Un soplo de esperanza para Honda, la nueva Fireblade por fin sube al podio

Aunque todavía están lejos, el segmento Superbike de Honda parece ver la luz al final del túnel.

Nacho González

Un soplo de esperanza para Honda, la nueva Fireblade por fin sube al podio
Un soplo de esperanza para Honda, la nueva Fireblade por fin sube al podio

Mientras en MotoGP se reparten éxitos casi a partes iguales con Yamaha, la trayectoria reciente de Honda en lo que se refiere al universo Superbike deja bastante que desear en la última década. Y este año, en el 30º aniversario del Mundial de Superbike, las cosas tampoco van precisamente bien, pese a la apuesta conjunta con Red Bull y la nueva Honda CBR1000RR SP2.

Tras ganar cinco títulos -dos de Fred Merkel, dos de Colin Edwards y uno de John Kocinski- en las 15 primeras temporadas del campeonato (1998-2002); en las quince siguientes (2003-2017) solamente se salva el título de James Toseland en 2007. Desde entonces, cuatro marcas se han repartido el pastel, con tres para Kawasaki, tres para Aprilia, dos para Ducati y uno para Yamaha.

Nicky Hayden, en una entrevista con motociclismo.es, desveló que no eran un equipo de fábrica, sino que lo hacía todo Ten Kate. Y está quedando demostrado: el sexto puesto de Stefan Bradl en la primera manga de Assen es su mejor resultado en 2017, donde ocupan el 11º y 12º puesto en la general provisional, con Honda séptima y última en la clasificación por equipos.

¿Dónde está, entonces, la esperanza? Pues en el reducto británico. precisamente donde Honda logró su último gran éxito en Superbike, con el título de Alex Lowes en 2013 con la antigua Honda CBR1000RR. Desde entonces, una victoria de Peter Hickman en 2014 y una de Jason O'Halloran el pasado 2016, cuando Nicky Hayden también probó las mieles del triunfo en el WorldSBK.

Insuficiente para una marca como Honda, que en el pasado Intermot anunció la llegada de la nueva Fireblade, renovada en su 25º aniversario con evidentes mejoras que pudimos probar. Sólo faltaba ver traducidas esas mejoras en éxitos en competición.

Pero no era así. Ni a nivel mundial ni siquiera en el BSB, donde tanto el australiano Jason O'Halloran como el inglés Dan Linfoot sufrían para rozar el top ten en la cita inaugural en Donington, muy lejos de las Kawasaki, Ducati, BMW y Yamaha. La situación mejoró en Brands Hatch con un quinto puesto para cada uno, pero aún lejos de los puestos de honor.

Y llegó la tercera ronda del British Superbike en Oulton Park. Ya en la primera manga, O'Halloran se metió en la batalla por la cuarta posición, que acabaría ganando ante la BMW de Peter Hickman y la Yamaha de James Ellison. Era un paso adelante, pero todavía estaban lejos las Kawasaki de Leon Haslam y Luke Mossey y la Ducati de Shane Byrne.

En la segunda manga, la suerte echó un cable con el incidente -por suerte sin consecuencias- que dejaba fuera de carrera a Haslam y Ellison. 'Shakey' Byrne se largó, pero O'Halloran estaba metido de lleno en la lucha por el segundo puesto, con prácticamente todas las marcas implicadas.

Sucumbió ante la Ducati de Glenn Irwin, pero pudo contener a la BMW de Christian Iddon, a la Kawasaki de Luke Mossey y a la Yamaha de Josh Brookes. El segundo puesto se le escapó por 91 milésimas, pero dos décimas bastaron para que Jason O'Halloran lograra su primer podio de la temporada.

Y, sobre todo, el primer podio para la Honda CBR1000RR SP2 Fireblade. El arma con el que Honda pretende recuperar el terreno perdido en el segmento Superbike, y que si bien ha empezado con más dudas que certezas, ya sabe lo que es subir a un podio de un gran campeonato. La felicidad de O'Halloran es la esperanza de Honda.