Uno de los segmentos más activos del momento y por el que más apuestan las marcas es el de las naked de media cilindrada. Entre 500 y 800 cc la variedad que existe es realmente amplia y todos los grandes fabricantes tienen presencia en él con un modelo como mínimo. Las ventas de motos de este tipo suponen un importante ingreso para las firmas y no se puede renunciar a una porción de este «pastel» por pequeño que sea. Bien en versiones «full power» o bien en variantes «limitadas», las naked de media cilindrada son un escalón «obligatorio» por el que hay que pasar antes de acceder a modelos de mayor cilindrada e incluso en algunos casos pueden convertirse en motos definitivas, de esas que se disfrutan durante muchos años. Por rendimiento no aburren y te transportan con alegría por cualquier tipo de carretera, siendo también muy adecuadas para facilitarnos la vida diaria en las ciudades.
Por tanto, la característica más importante de estas naked es que son muy polivalentes y que se adaptan a múltiples usos. Sí es cierto que debido a su desnudez no son las más adecuadas para largos trayectos, pero en el resto de ambientes asfálticos se desenvuelven con soltura. En mayor o menor media son buenas ciudadanas y también te puedes divertir con ellas en carreteras de curvas. Además, la diversidad en cuanto a motorizaciones y bastidores es muy amplia, pudiendo elegir entre motores de uno, dos, tres o cuatro cilindros y chasis variados, aunque en este apartado el que más se estila es el de tipo multitubular de acero.
Las tres protagonistas de estas páginas son una buena prueba de la variedad que existe en la categoría y de la buena relación calidad precio comentada en la entradilla. Hay una representante europea como la KTM 690 Duke y dos japonesas con la Suzuki SV650 y la Yamaha MT-07. La KTM 690 Duke se propulsa por un gran monocilíndrico y, tanto la Suzuki SV650, como la Yamaha MT-07, están empujadas por bicilíndricos, pero en el caso de la primera la disposición es en V a 90º y en el de la segunda es en paralelo. En cuanto a chasis, aunque con diferencias, las tres confían en estructuras tubulares de acero.
Tres motos renovadas
La KTM 690 Duke se ha actualizado este año en algunos apartados y la novedad que más destaca en ella la encontramos en el gran monocilíndrico que la propulsa, que aunque coincide en cilindrada con el de su antecesora, cuenta con la mitad de sus piezas renovadas. Lo más relevante es que se ha reducido la carrera y aumentado el diámetro del pistón, y se ha montado una nueva culata con válvulas mayores y un único árbol de levas retrasado que actúa directamente sobre las de admisión y a través de un balancín sobre las de escape. Además se ha montado un segundo eje de equilibrado en la parte delantera, modificado el sistema de inyección y se ha acoplado un nuevo sistema de escape con un silenciador mayor en el lado derecho. También incorpora un asiento más confortable.
KTM 690 Duke.
KTM 690 Duke.
Suzuki SV650.
Del mismo modo, la Suzuki SV650 cuenta con carácter novedoso este año. Está realizada sobre la plataforma de la Suzuki SFV 650 Gladius, pero recupera la esencia de las SV anteriores, con una carrocería de diseño más tradicional. Además, incluye reformas en el propulsor para mejorar el rendimiento y funcionar de manera más alegre. La posición de conducción se ha modernizado, con un asiento más adelantado y con nuevas formas que facilitan que nuestros pies lleguen mejor al suelo. También monta un faro redondo en el frontal y un grupo óptico trasero doble inspirado en el de las Suzuki GSX-R. Pistones, segmentos y cilindros son nuevos, así como el escape y la inyección, con la intención también de que se adapte a la normativa la Euro4. Por este motivo, solo existe en versión con ABS.
