Cuando comenzó la temporada 2020 del Mundial de Superbike, una de las grandes incógnitas era saber qué versión ofrecería la moneda de Chaz Davies: si la cara de la Panigale V2, donde solamente una leyenda como Jonathan Rea podía con él temporada tras temporada… o si la cruz de la Panigale V4, que desde el minuto uno se convirtió en un suplicio.
La marcha de Álvaro Bautista –que desde el primer momento se adaptó de maravilla a una moto muy parecida a la MotoGP- podría haber sido un balón de oxígeno, de no haber sido porque a cambio llegó un talento puro como Scott Redding. Por segundo año consecutivo, un recién llegado le relegaba al estatus de número dos en el Aruba, lo mismo que él había hecho en el pasado con los italianos Davide Giugliano y Marco Melandri.
Pese a que su final de 2019 había sido prometedor, brillando en trazados concretos como Laguna Seca o Losail, su comienzo de 2020 fue un jarro de agua fría. El podio de Jerez resultaba ilusionante, y en Motorland todo el mundo esperaba la primera victoria. No solo no llegó, sino que se vio totalmente eclipsado por el joven Michael Rinaldi con una Panigale independiente.
Poco a poco comenzaba a asomarse al cajón cada vez con más frecuencia, pero lo más destacable no era eso, sino que su presencia en el top 5 era constante. Lastrado en varias ocasiones por malas clasificaciones, cuando encontraba el ritmo en carrera se volvía realmente temible.
Era lo que necesitaba: en las ocho primeras carreras, solo hizo top 5 en la mitad. En las 16 carreras siguientes, lo consiguió en 15. De hecho, si la temporada hubiese comenzado ahí, hubiese sido subcampeón tras Rea, sacando en ese periplo 211 puntos por 193 de Redding y 143 de Rinaldi. Un gran final de año coronado ganando la última carrera.
Pese a todo, ya era tarde para retener su puesto en el equipo oficial Ducati, que había decidido introducir savia nueva escogiendo a Rinaldi para ocupar su lugar. Con 33 años y los equipos oficiales ya con sus pilotos confirmados, las opciones del galés para encontrar continuidad en el campeonato con moto ganadora se iban esfumando.
La situación parecía injusta: después de lo mal que lo había pasado con el cambio al V4, cuando empezaba a estar adaptado y volvía a ser ese seguro de vida para Ducati, se quedaba sin plaza. Hasta que, finalmente, llegó una noticia que (más o menos) contentaba a todo el mundo: Davies fichaba por el Go Eleven y conservaba el apoyo de Ducati.
Más vale tarde. Es la frase que se puede utilizar por las partes implicadas. La reacción de Davies con la V4 llegó tarde, pero a tiempo para convencer a la marca de mantenerle en su órbita. También la reacción de Ducati fue tardía, pero a tiempo de retener a un piloto que les ha dado mucho y que ha demostrado que todavía tiene mucho que decir sobre la V4.
