El Dakar 2019 comienza en poco más de dos semanas y, como cada año desde 2011, Laia Sanz estará allí. La diferencia es que en esta ocasión, poder estar en la línea de salida de Lima el 7 de enero ya será todo un éxito después de un año donde la piloto catalana apenas ha podido competir ni entrenar debido a diversos problemas de salud.
Con su contrato con KTM renovado hasta 2020, Sanz busca el 10 perfecto (acabar el Dakar 10 veces en 10 intentos) antes de plantearse el paso a los coches. Sin embargo, cuando estampó la rúbrica en dicho acuerdo no tenía ni idea de que no podría preparar la edición 2019. Durante el año se ha ido sabiendo que Sanz tenía algunos problemas cuando tuvo que abandonar el Desafío Inca en la segunda etapa por encontrarse débil, motivo por el cual no acudió tampoco al Rally de Marruecos.
Ahora, en la presentación organizada por su nuevo patrocinador personal, Soficat Xerox, Sanz ha explicado sus sensaciones después de un año en el que ha tenido que superar en primavera una mononucleosis infecciosa provocada por el virus de Epstein-Barr. Eso sólo fue el comienzo, ya que en esta segunda mitad de año ha tenido que pasar tres meses de baja por una doble infección vírica y bacteriana.
En agosto contrajo la fiebre Q, provocada por una bacteria llamada Coxiella Burnetii, que derivó como secuela en una neuropatía. Todo ello le ha impedido hacer vida normal y, por supuesto montar en moto o entrenar, ni participar en los entrenamientos del KTM Rally Factory Team.
Eso hace que su forma de afrontar el 2019 sea una vuelta forzosa a sus orígenes en el raid más duro del mundo, cuando iba directamente a lo desconocido sin mayores expectativas. Después de varias ediciones apuntando al top 15 como objetivo –y con el sueño del top 10 siempre en mente-, en esta ocasión tomar la salida ya es un triunfo.
Después de haber acabado las últimas cinco ediciones entre los 16 primeros clasificados, en esta ocasión va preparada para sufrir mucho más de lo que ya es habitual en la prueba: “No llego como querría, ni mucho menos. Después de tanto tiempo, me faltará ritmo y velocidad", admite Sanz, que confía en que su pericia pueda echarle un cable:
“Tampoco he podido entrenar la navegación, pero en este caso, la experiencia puede compensarlo un poco. Lo que me preocupa de verdad es mi estado físico y cómo aguantaré las etapas largas. Otros años, estando al doscientos por cien lo pasaba mal, pero esta vez ya estoy mentalizada de que sufriré mucho", reconoce.
Sanz confiesa que “ha sido un proceso muy duro y muy molesto" en el que la mejoría ha sido muy reciente. “Realmente he sufrido mucho, pero hace algo más de una semana empecé a encontrarme bien y desde entonces he podido comenzar los entrenamientos de verdad. Hasta ahora sólo había ido al gimnasio más para hacer recuperación que para entrenar, así que llegaré al Dakar con menos de un mes de preparación, después de estar parada desde el mes de agosto", explica la de Seva.
Por lo tanto, no se marca ningún tipo de objetivo: “Para mí, este año es un éxito llegar a la línea de salida estando sana. A partir de ahí, ¿cuál es el objetivo? No tendré presión por el resultado, porque no me puedo exigir nada, pero ¿quién sabe?", se pregunta la considerada mejor piloto de la historia, sabedora que puede pasar cualquier cosa:
“Quizá haya un día de navegación difícil en que me acompañe la suerte y que a mí me salga bien, o al revés, que sufra mucho y que me limite a hacer lo posible por terminar. Será una auténtica incógnita", comenta la piloto española, que ha estado acompañada por su KTM 450 Rally.
Para Sanz, sus participaciones en el Dakar se pueden dividir en dos grupos. Los tres primeros años fueron de aclimatación, debutando en 2011 con Honda y acabando en un 39º puesto que repetiría al año siguiente, ya con Gas Gas, marca con la que repitió en 2013. Fue sin duda su año más difícil, teniendo que ser remolcada y finalizando 93ª.
Volvió a Honda para 2014 y terminó 16ª, una actuación que le valió una moto oficial para 2015. Aquel año rompió todos los récords de la prueba al terminar novena, pero fichó por KTM. En la marca austriaca ha encontrado su casa, terminando 15ª, 16ª y 12ª en las tres ediciones que ha competido allí. Ahora toca volver a la incógnita y a dejar el resultado en un segundo plano para intentar continuar con su pleno, aunque conociendo a Sanz no va a ir de paseo.