vez en cuando ir en sexta, que creo que no la había vuelto a utilizar desde Dinamarca.
Kristiansund-Bodo (Noruega). 940 km
Otra etapa maratón. Salimos de Kristiandsund a las 07.00. Otro ferry. Cogimos las motos y conseguimos hacer 300 km en cinco horas por carreteras infernales, llenas de baches, tráfico y cruces de pueblos. Sin embargo, a partir de Trondheim, y continuando por la Ruta 6, la cosa fue mejorando poco a poco y, aunque la carretera seguía siendo estrecha y de un carril por sentido, pudimos avanzar un poco más rápido. Comenzó a hacer frío y llegó el cambio de la chaqueta de cordura de verano por la de invierno.
En la llamada Carretera del Ártico o Ruta 6, los paisajes seguían siendo espectaculares, entre bosques inmensos y con el mar siempre al otro lado. Poco a poco, los bosques desaparecían y el paisaje se iba convirtiendo en una llanura desolada, con solo algunos matorrales. Paramos a las 20.30 en el lugar en que el Círculo Polar Ártico corta la carretera. Hay un restaurante, con tienda de regalos y unos cuantos monumentos. Entre ellos, uno dedicado a soldados rusos con fecha de 24 de junio de 1945. Ese día fue el desfile de la victoria de la antigua Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial en la Plaza Roja de Moscú. Me cuesta trabajo imaginarme lo que sufrirían esos pobres hombres en este páramo desierto hace casi 70 años.
Seguimos la ruta y a las 23.00 h llegamos a Bodo a plena luz del día. De hecho, voy en la moto con gafas de sol. Dormimos en el camping Bodoverg, por 690 coronas (86 euros más o menos). Son las 12 de la noche y hay luz como cualquier día en España, un par de horas después de amanecer. Resulta un poco extraño, esto de que nunca se haga de noche.
Bodo-Islas Lofoten-Svolbaer (Noruega). 140 km
Este día fue más tranquilo. Salimos de Bodo en el ferry que nos costó 560 coronas (unos 70 euros) los dos con las dos motos y bajamos en las Lofoten. Recorrimos 140 km por las carreteras de las islas y cambiamos de una isla a otra por la red de puentes y túneles que las unen. Muy agrestes. Espectacular el paso de las nieblas entre isla e isla. Pasamos por el pueblo con el nombre más corto del mundo: se llama «A» («A» significa «riachuelo» en noruego). Luego fuimos a otro que se llama «Bo». Está claro que a los habitantes de las Lofoten les gustan los nombres cortos. Las Islas Lofoten me recuerdan mucho a la isla de La Palma. Echamos gasolina en la capital (Svolbaer) y dormimos en el camping Orsvabaer. Una cabaña estupenda con dos habitaciones, baño y salón, al lado del mar y con unas vistas maravillosas por 650 coronas (80 euros).
Svolbaer-Tromso (Noruega). 450 km
Salimos de Svolbaer con muy buen tiempo, aunque frío. Cogimos la carretera que va hacia Narvik. Es la ruta 10. La llamada Carretera del Rey Olav, que va desde el pueblo de «A» hasta la frontera con Suecia. Pasamos el puente impresionante que une las Islas Lofoten con el continente y en poco más de siete horas llegamos a Tromso, en el Camping Tromso. Las carreteras eran bastante aceptables, aunque como siempre, de un solo carril en cada sentido y sin arcenes. Tromso no tiene mucho que ver. El puerto y un par de iglesias en el centro. Cenamos reno y ballena, para cambiar un poco el menú de hamburguesas y perritos calientes. La gracia sale por 650 coronas (unos 80 euros). Menos mal que nos quedaba poco tiempo en Noruega. Esto acaba con la economía de cualquiera.
Tromso-Nordkapp (Cabo Norte). 578 km
Después de 50 km, primer ferry, y después de otros 25, segundo ferry. Dejamos Narvik a la derecha y tiramos hacia el norte por la Carretera del Ártico (Ruta 6) ya todo seguido hasta Alta. Desde Alta, segunda etapa por la E69 directamente al camping a coger las llaves de la cabaña y a Nordkapp, a hacernos las fotos de rigor. Llegamos a Nordkapp a las nueve de la noche, con un sol espléndido y muy alto en el cielo todavía. Entrar en Nordkapp nos costó 490 coronas (61 euros más o menos) los dos y las dos motos. El pase es válido para 48 horas. Precioso el sitio. ¡Lo hemos conseguido! En ese momento me acordé de la familia y de los amigos de Territori4x4, Vius y ARC Racing, que tanto nos animaron con esta aventura. Es bueno tener tanta gente buena cerca.
Las carreteras eran más o menos como los días anteriores. Bacheadas y de un carril por sentido. Sin arcenes. Adelantar es una aventura. Hay muchas pérdidas de trazada en los badenes. Llegando a Nordkapp, hay muchos túneles, en general en buen estado. Volvimos al camping a cenar. Estamos en el camping Mitnattsol, a 13 km de Nordkapp. Una cabaña pequeñita, pero muy agradable, 500 coronas por noche (unos 62 euros). Pudimos presenciar el espectáculo del Sol de Medianoche, impresionante. Además, tuvimos la suerte de tener un cielo sin una nube.
