El British Superbike 2018 ha echado a andar en el emblemático Donington Park, y apenas un puñado de vueltas han sido suficientes para darse cuenta de que sigue siendo un campeonato único. Especial como prácticamente ningún otro que se dispute en circuitos, sin duda se ha convertido en el referente de todos los nacionales de motociclismo de velocidad.
En este 2018, el BSB vuelve a presentarse como una cita ineludible para los aficionados a las motos (se puede ver en España en la plataforma Eurosport Player); ya que no sólo seguirá conservando intacta la esencia motera; sino que continúa elevando el nivel y en el que podría producirse un hito que sólo ha pasado una vez en su historia.
ESENCIA MOTERA INTACTA
Una batalla en el mejor sentido de la palabra entre seis de las mejores Superbike del mundo (Ducati Panigale R, Kawasaki ZX-10R, Yamaha YZF-R1, BMW S1000RR, Honda CBR1000RR y Suzuki GSX-R1000) que en el BSB no cuentan con control de tracción, lo que tiende a generar una igualdad mucho mayor a la que puede verse en el Mundial de Superbike, donde se intenta buscar la emoción con el establecimiento de límites. Una emoción que al British Superbike le sobra.
La gestión y la organización son intachables, con circuitos pensados para las dos ruedas, lo que redunda en favor del espectáculo y se traduce en una asistencia de público realmente increíble, muchísimo mayor que en otros certámenes como el FIM CEV u otros nacionales. Puras Superbike sin control de tracción, grandes circuitos, magnífica organización y mucho público: no hay duda de que un año más, el BSB conserva intacta la esencia del motociclismo.
Un cóctel cuya guinda es el Showdown final: un sistema que asegura casi al 100% que el campeonato llegue vivo a la última cita; ya que transcurridas las nueve primeras rondas, los seis primeros se igualan en puntos, sumándose los pódium points (cinco por victoria, tres por segundo y uno por tercero) ganados durante el año. A partir de ahí, dos dobles citas y la fiesta final en Brands Hatch GP, donde hay tres carreras y, por tanto, 75 puntos en juego.
NIVEL EN AUMENTO
Todo lo anterior no tendría mucho sentido sin los protagonistas: los pilotos. Pese a que Gran Bretaña ha echado en falta, durante décadas, contar con alguna súper estrella mundial en el Mundial de MotoGP; en lo que refiere a Superbike no han faltado grandes talentos como Carl Fogarty, James Toseland o Jonathan Rea.
Lo que nunca ha faltado es una base de pilotos de nivel, a los que se han unido notables foráneos. Muchos de ellos, habiendo pasado por MotoGP o el WorldSBK, en algún momento optaron por brillar en un BSB cuyo palmarés cuenta con campeones de la talla de Troy Bayliss, Niall MacKenzie, Steve Hislop, Neil Hodgson, Leon Camier, Alex Lowes, Ryuichi Kiyonari o el español Gregorio Lavilla.
Actualmente cuenta con dos campeones en parrilla como Shane Byrne y Josh Brookes, a los que se unen pilotos de altísimo nivel como los también veteranos Leon Haslam, James Ellison o Michael Laverty; así como otros pilotos ya experimentados, entre los que cabe destacar a Peter Hickman, Glenn Irwin, Christian Iddon, Dan Linfoot, Jason O’Halloran o Sylvain Barrier.
Junto a todos ellos, empieza ya a dejarse ver savia nueva como Bradley Ray, Jake Dixon, Luke Mossey, Kyle Ryde, los hermanos Taylor MacKenzie y Tarran MacKenzie, Danny Buchan o Mason Law. Ocho pilotos entre los 20 y los 25 años que no sólo garantizan la continuidad del espectáculo, sino que refrescan una parrilla que empezaba a envejecer, elevando un nivel que ya de por sí era altísimo.
HITO EN EL HORIZONTE
Eso sí: por muchos jóvenes preparados que lleguen, la rueda a seguir volverá a ser la del veterano Shane ‘Shakey’ Byrne. A sus 41 años, Byrne es un piloto que ha competido tanto en el Mundial de MotoGP como en el Mundial de Superbike, pero que se ha hecho eterno en el British Superbike.
Han pasado 15 años desde su primer título con Ducati en 2003, año en que también hizo un doblete como wild card en el Mundial de Superbike. Pasó por MotoGP y volvió al BSB, que conquistaría de nuevo en 2008. Dos años infructuosos en el WSBK, y vuelta al BSB, donde ganó su tercer título en 2012, ahora con Kawasaki. Desde entonces, sólo ha sido campeón o subcampeón.
Batido en 2013 por Alex Lowes, en 2014 ganó con Kawasaki y se convirtió en el primer tetracampeón. En 2015 le superó Josh Brookes, pero se resarció con su quinto título en 2016, otra vez con Ducati. El año pasado, repitió in extremis para convertirse en hexacampeón y, por primera vez, enlazar dos títulos.
En este 2018, tiene la ocasión de sumar su tercer título seguido, algo que solamente hizo el escocés Niall MacKenzie entre 1996 y 1998.
¿Hacen falta más motivos para pegarse al televisor cada vez que haya BSB?