KTM 1290 Super Adventure S, el premio de La Moto del Año 2017

Este año, el premio al que optas por participar en La Moto del Año es una KTM 1290 Super Adventure S. Te contamos sus detalles

S. Romero/A. Acisclo

KTM 1290 Super Adventure S, el premio de La Moto del Año 2017
KTM 1290 Super Adventure S, el premio de La Moto del Año 2017
La exitosa participación de KTM en el París-Dakar ha tenido su reflejo en la calle, ya que la tecnología y la filosofía de motos que ha utilizado en el duro rally ha ido llegando a los usuarios de calle generación tras generación. Las victorias de Fabrizio Meoni en el Rally de los Faraones en 2001 y en el Dakar en el 2002 sirvieron para demostrar que el bicilíndrico en V a 75º de 942 cc era un éxito. Desde entones hemos visto el aumento de cilindrada y la diversificación de los modelos, pasando por la 1190, la 1050 y la 1290, que llega a su zenit con la gama 2017 con cuatro maxitrail muy capaces: 1090 Adventure, 1090 Adventure R, 1290 Super Adventure R y la 1290 Super Adventure S. Esta última es la moto que puedes ganar participando en el concurso de La Moto del Año.
 

KTM 1290 Super Adventure 2017

Lo que ha hecho la marca tomando como base la 1290 Super Adventure de 2015, que pasa a ser la 1290 Super Adventure T, es hacer dos versiones más especializadas, una para el asfalto con apellido S y otra para un uso mixto con apellido R. Se mantiene la misma receta que ha servido para diferenciar a las R en modelos anteriores: suspensiones de mayor recorrido (20 mm más) y llantas con más diámetro (21" y 18") y además aparece esta nueva versión S, que se distingue por su mayor ligereza y potencial en carretera.
 
Pero esta vez el nivel tecnológico lleva a esta saga todavía más allá. La base que utilizan en KTM es el motor de dos cilindros en V a 75º y 1.301 cc, que deriva del utilizado en la Super Duke R y que declara unos excelentes 160 CV, para situarse como unas de las más potentes de su clase. Montar este motor en una moto de las características de la Super Adventure R es toda una declaración de intenciones, ya que hace falta una parte ciclo y una gestión electrónica moderna para que sea utilizable sin que te apellides Coma o Despres. Para adaptarse a las exigencias del mundo trail este motor recibió un tren alternativo acorde a sus exigencias, del que destaca un cigüeñal con más inercia para mejorar la respuesta en bajos. La entrega de potencia es clave para poder controlar la moto con el acelerador en todo tipo de terrenos.
 
El trabajo que hace la empresa de diseño KISKA, que lleva años ligada a KTM, se puede apreciar en la parte frontal de la Super Adventure S, que se ha convertido en la nueva cara de una manera conceptual. La integración de la funcionalidad del faro y su llamativo diseño se ha conseguido combinando el trabajo de los equipos de las dos marcas. En su interior hay una estructura de aluminio que aloja las luces LED y que al mismo tiempo hace las veces de disipador térmico, para refrigerar esa zona. Y como ya vimos en la moto de la que deriva, cuenta también con el sistema de iluminación en curva, que utiliza los sensores de inclinación del control de estabilidad MSC.
 
La parte ciclo tiene mucho que ver en que sea una herramienta de precisión en terrenos complicados, gracias al chasis tubular de acero al cromo-molibdeno, que se combina con un basculante doble brazo de aluminio. La tecnología sigue muy presente con una nueva instrumentación TFT a color que permite acceder a todo la información y controlar las múltiples posibilidades de ajuste que ofrece, ya que su electrónica sigue la línea de lo que hemos visto en la generación anterior, con control de tracción y C-ABS en curva integrado en el sistema MSC, suspensiones semiactivas WP, modos de motor, sistema remoto de llave de contacto y control de presión de los neumáticos TPMS.