(Continúa del primer fragmento)
Ahora están conmigo mi mujer y mi hermano Denny. Por algún motivo, me repiten de distintas formas que mueva la pierna. Es difícil hacerlo, y solo consigo levantarla un poquito. Cuando lo ven se ponen supercontentos, como si fuera un gran logro. ¡Si casi no he podido moverla! Qué raro que algo tan simple les haga tan felices. Al pensarlo me vuelvo a desconectar.
Cuando me vuelvo a conectar veo y reconozco a mi padre, Dennis, leyéndome cosas de un libro. Una escena bastante común, lo que resulta muy raro es verle sentado aquí, en este centro de rehabilitación. Está dándome porcentajes de unas escalas nuevas que son raras, pero sigo muy confuso porque no sé ni dónde estoy.
—Me han dicho que soy piloto de carreras de velocidad en moto y que tuve un accidente… pero, ¿qué me ha pasado? —le pregunto directamente, interrumpiéndole.
Mi padre respira profundamente antes de contestar repitiendo lo que me habían contado antes, pero con más detalles.
—… Hicieron lo posible para estabilizarte en el circuito antes de salir en helicóptero al hospital.

—¿A este hospital? ¿En qué circuito? —pregunto.
—Al de Zaragoza, ¿de verdad no te acuerdas? Vale. El circuito era MotorLand, Alcañiz. Estábamos allí para la tercera prueba del FIM CEV de Superbike que ganaste el año anterior. Tenías el cuarto mejor tiempo, pero en el warm-up del domingo antes de la carrera tuviste una caída que te dejó inconsciente. La ambulancia y el equipo médico del circuito se dieron cuenta rápidamente de la gravedad de la situación… llegaste al hospital en estado Glasgow 3 —explica en detalle.
Intentando comprender todo, me río un poco nervioso.
—Bueno, Papá, un podio nunca ha sido malo —digo—. No es una victoria, pero P3 es algo con lo que siempre he estado bastante contento.
Mi padre estaba demasiado preocupado y lo último que dije no suavizó la situación en absoluto.
—Creía lo mismo, pero la escala de coma Glasgow va al revés —dice con gravedad—. La he guardado para entenderla mejor. Es una escala de nivel del coma que usan, sobre todo, las ambulancias para hablar con los hospitales. Así facilitan la comunicación, pero empiezan por abajo que es… bueno, la muerte. Va por partes que se suman, o sea, que el valor más bajo que puede obtenerse con opciones a recuperación es 3 (1 + 1 + 1), el más alto que significa estar más o menos bien es 15 (4 + 5 + 6)… Es un sistema muy complejo…
Si P3 es victoria, P2 y P1, ¿qué son?, pregunto. Mi padre respira profundamente: La muerte, dice muy serio.
Lo pienso durante un rato, ya que todo esto que explicaba rápidamente mi padre era muy complicado y difícil de entender.
—Entonces P3 es victoria en esta escala. ¿Y P2 y P1? ¿Qué son? —le consigo preguntar.
Mi padre vuelve a respirar profundamente.
—La muerte —dice muy serio—. De hecho, con Glasgow 3 estaban preocupados por tu vida en todo momento. Pero, por suerte, estás aquí con nosotros en el Instituto Guttmann.
—Y esto, ¿está lejos de Alcañiz? —pregunto.
—Sí. ¿No recuerdas nada? ¿De verdad? —dice con mucha calma, como si esto fuera algo que ya había dicho antes—. Estamos ahora a las afueras de Barcelona. Desde tu caída ya han pasado dos meses y hace poco hemos empezado a pensar en tu recuperación. Para ello hay otra escala mucho menos dramática sin ninguna suma, la del Rancho los Amigos. Es bastante más realista para poder interpretar los niveles de recuperación cerebral.

—¿Y, en esta escala, también voy ganando? —pregunto.
—Bueno, esta va del uno al ocho y es más fácil de entender. Pero como tú hablas de ‘victoria’, ganar sería mejorar y no estar en ninguna de estas escalas. Después de todo lo que he visto, y conociéndote como te conozco, sé que no pararás de intentarlo hasta que lo consigas.
(Continuará).