La ronda de Laguna Seca ha servido para reafirmar dos ideas que se venían intuyendo a lo largo de la temporada: que en Kawasaki hay problemas… y que Jonathan Rea los soluciona todos a base de talento mientras sigue con su particular cuenta atrás y con el doblete cosechado en Monterey, ya suma ocho victorias.
De esas ocho victorias, sólo una supuso un doblete de Kawasaki: la primera manga de Imola, donde Tom Sykes fue segundo. En las otras siete, de no haber ganado el norirlandés, los triunfos se hubiesen repartido de la siguiente forma: cuatro para Chaz Davies, uno para Xavi Forés, uno para Michael van der Mark y uno para Marco Melandri. Es decir, seis para Ducati y uno para Yamaha. Si quitamos de la ecuación a Rea, los 16 triunfos se repartirían de esta forma: diez Ducati, cuatro Yamaha y dos Kawasaki.
En Laguna Seca, Tom Sykes ha sido séptimo y octavo. En la segunda carrera de Brno, Sykes tiró a Rea y se cayó poco después, lo que apretó la clasificación de constructores, ya que la mejor Kawasaki fue la de Toprak Razgatlioglu. La realidad es que, de no ser por Rea, Kawasaki estaría claramente por detrás de Ducati en constructores, y quizás también por detrás de Yamaha.
Kawasaki está en problemas. Las nuevas normas han permitido acercarse más a marcas como Yamaha o Aprilia, y están consiguiendo igualar algo más la lucha por las victorias. Rea está solventando el revés a base de talento y sigue evidenciando su manifiesta superioridad sobre el resto, mientras que Tom Sykes es cuarto en la general y está más cerca del séptimo que del segundo.
Entre las privadas, salvo la increíble temporada del rookie Toprak Razgatlioglu; pilotos de la talla de Román Ramos o Leandro Mercado apenas sueñan con rascar algún top ten, mientras que Yonny Hernández todavía ni lo ha conseguido. En Laguna Seca, Jonathan Rea ha demostrado por enésima vez que no gana por la moto. Que mientras su compañero de equipo, todo un campeón del mundo, se hundía por detrás de las Ducati, las Yamaha y las Aprilia; él caminaba impertérrito por el Sacacorchos sobre un Chaz Davies resucitado primero, para después sobreponerse una vez más –y ya son incontables- a las dificultades que entraña partir noveno en la parrilla invertida.
Son ya ocho victorias esta temporada, en la que ha ganado en seis de los ocho circuitos visitados: todos salvo Phillip Island y Donington. Las nuevas limitaciones le pusieron más difícil arrasar como hacía antes, encadenando dobletes. Lejos de venirse abajo, ha enfocado su 2018 en una cuenta atrás que, de momento, va viento en popa.
En Laguna Seca la empezó desde el 5: con cinco segundos en meta, aumentó su colchón de puntos en cinco puntos cada carrera cuando quedan cinco rondas por delante. Con el doblete, ya son 4 las victorias que le contemplan en Laguna Seca, amasando una diferencia en la general que le lleva a tener 3 carreras de ventaja. Después del de Imola, ya son 2 dobletes en esta temporada, en la que cada vez está más cerca del final de su cuenta atrás: preservar el 1 que adorna su carenado.
¿Y sus rivales? Pues parece que se van turnando. Se van turnando para incomodarle, hasta el punto de que le han ganado la mitad de las carreras: un total de ocho. En Laguna Seca, Chaz Davies recuperó su mejor versión después de dos rondas bastante desastrosas en Donington y Brno, donde ni siquiera el podio logrado en la segunda manga tapó los evidentes problemas de ritmo que le dejaron claramente por detrás de las Yamaha.
El galés comenzó bien la temporada, con dos victorias y seis podios en las siete primeras carreras. Una mezcla de capacidad ganadora y regularidad que –unido a los problemas de Kawasaki con el nuevo reglamento- le llevaba a pensar que podría presentar batalla al casi infalible Rea. Sin embargo, en las seis siguientes carreras apenas subió una vez al cajón, lo que hizo que el norirlandés se le escapase irremediablemente. En la cita estadounidense se reencontró consigo mismo y, aunque no pudo con Rea, sí logró apuntalar su segunda posición en la general.
Lo logró porque el resto de perseguidores, los otros cuatro pilotos que han ganado este año, han mostrado una irregularidad aún mayor que la de Davies. Más allá del mencionado Sykes, el italiano Marco Melandri está dejando claro que su doblete en Phillip Island fue un globo que el paso de las rondas ha ido pinchando –sólo ha acabado en el top ten dos de las últimas siete carreras-; mientras que el holandés Michael van der Mark ha tenido un fin de semana correcto, pero más bien discreto.
Sí ha brillado Alex Lowes, tercero el sábado y cuarto el domingo. Con permiso de Rea, seguramente sea el piloto más en forma del campeonato ahora mismo, y su victoria en Brno no es sino el culmen de una magnífica racha, con seis carreras sin salir del top 5, siendo el único piloto que ha puntuado en las 16 carreras.
Y si esos cinco pilotos son los que se han repartido las ocho carreras que no ha ganado Rea (dos Davies, dos Melandri, dos VD Mark, una Sykes y una Lowes); ya son tres más los que han logrado subir al cajón.
A Xavi Forés y Toprak Razgatlioglu se ha unido Eugene Laverty, que cuatro años después lograba meterse en el podio merced a una carrera intachable, el retorno de Aprilia al cajón casi dos años después de Alex De Angelis en Lausitzring 2016. El irlandés, ausente en Aragón y Assen tras su grave accidente en Tailandia, está dejando claro que sigue siendo uno de los grandes nombres del campeonato.
Por último, los españoles. Tras dos rondas complicadas vuelven a sonreír. Xavi Forés se va con 20 puntos con dos sextas posiciones; Jordi Torres vuelve al top ten de la general gracias a los 16 puntos cosechados al ser noveno y séptimo; y Román Ramos suma ocho puntos tras dos duodécimas plazas.
Por último, cabe destacar a tres pilotos: Jake Gagne se metió en el top ten en ambas carreras, sus mejores resultados en el WSBK; Josh Herrin no llegó a puntuar, pero hizo la machada de correr cuatro carreras en poco más de 24 horas, al compaginarlo con el MotoAmerica; y Karel Hanika, que en su debut ya ha demostrado más potencial que su predecesor, Ondrej Jezek.
