Técnicas de conducción: giros y cruces

Después de los «alcances», las situaciones de riesgo que más se repiten en nuestros recorridos diarios están relacionadas con los giros a la izquierda y las intersecciones. Así podrás evitarlas.

Josep M. Armengol. Fotos: MPIB

Técnicas de conducción: giros y cruces
Técnicas de conducción: giros y cruces

Ya hemos comentado algunas veces que el incidente más habitual no sólo entre coches sino entre coches y motos es el «alcance», cuando uno da por detrás a otro. Resulta que, en tráfico urbano, cuando hay un problema entre un coche y una moto o scooter, los alcances laterales no están muy lejos de esas situaciones: la causa suele ser que el coche hace un giro de forma inesperada cruzándose en la trayectoria de una moto que no ha visto (en general porque no ha mirado), pero también es frecuente que sea el piloto de la moto el que no ha percibido a tiempo que el coche iba a hacer un giro.

Toda la parte trasera cercana de cualquier coche, los «tres cuartos» a ambos lados, son zonas prácticamente ciegas para el conductor que, ni siquiera mirando por los espejos, puede llegar a ver si allí hay «algo». Si fuera un coche o vehículo grande, más ancho, sí lo vería, pero la estrechez frontal de una moto nos hace fácilmente «invisibles» en esas zonas. Y si estás ahí, y el coche gira, se cruzará en tu camino, de eso no hay duda, y será difícil evitar el encontronazo.

Otro caso típico es cuando aprovechamos un semáforo para adelantar a la fila de coches en una calle de doble sentido, metiéndonos (ligeramente) por el sentido contrario. Los coches no esperan que nadie pase por allí, y alguno puede estar cansado del atasco o perdido, y decidir dar media vuelta allí mismo aprovechando el semáforo. O puede que haya un aparcamiento o calle hacia donde se puede girar. Pero si sale de la fila y tú estás adelantando, y no lo haces despacio y mirando, tendrás un problema.

Sigue nuestros consejos y tus trayectos ciudadanos serán ágiles y seguros: habrá sobresaltos, pero serán sólo anécdotas.

Giro a la izquierda

Si estás circulando por una calle (o carretera, esto vale también para desvíos en ese caso) y necesitas realizar un giro a la izquierda, debes asegurarte no sólo de que –evidentemente- no venga nadie en sentido contrario que impida tu maniobra, sino que quien te está siguiendo se dé cuenta de tus intenciones y, aún en ese caso, conviene que no «cortes» el paso por si él sí se ha dado cuenta pero el que le sigue no, y cuando el primer coche te esquive el segundo no sea capaz. No te cruces en el carril, mantente «recto», señaliza bien con el intermitente y dando varios toques al freno, y sobre todo mira por los espejos: ante la duda (de si te han visto o de si hay espacio para pararse sin riesgo) siempre será mejor seguir recto y hacer otra maniobra más adelante que pararse y arriesgarse a que te alcancen. Si no lo ves claro, no corras riesgos innecesarios.

Adelantando

Tenemos una situación similar a la anterior del giro a la izquierda en una calle de doble sentido, con la diferencia de que tú eres ahora el que va a seguir recto: hemos visto muchas veces esa situación de una «cola» de coches tras un semáforo o atascados y una moto aprovechando su agilidad para pasarles a todos por la izquierda. El problema llega cuando alguno de esos coches decide girar a la izquierda (porque hay una calle o un acceso, pero a veces para dar media vuelta aunque sea incorrectamente): cuando adelantes una fila de coches, hazlo despacio (¿qué prisa tienes si el semáforo está en rojo?), atento a los intermitentes y (más) las ruedas de cada coches (¿empiezan a girar a la izquierda?), y a la mirada de su conductor (en su retrovisor). Es muy fácil «picar» en estas situaciones, y es igual de fácil evitarlo.

Por la derecha

Parece evidente que si se acerca un desvío, acceso o cruce en el que se pueda girar a la derecha, no es ninguna buena idea circular pasando por la derecha la fila de coches, entre ellos y la acera o los aparcados. Pues por evidente que parezca, cada día «pillan» a alguno: en general debes evitar siempre circular por la derecha del todo, ya que es donde más posibilidades existen de apertura de puerta (viajero o pasajero que se baja) o de que te corten el paso (garaje, parada repentina para comprar el periódico cerrándote el paso...). Y además ten en cuenta que el coche que va a cortarte el paso es justamente el que no te ve, porque estás colocado en su «zona ciega»; incluso si mirara (la mayoría no lo hace) no te vería. No te metas en esa trampa: evita circular por esa zona, donde también los coches aparcados pueden darte una sorpresa.

Coche cruzado

Circular por la derecha tiene otro riesgo, aunque éste es posible encontrarlo si estamos justo entre dos filas de coches, pasándoles: si la calle es de doble sentido y a tu derecha se abre un acceso, puede que un coche que venía en sentido contrario quiera girar hacia su izquierda, cruzando vuestros carriles para ir hacia su destino (un aparcamiento, una calle, etcétera). Mientras el tráfico sea fluido, ese riesgo es bajo porque el coche que va a girar no lo hará si viene tráfico de frente, pero si los coches están andando despacio ándate con cuidado y mira bien hacia delante porque si hay alguien a punto de hacer esa maniobra, y los coches que van contigo reducen su velocidad, quizás le hayan hecho alguna indicación para que «pase»... y te lo encontrarás en tu camino.

El truco

No existe mejor «truco» para que las situaciones de riesgo que nos encontramos a diario en el tráfico urbano no pasen de meras anécdotas, que «estar preparado»: dedos en las manetas de freno (sobre las manetas, no en el manillar, uno o dos dedos de cada mano) y pulgar izquierdo en la bocina (extendido y con la yema acariciando, a través del guante, el botón). Acostúmbrate a ir siempre así, es como llevar el dedo en el gatillo de un arma preparada, y cuando algo va mal (un coche que hace una maniobra incorrecta) podrás primero pitar (bocina), y a la vez empezar a frenar, de forma casi instantánea. Fíjate sólo cuánto tardas en llevar los dedos del manillar a la maneta de freno, o el pulgar a la bocina. Parece poco, pero son décimas de segundo, y a 50 km/h cada segundo avanzas 14 metros: sólo dos décimas son casi 3 metros, y te aseguro que muchas veces habrías deseado «tener» esos tres metros extra.

No te olvides

  • Nunca adelantes una fila de coches por la izquierda rápido si tienen la posibilidad de girar, o dar media vuelta (aunque esté «mal hecho»). Hazlo despacio, lo bastante como para poder ver coche a coche si va a cruzarse en tu camino.
  • Señaliza muy sobradamente (intermitente, toques de freno, brazo) tu intención de pararte o girar a la izquierda en mitad del tráfico, siempre hay algún despistado y si se te lleva por delante es un golpe muy malo.
  • Si no lo ves claro, no te pares ni gires en esa salida a la izquierda: sigue adelante y ya harás otra maniobra. En moto tienes recursos y agilidad, no te arriesgues a pararte si hay riesgo.
  • Evita circular por la derecha, entre los coches en circulación y la acera o los aparcados. Es la zona de máximo riesgo de puertas abiertas y maniobras de entrada o salida, o giros.
  • Si se cruza un coche en tu camino y no puedes evitarlo, frena tan fuerte como puedas para bajar la velocidad al máximo (si te mantienes concentrado frenarás mucho). Intentar esquivarlo sin mucha experiencia no es posible, y será mejor un impacto lateral a baja velocidad que una caída de consecuencias imprevisibles (al seguro tampoco le cabrá duda de quién ha hecho algo mal).