Sí, ya lo sabemos, apenas podemos pagar nuestra moto de carretera, y tampoco sabríamos dónde tenerla, así que lo de «comprar una moto de montaña» es solo ¿un sueño?
Dicen que el trial y la moto de campo en general, supone la mejor manera de aprender los conceptos básicos de cómo manejar una moto: cómo mantener el equilibrio, cómo mover los pesos para girar, cómo usar el peso sobre los estribos y también de cómo aprender sus reacciones: «si aprieto aquí, la moto hará esto», y «si doy gas así, la moto hará lo otro».
Quizás vamos tarde para ser «niños con moto» como hubiera sido lo ideal, pero si tienes ocasión, aquí va el primer consejo: si puedes, monta algunas veces en moto de campo. No solo es realmente entretenido, y no voy a entrar aquí en las grandes batallas típicas entre los «destripaterrenos» y los «valentinorossis» acerca de qué especialidad es más divertida, sino que te permitirá aprender mucho «a montar» en moto. En cualquier caso, aprender en moto de campo tiene una gran ventaja: las maniobras se producen, o pueden producirse, a baja velocidad.
Además, tanto las motos, como tú mismo, estáis protegidos, de modo que una caída es, como mucho, un arrastrón y una maneta doblada, de manera que un error se paga infinitamente menos caro. Entre aprender a controlar una derrapada a cinco por hora sobre arena, o a 100 por hora con una moto en la que una caída cuesta un pastón, no hay color.
Pocas aún, pero ya existen algunas oportunidades de poder «aprender a montar en moto de campo» alquilando una pequeña moto de cross de 4T, tipo Honda XR100. Una de ellas, la escuela ZK (www.motozk.com) en la que incluso podrás, como fin de fiesta tras el cursillo, correr una carrera entre amigos. Otra, la escuela de conducción de Honda, el HIS (www.honda-montesa.es/Seguridad-Honda/HIS) donde podrás igualmente realizar un cursillo con atentos y expertos monitores.
Otra excelente oportunidad: el QuantyaPark (www.quantya.es) donde podrás rodar en tandas de 15 minutos con las «quantya» ¡eléctricas! En todos los casos basta con que llegues con lo puesto. Te ceden todo el material necesario, y podrás aprender con total sensación de seguridad dadas las contenidas prestaciones de las motos. ¡Es lo más divertido que conozco con la ropa puesta!
No por ir despacio el suelo está menos duro. Una primera precisión: a veces uno puede pensar que para montar en moto de campo basta solo con bañador y casco, pero mi consejo es que no desdeñes la oportunidad de equiparte adecuadamente: botas, por supuesto. Guantes, imprescindibles. Pantalón técnico, claro, y camiseta o chaqueta especiales, naturalmente. Pero también rodilleras, para cuidar los ligamentos más allá de los golpes, e incluso un peto con coderas y hombreras. Puede salvarte de una fractura «tonta», pero fractura al fin y al cabo.
Olvídate de las «pit bikes», que solo pueden aportarte malas artes. Probablemente, las mejores motos para aprender los misterios de la moto de campo sean, o bien las de trial, o bien las pequeñas cross de cuatro tiempos tipo Yamaha TT125, Rieju Marathon, u Honda XR100. Como el escalextric: si la compras para tus hijos, serán «la envidia de papá».
- Llegar a la moto de campo pensando que es «imposible» romperse nada.
- No equiparse convenientemente.
- No contar con los consejos y la ayuda de un buen especialista. Se debe ir recibiendo consignas de por qué hacer cada cosa. Lo mejor, un monitor experto.
- Pensar que como está permitido caerse, no importa cuántas veces lo hagas. Simoncelli debería aprender esto.
- Dejarse ir por el puro «cachondeo» y no usar estas experiencias para aprender conceptos básicos útiles después en carretera.