A solo dos días de terminar el Dakar, el español Joan Barreda es cuarto en la general a 15 minutos del líder, su compañero Kevin Benavides, y a 14 del segundo, su otro compañero Ricky Brabec. El podio está algo más cerca: está a solo cinco minutos y cuatro segundos del británico Sam Sunderland, el único que resiste arriba del trío de KTM después del abandono del australiano Toby Price y de las dos horas perdidas por el austriaco Matthias Walkner ya en la segunda etapa.
Por delante, dos días para soñar. La etapa 11, pese a verse recortada en 50 kilómetros, tendrá más de 400 de especial, tiempo de sobra para que pasen muchísimas cosas antes de la etapa final de 225 kilómetros de especial. Más de 600 kilómetros cronometrados en total para aspirar a todo. Sí, a todo.
En este Dakar 2021, Barreda tuvo una primera semana de récord: con tres victorias de etapa se metió en el podio histórico de dicho ránking igualando a una leyenda como Jordi Arcarons. En esta segunda, una caída en la novena etapa le lastró físicamente y le hizo perder un tiempo precioso, que a tenor de lo sucedido después con los abandonos de Toby Price y Nacho Cornejo puede resultar decisivo.

El podio: opción muy real
Dos abandonos que le han hecho escalar posiciones en la general hasta asomarse a un podio que nunca ha pisado y que antes de comenzar este Dakar situaba como objetivo primordial, lo cual no quita que a nadie se le escapa que Barreda es un piloto ganador y en su mente no está otra cosa que el triunfo final.
El primer objetivo es ese, claro está. “Si estos dos días podemos hacer un buen trabajo y llegamos los tres pilotos de Honda al podio será increíble”, asegura el piloto castellonense, que en la undécima etapa saldrá segundo tras su compañero Brabec.
Si consiguiese acabar en el podio, acabaría con la peor sequía española desde que Carlos Mas puso por primera vez a España en el top 3 del Dakar con su segundo puesto en 1990 por detrás del italiano Edi Orioli. Desde entonces, lo máximo que había estado España sin podio en el podio del Dakar en moto eran dos años (1998-99 y 2002-03), llegando a encadenar seis ediciones seguidas con presencia en el mismo entre 1992 y 1997.
Sin embargo, desde que Gerard Farrés logró colarse en el podio al ser tercero en 2017, completando un triplete de KTM en una épica etapa final en la que se lo jugó con el francés Adrien Van Beveren, se ha producido una sequía que ya dura tres años: en 2018 el mejor fue el propio Farrés, quinto; en 2019 fue Oriol Mena, décimo; y en 2020 fue el propio Barreda, séptimo. En sus manos está que no sean cuatro.
Y además, si consigue llegar al podio junto a sus compañeros Benavides y Brabec, sería solo la segunda vez con un top 3 final íntegro de Honda, algo que solamente sucedió en 1986, cuando el francés Cyril Neveu se llevó el triunfo final delante de su compatriota Gilles Lalay y del italiano Andrea Balestrieri. De conseguirlo, superaría a BMW –que solamente lo hizo en 2000-, y se acercaría a los tres tripletes de Yamaha (1980, 1991 y 1993), quedando todavía lejísimos KTM, que lo ha hecho hasta en diez ocasiones: 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2013, 2017 y 2019.

La victoria no es una utopía
Si el podio es la opción factible –más que nada porque ha demostrado ser más rápido que un Sunderland que se ha mantenido arriba más a base de regularidad-, la victoria se presenta bastante más complicada.
No en vano, necesita que sus compañeros Kevin Benavides y Ricky Brabec cometan algún error que les haga perder al menos unos cuantos minutos. Ni siquiera necesita un error grave, le puede bastar con que hagan algún pequeño fallo de navegación. En el Dakar, 600 kilómetros son un mundo y 15 minutos se te pueden escapar en un abrir y cerrar de ojos.
Complicada no significa imposible. De hecho, es la opción más clara que ha tenido. Es cierto que en 2014 era segundo a tres días del final, pero estaba a 37 minutos de Marc Coma –y en esa penúltima etapa cedió dos horas por problemas con la batería-. También era segundo en 2018 cuando abandonó por problemas físicos en la que finalmente fue la antepenúltima etapa (ya que la del día siguiente se canceló). O el pasado 2020, cuando era tercero al comenzar la penúltima etapa, pero a 27 minutos de Brabec.
Es decir: aunque llega en peor posición que otras veces, nunca lo había hecho tan ‘cerca’ del líder; por lo que se puede decir que no es la vez que más cerca ha estado del podio a estas alturas, pero sí es la vez que más cerca ha estado de la victoria. A 15 minutos y 40 segundos. Tan cerca y a la vez tan lejos.