Las motos eléctricas son unos modelos específicos de motocicletas que para moverse se valen de un motor eléctrico que funciona a modo de propulsor y cuentan con la ventaja de que no producen ni contaminación atomósférica ni tampoco acústica. Una movilidad que no es para nada del siglo XIX sino que en el año 1911 ya se empezaron a comercializar las primeras motos de este tipo. Eso sí, no tenían nada que ver con las que hoy en día se ven en las calles y que tienen estas características.
El funcionamiento de su motor
En la actualidad, con las numerosas innovaciones en el mundo del motor, las motocicletas eléctricas funcionan por medio de una batería de litio que tiene una particularidad: un efecto memoria que hace que con el paso de los años la vida útil de la misma se vaya reduciendo poco a poco. El funcionamiento básico del motor consiste en que la energía eléctrica proporcionada por la batería se hace pasar a través de un electroimán, en cuyo interior se encuentra un eje polarizado, que rota por efecto del magnetismo.
En lo que se refiere a las baterías antes comentadas, la autonomía de las mismas depende de diversos factores como es el caso del peso que se transporte en dicho vehículo de dos ruedas, las caracerísticas del terreno por donde discurra la misma y hasta la forma de conducir que lleve el mismo motorista. En este último caso, si la batería es de litio se pueden hacer de manera autónoma más de 100 kilómetros de seguido; mientras que si es de plomo (cada vez menos usado), esa distancia no superará los 70 kilómetros en total y necesitará entonces recargarse.
¿Cómo se recargan?
Para que una moto eléctrica se mueva es importante recargarla cuando sea necesario. Una acción sencilla que se lleva a cabo por medio del cable de conexión que sale de la moto hacia los enchufes de los puntos de recarga públicos que cada vez en mayor medida se van viendo en las ciudades de todo el país. Otra forma de recargar una motocicleta eléctrica es por medio de baterías extraíbles que se pueden quitar cómodamente y cargar en casa como si de un móvil convencional se tratase.
¿Dónde alquilarlas en Barcelona?
Precisamente, para aprovechar las ventajas antes mencionadas de cuidado del entorno natural, una buena idea es alquilar una moto eléctrica siempre que se necesite; especialmente si uno se va a mover por una gran ciudad como es el caso de la ciudad condal. Una movilidad más sostenible en espacios donde los niveles de contaminación son elevados en muchas ocasiones.
Una de esas empresas es Cooltra, que es una de las referencias en este tipo de negocio y funciona las 24 horas al día los 365 años tanto en Barcelona como en Madrid y Valencia (además de otras localizaciones europeas). Y todo por medio de un sistema sencillo con el que se puede disponer de una moto eléctrica por horas (modalidad compartida), días o meses (según las necesidades de cada usuario y en en este caso con una única moto para cada uno).
Otra de las compañias es Yego, creada por un grupo de emprendedores franceses hace 5 años con la idea de acercar la movilidad eléctrica a todos aquellos conductores que así lo necesitan. Además de en Barcelona, funcionan en Valencia, Sevilla y Málaga, además de Burdeos y París en el país vecino.