MotoDeportes de Invierno (I): Ice Speedway

Motos con clavos en las ruedas óvalos congelados = espectáculo garantizado

Nacho González

MotoDeportes de Invierno (I): Ice Speedway
MotoDeportes de Invierno (I): Ice Speedway

Las temporadas de los principales campeonatos de velocidad ya acabaron, igual que las de motocross, trial, enduro o speedway, pero el motociclismo no coge vacaciones.

Durante los meses de invierno, otras competiciones –en muchos casos hermanas de las anteriores- toman el relevo y, bien sea aprovechando terrenos propios de estas fechas como la nieve o el hielo, o bien en recintos bajo techo, adquieren todo el protagonismo cuando aprieta el frío.

En los próximos días, en motociclismo.es os vamos a traer hasta seis ejemplos; cinco de los cuales cuentan con Campeonatos del Mundo de la Federación Internacional de Motociclismo.

ICE SPEEDWAY, LIJANDO EL HIELO

Para empezar, una especialidad que combina el blanco colorido propio de los deportes de invierno con toda la ardiente pasión de la gasolina: el Ice Speedway, también llamado Ice Racing.

Hace poco hablábamos sobre el speedway en un artículo sobre la figura del campeón estadounidense Greg Hancock, y la verdad es que el ice speedway conserva intacta la pura esencia de su hermano ‘terrícola’, así como su sistema de mangas y de puntuación.

Ahí terminan las similitudes entre ambos. La técnica para surcar el hielo es tan distinta a la del speedway–no se derrapa ni se hace contramanillar- que los pilotos de unos y otros son completamente distintos.

La modalidad de las ruedas con clavos y óvalos helados de 260 o 425 metros arrancó allá por los años 30, y encuentra su apoteosis en el norte y este de Europa, donde los gélidos inviernos impedían la práctica del motociclismo en sus variantes más clásicas, y que desde pronto gozó de gran acogida en dichos países.

Las motos empleadas son de cuatro tiempos, casi 500cc, unos 120 kilos de peso; no llevan frenos ni amortiguadores y llevan unos característicos guardabarros envolventes. Logran alcanzar hasta 140 km/h en recta, manteniendo velocidades cercanas a los 100 km/h en curva.

Esto se consigue gracias a las puntas de acerco de los neumáticos. El delantero lleva 90, y en el trasero puede haber hasta 500. Dichas puntas de acero alcanzan los 30 milímetros y sonvitales para alcanzar niveles increíbles de tracción y adherencia.

RUSIA, POTENCIA ABSOLUTA

Los pilotos rusos son auténtica legión en el mundo del Ice Speedway. Ya como Unión Soviética dominaban la especialidad hace medio siglo, y salvo algunas notables excepciones como el sueco Per-Olof Serenius –último no ruso en ganar el título mundial (2002)- todos los grandes campeones son procedentes de dicho país, que gobierna con mano de hierro el título mundial de la Federación Internacional de Motociclismo, llamado Astana Expo FIM Ice Speedway Gladiators –lo de gladiadores viene por las protecciones que llevan en el pecho-.

En la actualidad, después de la tiranía establecida por Nikolay Krasnikov, que enlazó ocho títulos consecutivos entre 2005 y 2012, varios de sus compatriotas han tomado el relevo: tras el título de Daniil Ivanov en 2013 y dos éxitos seguidos de Dmitry Koltakov, en 2016 el título fue para Dmitri Khomitsevich.

Se impuso btiendo precisamente a Koltakov e Ivanov como se puede ver en el vídeo de apertura, correspondiente a la última prueba de la temporada 2016 del Astana Expo FIM Ice Speedway Gladiatoris, donde se resolvió el título.

Son nombres desconocidos para el gran público, cuyo acceso a este tipo de pruebas es mínimo por su nula trascendencia en la Europa más occidental. Por ejemplo, en el último Campeonato del Mundo de Ice Racing por países, Rusia logró su 14º título consecutivo y 34º total (contando URSS) en 38 ediciones, imponiéndose a Suecia, Austria, República Checa, Alemania, Finlandia y Suiza.

Una lista de países más que habitual en el medallero de los Juegos Olímpicos de Invierno, pero que contrasta con la parrilla de los campeonatos de velocidad, salpicada de españoles, italianos o británicos, para los que el Ice Speedway es un mundo desconocido.

Sin embargo, y dejando a un lado la subjetividad de cada uno, es de justicia reconocer que muy pocas disciplinas pueden alcanzar el nivel de espectacularidad de estas bestias lijando el hielo. Como ejemplo final, esta exhibición auspiciada por Red Bull del mencionado Daniil Ivanov en un lago helado de Siberia.

Puede sonar a tópico, pero aunque tengáis un lago helado a mano, será mejor que no intentéis imitar al bueno de Ivanov.