En total hicimos desde Madrid hasta Cabo Norte exactamente 6.268 km. Ahora solo queda regresar.
Día de descanso. 65 km
Aprovechamos para visitar por los alrededores. Volvemos a Nordkapp y vemos la Capilla de San Juan, el Museo Thai, Las Vistas del Rey y una exposición de aves de la zona. Además, por 160 coronas (20 euros) tomamos en Nordkapp los primeros cafés decentes en Noruega. Después fuimos a Honnisvag. Es un pueblo pesquero y turístico muy tranquilo y pintoresco. Por la tarde visitamos Scarvag, a tres km del camping. Según un cartel, es el pueblo pesquero más alto en latitud de todo el mundo.
Nordkapp-Lulea (Suecia). 868 km
Salimos del camping con un viento racheado terrible, que hizo que tardemos casi cinco horas en hacer los 250 km hasta Alta. Parece que estos vientos son normales aquí. A eso de las 14.00 h llegamos a Kautokeino. Poco o nada que ver y seguimos hasta cruzar la frontera de Finlandia. Seguimos hasta Kolari, dejando Finlandia y adentrándonos en Suecia. Ya en Suecia, volvimos a pasar el Círculo Polar Ártico. A las 21.00 h llegamos al camping First Camp en Lulea. Una cabaña estupenda, al lado de la playa, en el Báltico, con baño, cocina y microondas, por 845 coronas suecas (unos 85 euros más o menos). Se hizo de noche completamente. Hacía muchos días que no veíamos anochecer.
Lulea-Estocolmo (Suecia). 930 km
Salimos tarde de Lulea porque estaba lloviendo a cántaros. Cogimos la E4 y tiramos para Estocolmo bordeando todo el Mar Báltico. La E4 es una mezcla de carretera nacional y autovía. Tiene la mayor parte de recorrido de un carril por sentido, pero también hay tramos frecuentes como de un kilómetro de doble carril, lo que da un poco de juego para adelantar, sobre todo a los cientos de camiones y autocaravanas que circulan por esta carretera. Llegamos a Estocolmo a las 22.00 h. En total fueron 12 horitas de moto, paradas incluidas. Cerca de Estocolmo, la carretera es ya definitivamente de doble carril. Las Yamaha, perfectas, llevan ya encima 8.000 km de viaje. Las cubiertas empiezan a dar señas de desgaste, después de tanta autovía y tantas carreteras reviradas en Noruega. Ambas se están portando de maravilla, en cuanto a desgaste y en cuanto a agarre en seco y en mojado, en asfalto bueno y malo.
Estocolmo-Flensburg (Dinam.). 1.025 km
A las 07.30 salimos de la gasolinera camino de Malmo por la E4. 650 km largos de autovía. Cruzamos el larguísimo puente de seis km entre Malmo y Copenhague. 25 euros cada uno de peaje y un viento tremendo cruzando el puente. Pasamos otro puente inmenso para llegar a Odense y coger la misma autovía por la que subimos hasta el pueblo alemán de Flensburg, nada más cruzar la frontera con Dinamarca. Llegamos a Flensburg a las 20.30 h y dormimos en un hotel de la cadena Ibis por 60 euros la habitación doble. En total, hicimos 13 horitas de moto, todas por unas autovías muy decentes. Cumplimos 9.000 km de viaje.
Flensburg-Angouleme (Francia). 1.579 km
Es que estamos mal de la olla... Nos apetecía conducir y dijimos: ¿por qué no tiramos? Resultado: Flensburg–Angouleme, 1.579 km del tirón, parando casi lo justo para repostar, pagar los peajes e hidratarnos un poco de vez en cuando. Llegamos a las 03.00 horas al Hotel Ibis de Angouleme, bastante cansados, la verdad. Salimos de Flensburg a las 07.30 de la mañana, así que llevamos en el cuerpo 19 horas 30 minutos de moto. Una «pequeña» paliza, la verdad. El Ibis, como siempre, aceptable por 50 euros la habitación doble.
Angouleme-Madrid (España). 830 km
Viajamos por autovías sin más incidentes que el pago en los peajes y un atasco impresionante en Bordeaux. En los peajes, casi nunca funciona la tarjeta y hay que buscar efectivo o tirarse media hora discutiendo con los del peaje. En la salida de Francia y entrada en España nos llovió muchísimo. Es más, en los últimos 50 km nos llovió más que en todo el viaje. A las 20.30 llegamos a casa.
El viaje a Nordkapp es ya una bella historia. Cruzamos la mitad de España y toda Francia, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia, y otra vez Dinamarca, Alemania, Bélgica, Francia y media España. En total, 8 países, 16 días, 12.000 km. Las motos, increíbles, perfectas. Hay que buscar otro sueño inmediatamente.