La Yamaha MT-07 es la veterana del trío. En sus dos años de existencia se ha convertido en una moto muy popular y solicitada de acuerdo a sus bondades y precio contenido. Además de contar con un diseño acertado, su éxito se debe a que su bicilíndrico es uno de los mejores motores del momento. Es compacto y su funcionamiento desprende mucha calidad. Y su precio bajo aumenta aún más su atractivo. La versión con ABS se puede adquirir por 6.599 euros, algo menos que la Suzuki, cuyo precio se ha fijado en 6.699 euros. Para hacerse con los servicios de la KTM 690 Duke habrá que desembolsar 7.990 euros, una cantidad que parece abultada, pero que está justificada por el superior equipamiento de la austriaca. Además, esta también se comercializa en versión «R», aún mejor equipada y un poco más potente, con un precio de 9.990 euros. Respecto a la Yamaha MT-07, también hay que señalar que todavía quedan unidades fabricadas antes de diciembre de 2015 que no incluyen ABS y que cuestan 5.899 euros. De todos modos, esto lo comentamos a título orientativo, porque ya sabes que en MOTOCICLISMO siempre hemos recomendado que las motos incorporen ABS siempre que sea posible. Supone una pequeña inversión extra que merece la pena. Solo con que el sistema nos libre de una situación comprometida ya la habremos recuperado.
La KTM 690 Duke, la más compleja de las tres
Como has podido leer, la representante europea cuenta con un equipamiento que la diferencia claramente de sus dos rivales japonesas. Repasándola visualmente vemos que incluye instrumentación con pantalla TFT en color acompañada de un mando multifunción junto al puño izquierdo, embrague hidráulico de accionamiento hidráulico y robusto manillar de diámetro diferenciado. También monta horquilla invertida y, aunque es la única de las tres que se contenta con un solo disco en el eje delantero, este está mordido por una pinza de cuatro pistones de anclaje radial. En el tren trasero destaca un basculante de aluminio con los nervios a la vista, como ya hemos visto en otras KTM. Otro aspecto que distingue a la KTM 690 Duke, aunque no se ve, es que el embrague incluye sistema antibloqueo, que permite efectuar reducciones de manera más enérgica.
Suzuki SV650.
KTM 690 Duke, Suzuki SV650 y Yamaha MT-07.
La Suzuki SV650 y la Yamaha MT-07 son claramente más sencillas y coinciden en muchos apartados. Ambas incorporan instrumentaciones digitales tipo «PS VITA» y mandos de embrague por cable. Sin grandes alardes, sus trenes delanteros están formados por horquillas telescópicas convencionales y dos discos de freno, aunque en el caso de la Suzuki están mordidos por pinzas de dos pistones paralelos y en el de la Yamaha por pinzas monobloque de cuatro pistones. En los trenes traseros ambas cuentan con basculantes de acero. En las suspensiones posteriores hay una diferencia importante. Mientras la Suzuki SV650 incluye sistema progresivo por bieletas (al igual que la KTM), el amortiguador de la Yamaha MT-07 se ancla directamente al basculante. Este aspecto no solo marca diferencias sobre el papel, sino también en la práctica, especialmente a la hora de practicar una conducción deportiva o al circular con acompañante.
Suaves en el arranque
Al poner en marcha el motor de la KTM 690 Duke, aunque vibra un poco más que las dos japonesas, sorprende por su suavidad para tratarse de un gran monocilíndrico. Su sonido, aunque un poco metálico, también es claramente el más deportivo de la tres. El embrague es muy suave y el cambio funciona con corrección, sin apenas «quejarse» cuando engranamos la primera relación. Cuando las ruedas comienzan a girar y si manteneos el motor girando muy bajo de vueltas, es fácil que se produzcan traqueteos en la cadena de transmisión, pero a nada que aumentamos el régimen, desaparecen y todo sucede con gran suavidad, sorprendiéndonos porque en el cuentarrevoluciones podemos llegar a visualizar las 9.000 rpm, una cifra nunca alcanzada hasta la fecha por un gran monocilíndrico de serie. Sí es cierto que todavía se queda por debajo del régimen máximo que consiguen las dos bicilíndricas de estas páginas (en torno a 10.500 rpm), pero también es verdad que tiene mucho mérito por tratarse de un gran «mono» de 690 cc. Y más aún si consideramos el empuje que ofrece a alto régimen y lo cómodo que se siente cuando lo exprimimos al máximo.
KTM 690 Duke, Suzuki SV650 y Yamaha MT-07.
Yamaha MT-07.
