No habrá muchas monarquías en el mundo donde la lista de sucesión a la corona contenga tantos nombres como la del trono del motociclismo español. La cantera patria de la velocidad sobre dos ruedas es un manantial inagotable de la que cada año emanan más y más jóvenes pilotos que desde muy temprano comienzan a emitir destellos perfectamente visibles.
Desde hace años, la European Talent Cup se encarga de canalizar ese chorro de talentos, haciendo cuello de botella con decenas de preadolescentes que desembarcan en el FIM CEV (JuniorGP a partir de 2022), en su mayoría pilotos españoles procedentes de las pequeñas categorías del ESBK como PreMoto3 o Moto4.
Curiosamente, pese a que la categoría admite pilotos de hasta 17 años, todos los campeones lo han sido antes de cumplir los 16. Es más, los cuatro primeros que se llevaron el título entre la temporada inaugural de 2017 y el pasado 2020 empezaron sus temporadas con 14 primaveras. A saber: Manu González, Xavi Artigas, Izan Guevara y David Alonso. Tres ya están en el Mundial y el cuarto llegará pronto.
Pues bien, en este 2021, el murciano Máximo Martínez ha elevado todavía más ese listón de precocidad. Nacido el Día del Padre de 2008, se presentó en la parrilla de Estoril con 13 años y un mes, después de haber dejado escapar el título de campeón de España de Moto4 en 2020, donde acabó como subcampeón tras ganar cinco de las doce carreras en su segundo año en la categoría.
Había sucumbido ante el todavía más joven Brian Uriarte, que había sido subcampeón el año anterior. Como el de Monlau también saltaba a la European Talent Cup, Martínez parecía más tapado. Aun así, su presencia en un equipo como el Laglisse invitaba a tener un ojo puesto en un piloto que ya había brillado en minimotos y MiniGP, con títulos nacionales y continentales.
Cuarto y quinto en el trazado luso, repitió cuarta posición en Valencia antes de firmar su primer cero, que le alejaba de la cabeza de la clasificación general. Buenos resultados para su edad y su condición de rookie, sobre todo enfocando la preparación a un 2022 que tenía que ser su año. No había prisa, pero el primer podio en Catalunya reactivó el sueño.
Cuarto en Portimao y tercero en Aragón, a falta de cuatro pruebas optaba a todo. Totalmente adaptado a la moto y la categoría, llegaba la fase de la temporada donde los diamantes salen a relucir con sus afiladas aristas. Ahí, Máximo Martínez demostró la dureza del material con el que está hecho, llevándose las dos victorias en Jerez para llegar líder a Valencia.
Allí ganó la primera y gestionó la renta de puntos en la segunda, quedándose a una distancia prudencial del primer grupo para evitar líos y, con un control inusitado para su edad, conquistar la copa monomarca. En 2022 disputará la MotoGP Rookies Cup, y tendrá tres años más para preparar su llegada al Mundial, que como pronto será en 2025.
