La pausa veraniega en el Campeonato del Mundo de MotoGP tiende a disparar los rumores relacionados con el mercado de fichajes, donde los destinos de Marc Márquez y Pedro Acosta son lo más comentado, amén de una posible reestructuración de los pilotos de los equipos independientes de Ducati.
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Sin embargo, en este curso está igual de animado -o incluso más- el juego de las sillas (en inglés 'silly season') del Mundial de Superbike, donde hay muchísimas más plazas por asignar. De hecho, apenas hay un puñado de pilotos confirmados. Concretamente cinco: Álvaro Bautista en Ducati, Toprak Razgatlioglu en BMW, Andrea Locatelli en Yamaha y la pareja de Kawasaki formada por Jonathan Rea y Alex Lowes.
Es decir, la mitad de asientos oficiales. Con Honda a la espera de ver si sus pilotos quieren seguir -ya que parece que Iker Lecuona tiene varias ofertas en la mesa- y BMW también un poco a la expectativa con la opción de seguir con Scott Redding; las grandes dudas son saber quién acompañará a Locatelli en Yamaha y, sobre todo, quién se quedará con el caramelo más goloso: la segunda Ducati Panigale V4R del Aruba.it.
Como solía suceder con las tarjetas prepago de los móviles hace un par de décadas, el crédito de Michael Rinaldi está a punto de agotarse. Su rendimiento ha estado lejísimos de lo esperado y la progresión que se le confiaba no ha llegado. Es cierto que ha sido un escudero fantástico de Bautista estos años, pero esa labor la pueden hacer otros con mejores resultados.
A nadie se le escapa que Ducati quiere a un piloto italiano junto al talaverano, claro. Tres nombres resuenan con mucha fuerza: Axel Bassani, que lleva tiempo rindiendo a gran nivel sobre la Panigale del Motocorsa Racing; Danilo Petrucci, un tipo muy querido en la marca y que progresa adecuadamente en su primer curso en Superbike; y Nicolò Bulega, que se ha reencontrado con su mejor versión y va disparado al título mundial de Supersport.

También se han oído nombres procedentes de MotoGP como Johann Zarco o Fabio Di Giannantonio, pero han perdido peso. El primero porque seguramente seguirá en la clase reina, y el segundo porque su rendimiento no invita a hacer una apuesta así de grande por él.
Los nombres parecían acabarse... hasta que entró en escena uno nuevo. Bueno, más bien viejo: Andrea Iannone.
Sancionado a cuatro años tras dar positivo en drostanolona, su castigo está a punto de terminar. Concretamente lo hará el 17 de diciembre de este mismo 2023, por lo que podría disputar perfectamente la temporada 2024 del Mundial de Superbike... y ya se han producido los primeros contactos.
Se habla de su posible fichaje por el Barni Racing Team, pero tampoco sería extraño que Ducati pensase en él para algo más grande: formar tándem con Bautista. El italiano tiene 'solo' 33 años, casi cinco menos que el español, por lo que la edad no sería un gran problema.
Su talento está fuera de toda duda, podría empezar su adaptación a la moto casi desde ya mismo, su impacto mediático sería enorme y Ducati podría soñar con arrasar en el Mundial de Superbike tal y como lo está haciendo en MotoGP: convirtiéndolo en una lucha entre sus propios pilotos. Sería la guinda que le faltaba al Mundial de Superbike 2024.