La potencia de nuestra moto es uno de esos valores que a todos nos gusta que siempre sea lo más alta posible. Nos hace sentir poderosos frente a no sabemos muy bien qué… pero poderosos. En algunos casos hacemos infinidad de modificaciones para conseguir que ese valor aumente, gastándonos una buena parte de nuestros ahorros, en escapes, centralitas, preparaciones de motor…
La primera reflexión es si nuestra moto entrega la potencia de teóricamente debería tener
¿Te has parado a pensar para qué necesitamos esa potencia extra y realmente cuándo la usamos? La respuesta es clara cuando nuestra moto desarrolla una potencia baja en términos absoluto: quiero más potencia porque quiero ir más rápido. En estos casos, será bastante perceptible el cambio y te beneficiarás en muchas situaciones. Pero, a medida que los valores de potencia empiezan a ser notables, probablemente, disfrutarás de esa potencia extra en contadas ocasiones.
La primera reflexión que hemos de hacer es si realmente tenemos la potencia que teóricamente nuestra moto debería entregar. Es decir, la falta de un correcto mantenimiento es uno de los peores enemigos de la potencia. Detalles que, a priori, te parecen insignificantes, restan a tu moto capacidad de desarrollar su potencia correctamente. Vamos a conocerlos.
Tensión, alineación y estado de la cadena
Uno de los elementos más importantes en la trasmisión de potencia es la cadena secundaria. Siempre hay que asegurarse la perfecta alineación, holgura de tensado y engrase para evitar exceso de rozamiento entre ésta, el piñón y la corona. Si alguno de estos puntos no esté bien, la pérdida de potencia puede de varios CV.
Motor
Es evidente que es el que tiene más que decir, para que trabaje correctamente se ha de tener muy en cuenta la periodicidad de mantenimiento. Elementos como el lubricante son fundamentales, si está demasiado usado o no es el apropiado, acabará frenando el motor por el aumento de fricción, con la consiguiente pérdida de potencia.
Filtro de aire: una falta de mantenimiento limitará la capacidad de absorción de aire por parte del motor, condicionando la combustión del combustible enviado. La operación de cambio no se debe menospreciar, sobre todo cuando el que remplazas no tiene las características del ya instalado.
Embrague: cuando discos, muelles o lubricantes no son los correctos pude no transmitirse la potencia a la rueda, por la incapacidad del embrague de trabajar correctamente, de un modo solidario con todos los componentes.
Suspensiones
Son el último fusible entre el motor y el terreno, sin buen mantenimiento y regulación, imposible la transmisión. En fin, infinidad de pequeños detalles que te harán disfrutar realmente de toda la potencia declarada, evitando gastos que, en algunos casos, los estarás malgastando. En competición estás obligado a estar muy encima de estos pequeños detalles, para evitar NO tener la máxima potencia a disposición.