Como ocurre cuando nos fijamos en el equipamiento, entre Suzuki y Yamaha existen muchos parecidos si atendemos al funcionamiento. Aunque también son capaces de subir de vueltas de manera alegre, desde el primer momento queda claro que sus motores son más civilizados que el de la KTM 690 Duke, y en especial si nos fijamos en el de la Suzuki SV650. Su V2 es muy suave, con un tacto de esos que llamamos de «mantequilla» y sin vibrar lo más mínimo, indistintamente del régimen al que gire. De hecho, es la única que no cuenta con gomas en los estribos del piloto y tampoco se echan en falta. El bicilíndrico en paralelo de la Yamaha MT-07 también destaca por un funcionamiento excelente y con muy pocas vibraciones. No alcanza el nivel de finura de la Suzuki, pero también responde con mucha prontitud, con una respuesta muy directa al mando del acelerador. También el sonido que emite por el escape es algo más grave y perceptible, pero todo dentro de unos términos muy normales, al igual que si hablamos del funcionamiento de las respectivas cajas de cambio o del accionamiento de los embragues. No hay nada que desentone en los dos motores japoneses.
La la Suzuki SV650, la más cómoda para largos recorridos
Las tres motos de esta comparativa son muy fáciles de conducir y ágiles. La KTM 690 Duke es un poco más ligera, con solo 166 kilos verificados con gasolina, pero también es algo más alta y espaciosa. Por otro lado, con 185 kilos en orden de marcha, la Yamaha MT-07 con ABS pesa 13 kilos menos que la Suzuki SV650 y, además, se siente muy estrecha entre las piernas y mover su dirección es «un juego de niños», por eso es la más agradable convivir con ella en ciudad.
A la hora de hacer kilómetros, la Suzuki SV650 es la más confortable y la que posee una mayor calidad de rodadura. Además, su gran faro redondo cuenta con una pequeña careta en su parte superior y entre ambos consiguen protegernos mínimamente. El frontal de la KTM 690 Duke también aparenta protegernos algo, pero queda más abajo y nosotros vamos más arriba, por lo que a sus mandos quedamos muy expuestos, aunque no tanto como en la Yamaha MT-07, que es una moto desnuda de las de verdad.
Si nos fijamos en los consumos, las tres se pueden decir que gastan muy poco a ritmos legales (en torno a 4,0 litros/100 km), pero si mantenemos cruceros elevados, la KTM 690 Duke consume un poco más, siendo la que antes marca el momento de detenernos para repostar. Por otro lado, el depósito de la Suzuki SV650 cuenta con la mayor capacidad y gracias a ésta es la que logra la mayor autonomía.
Yamaha MT-07.
KTM 690 Duke, Suzuki SV650 y Yamaha MT-07.
Si ya hemos reparado en el mejor equipamiento de la moto austriaca, no debe de resultar extraño que digamos que es la que mejor se comporta al apretar el ritmo en carreteras de curvas, permitiéndonos practicar una conducción más agresiva. La Suzuki SV650 sorprende por su efectividad, aunque su tren delantero no permite realizar unas frenadas excesivamente enérgicas. La Yamaha MT-07 también es divertida y muy ágil entre curvas, pero es la que antes avisa de que el ritmo que llevamos es demasiado alto para ella, especialmente si atendemos a las reacciones del tren trasero.
La igualdad en las prestaciones es sorprendente si tenemos en cuenta la diversidad de las mecánicas. Incluso la KTM 690 Duke se permite el lujo de marcar algunas diferencias en el banco de potencia y a la hora de recuperar en sexta (ayudada por su par mayor y por un desarrollo final un poco más corto). Desde salida en parado también la austriaca consigue acelerar un poco mejor al principio, pero al alcanzar los primeros 1.000 m las tres llegan muy igualadas, recorriéndolos en poco más de 24 segundos.
En cuanto al trato que recibe el pasajero, la balanza se inclina claramente hacia el lado de la KTM 690 Duke. Como has podido leer, es la más espaciosa y grande, y también es la que cuenta con el asiento trasero más grande y mullido. Además, es la única que incluye asas de serie, algo que permite al pasajero circular con mayor tranquilidad. Entre las dos japonesas es la Suzuki SV650 la que trata mejor al acompañante, porque en el caso de la Yamaha MT-07, el espacio es reducido, con un asiento trasero estrecho, al tener que adaptarse a la forma deportiva y afilada del colín.
KTM 690 Duke, Suzuki SV650 y Yamaha MT-07.