Atendiendo a Wikipedia, en bioquímica, un sustrato es una molécula fijada en el sitio activo y sobre la que actúa la enzima. El sustrato se une al sitio activo de la enzima, y se forma un complejo enzima-sustrato. Por acción de la enzima, el sustrato se transforma en producto, se libera del sitio activo y queda libre para recibir otro sustrato.
Saltando a un tema mucho más del día a día, también se conoce como sustrato al material que se usa para echar en las macetas y facilitar el anclaje de la planta. Dicho de otra forma: aunque ante ojos inexpertos pueda parecer simple tierra, el sustrato es en realidad el medio idóneo para que una semilla florezca hasta convertirse en planta.
Los jóvenes pilotos no dejan de ser una especie de semillas. Empiezan desde muy pequeños y, por mucho que el talento sea importante, es vital el medio en el que desarrollan sus capacidades en la adolescencia. El más popular del momento es el denominado ‘Road to MotoGP’, pero existen otras alternativas. Si alguien lo sabe mejor que nadie, es el madrileño Adrián Huertas.
Golpeado en numerosas ocasiones por las lesiones, ese camino a MotoGP se le cerró y encontró su sitio en el WorldSBK, dentro del Mundial de Supersport 300. Allí, después de hacer casi una temporada completa, fichó por el MTM Kawasaki. En el equipo belga encontró el mejor sustrato de la categoría, y el producto resultante de la unión fue el título mundial del curso 2021.

El paso lógico fue el salto a Supersport, que además fue de la mano de dicho equipo. Lo que sucede es que, para echar raíces en ese nuevo medio, el sustrato de Kawasaki no era tan bueno como en 300. Así que, después de dos temporadas luchando con la ZX-6R, se trasplantó al box del Aruba para llevar la Ducati Panigale V2.
De nuevo, encontrar el sustrato ideal dio sus frutos y, con una temporada memorable en la que ha logrado la nada desdeñable cifra de 10 victorias y 18 podios en 24 carreras, se ha convertido en el campeón mundial de Supersport más joven de todos los tiempos, en el primero en lograrlo tras haber conquistado también 300 y en el primer español en conseguirlo.
El producto resultante de los procesos bioquímicos experimentados en el MTM Kawasaki primero y en el Aruba Ducati después es un piloto extraordinario que suma dos títulos mundiales con tan solo 21 años de edad y que, pese a que estuvo realmente cerca de dar el salto a Superbike, finalmente volverá a la ruta hacia MotoGP probando suerte en el Mundial de Moto2.
Finalizado el proceso en Supersport, Adrián Huertas vuelve a estar libre para recibir otro sustrato, que será el del Italtrans Racing. Un equipo que ha demostrado ser un buen sitio para crecer en la categoría intermedia de los grandes premios, con Enea Bastianini o Diogo Moreira como ejemplos recientes. Si todo va bien, el producto resultante será un piloto de MotoGP.