Finales de septiembre de 2020. Una cuenta bajo el nombre del Toll Racing Team empieza a generar expectación. La premisa: la posible creación de un equipo español para las principales road races internacionales. Desde que el emblemático Santi Herrero falleció aquel fatídico 10 de junio de 1970, la Real Federación Motociclista Española no expide licencias para competir en el Tourist Trophy de la Isla de Man, la carrera más histórica del motociclismo.
Una prohibición que complicó la presencia de pilotos españoles allí, pero nunca la impidió. Son varios los que lo han conseguido, destacando al que fuera director de Motociclismo, Sergio Romero. En los últimos años, la representación española había corrido a cargo de Antonio Maeso primero y de Raül Torras después.
Y precisamente era Raül Torras –que en 2018 batió todos los récords de velocidad para un piloto español en el emblemático TT- uno de los dos ejes de dicho equipo, como así se desveló el 2 de octubre. La moto, una Honda CBR1000RR-R, que recogieron el pasado noviembre. El otro eje: el emprendedor Carles Ollé, gran aficionado y coleccionista de motos.
De hecho, el nombre del equipo no es sino la suma de Torras y Ollé: Toll.
UN TUIT, GERMEN DEL TOLL RACING TEAM
Había piloto, había moto y había equipo. Pero también había una duda: ¿cómo se gestó todo aquello? La respuesta es Twitter, pero hay que viajar algo más atrás en el tiempo, y lo mejor es que lo cuenten sus dos protagonistas.
“Un día, pronto hará dos años, en un tuit comparé a los road riders con los antiguos gladiadores romanos con el título ‘Morituri te salutam’”, recuerda Carles Ollé. Intervino entonces como catalizador uno de los usuarios más conocidos del panorama motero: “A raíz del tuit, me respondió @wxatgp500 me replicó para indicarme que eso no era bien bien así, etiquetando a Raül”, prosigue.
Así recuerda Raül Torras la anécdota tuitera: “Yo les respondí que los pilotos de las road races no iban a morir, sino todo lo contrario: iban a vivir. Vivir libres, sin miedo, haciendo lo que más les apasiona en la vida”, relata el piloto catalán, cuya intervención no quedó ahí.
“Raül respondió e incluso me invitó, diciendo que si iba a la Isla de Man él me enseñaría lo que eran las road races y a los dos días ya tenía el billete para Man y la logística para llevarme la RC30. Incluso un día quedamos para vernos y conocernos”, continúa.
DE LA IDEA A LA REALIDAD: NACE EL EQUIPO
Ahí surgió la idea, que fue cogiendo forma en la cabeza de Ollé: “Debido a mi afición a coleccionar motos, un día pensé: ¿y si me compro una CBR1000RR-R de estas que saldrán, se la dejo a Raül y luego me la llevo para casa con un adhesivo de Man? Sería un puntazo para la colección”, se decía, convencido de que ambos podrían beneficiarse de la compra de la moto:
“A la vez, Raül podrá correr con una moto que promete, un win win”, asegura Ollé, que estaba convencido de que la marca del ala dorada por fin sacaría una Superbike totalmente renovada: “Eso esperaba yo de Honda, porque Honda necesitaba sacar un pepino al llevar demasiado tiempo sin ganar nada en Superbike”, subraya el que sería el jefe del Toll Racing Team, que estaba a punto de nacer:
“A medida que fui conociendo a Raül, y viendo que congeniábamos bastante, salió la idea de crear un equipo, ya que yo no entendía cómo a Raül nadie le ayudaba y se lo tenían que hacer todo entre él, su hermano Ángel, Carlos y Kristian”, dice en referencia a Ángel Torras, que hacía de Director de Equipo y los mecánicos Carlos Ateca y Kristian Kroyer. “Eso me lleno más de motivos, ya que estaban haciendo lo que más les gustaba con su propios recursos, y eso ilusiona a cualquiera”, admite.
Así era: durante los últimos años, corriendo con los colores del Martimotos Racing Team, Torras tuvo que montar algún crowdfunding para poder acudir cada año a su cita con el Tourist Trophy de la Isla de Man y otras grandes road races como la North West 200 y el Ulster GP, así como el Classic TT o hasta el prestigioso Gran Premio de Macao, donde recibió una de las exclusivas invitaciones por su buen hacer en la isla y en la que sufrió un grave accidente que no le restó ni un ápice de ilusión.
UNA ILUSIÓN RESISTENTE A LA PANDEMIA
Una ilusión que ha trasnmitido a Ollé y que ha sido, desde el germen de la idea, el cimiento sobre el que han levantado un proyecto que cada vez ha ido ilusionando a más gente: “Poco a poco y sin pretensiones lo hemos ido construyendo, y te puedo asegurar que somos un equipo de verdad, en el que nos ayudamos y nos alimentamos mutuamente de ilusión y ganas, cada uno desde su posición”, asevera claramente entusiasmado.
Sin embargo, la pandemia truncó los planes. Ya el pasado 2020 fue un año en blanco para las road races, y con el Toll Racing Team ya en marcha, llegó la noticia de que el TT de la Isla de Man tampoco se celebraría en este 2021. Así lo explica Torras: “No poder hacer las road races de 2020 fue un mazazo, y que el TT y la NW200 ya se hayan cancelado para este 2021 es un doble mazazo después de la inversión. Pero a ilusión y pasión por el motociclismo no nos gana nadie. Y la resiliencia está en nuestro ADN”, incide el road rider.
A grandes males, grandes remedios. Si no se puede ir a las carreteras, pues habrá que meterse en los circuitos, fue el razonamiento llevado a cabo por el equipo: “Como Raül tiene que correr seis carreras como mínimo para estar en Man, hemos decidido tirar la casa por la ventana y correr el ESBK”, exclama Ollé.
UN HORIZONTE MÁS ALLÁ DE TORRAS
En efecto, en este 2021 Raül Torras y el Toll Racing Team estarán en la parrilla de salida de la categoría reina del Campeonato de España de Superbike. “Somos humildes, sabemos nuestras posibilidades y exprimiremos al máximo todo lo que tengamos y toda ayuda que nos presten”, asevera Raül Torras, que sabe bien lo que es buscarse las habichuelas para poder correr.
El objetivo es poner en pista la Honda CBR1000RR-R y seguir sumando adeptos más allá de Twitter, donde el equipo ya ha creado una nutrida comunidad motera que late al unísono: “Queremos darnos a conocer entre la afición con la esperanza, si cabe, de que algún magnate con la misma pasión nos patrocine en un futuro y podamos correr y hacer correr a pilotos en las road races”, confía Ollé, dejando caer una idea que confirma el piloto:
“Sí, queremos que el Toll Racing Team tenga futuro. Incluso posterior a mí. Me gustaría traspasar mi experiencia y conocimientos a futuros pilotos ávidos de road races. Del clásico y auténtico motociclismo de antaño”, concluye Raül Torras.
Esta es la historia de cómo un tuit puede convertirse en un equipo de motos realmente único, que ha sabido adaptarse a una situación excepcional y que echará a andar en los circuitos para dar el salto a las carreteras tan pronto como sea posible mientras dibuja un horizonte en el que otros pilotos puedan encontrar una plataforma que hasta ahora no existía en España.
