En 2006 Aprilia, tras muchos años ausente del enduro, retornó al «off road», estrenándose en ofrecer modelos 4T. La marca planteó una diferenciación absoluta, aprovechando su experiencia en las motos de carretera, para trasladarla al enduro, ofreciendo con la RXV la primera «Superbike Verde». La «Apriliona» estaba llena de toques de singularidad, como su motor bicilíndrico en V a 77º, con inyección. ¿Por qué? El «bi» ofrece más prestaciones, alcanza un régimen de giro máximo más alto, tiene unas rápidas subidas de vueltas, retiene y vibra menos y su estructura es más estrecha, compacta y baja. Sus inconvenientes son el peso y el coste de producción más elevado -hay que duplicar cilindros, culatas, válvulas…-. La estructura del motor exige colocar las toberas de admisión y la caja del filtro por encima de los dos cilindros, quedando parte posterior de la moto despejada. Eso permitió incorporar otra de las ideas singulares de esta RXV como era el silencioso central con doble salida posterior. Junto al chasis, remataba la obra de arte el escultural basculante en aluminio sobre el que va anclado un amortiguador Sachs, también diferente a lo habitual en el «off road» al llevar la botella en horizontal -común en las motos racing de carretera-.
En años siguientes algunas de estas ideas como el doble silencioso y el basculante, bonitas pero no muy efectivas, dejaron paso a estructuras convencionales como un silencioso en petaca y basculante de doble brazo.
En marcha el motor ofrece un precioso sonido, único, ronco y en su rendimiento se nota que a bajo régimen tiene menos par que otras 450 pero, arriba, no hay quien la iguale en prestaciones, con una gozosa estirada hasta las 11.500 revoluciones. El embrague, por cable, pecaba de duro y se fatigaba, mientras que el cambio, el selector se mostraba duro e impreciso, con dificultad para cambiar sin cortar gas y para engranar el punto muerto. Además, los desarrollos de cambio son largos en sus cinco marchas.
Las primeras versiones (2006 & 2007) tuvieron problemas mecánicos de todo tipo (eléctricos, rodamientos, cigüeñales, consumo de aceite, pistones…). A partir del modelo 2008 la fiabilidad mejoró mucho, aunque había componentes como el embrague que nunca llegaron a tener una gran robustez. En eso año, se lanzaba una serie limitada Merriman (la véis en la foto del 2008) que copiaba estructura de la moto que usaba en el Mundial su entonces piloto oficial. Incorporaba elementos como la horquilla Marzocchi de 48 m de doble cartucho –Shiver de 45, de serie-, tijas mecanizadas, llantas distintas, piezas en carbono y decoración propia. Una serie que se mantuvo en siguientes temporadas. Para 2011 los colores rojo y negro de la carrocería dejaron paso al blanco junto al rojo en el bastidor. Entonces el motor se ofrecía en dos configuraciones: «screamer», de serie y otra «big-bang», más agresiva, con diferente reglaje de inyección, así como de distribución –hay que abrir la tapa de balancín-.
En su día la Aprilia era cara (9.629 euros, en 2006) pero años después su precio bajo bastante (7.918, en 2011) De segunda mano se encuentran baratas (dos mil euros o menos por los primeros modelos).