Se había engalanado el Autódromo Enzo e Dino Ferrari de Imola para acoger la quinta ronda del WorldSBK 2018. El público italiano abarrotaba las gradas del icónico trazado con la sonrisa de quien confía en ver ganar al icono nacional de las dos ruedas: Ducati. Tenía que ser la fiesta tricolore de Borgo Panigale, pero el fin de semana se acabó convirtiendo en una fiesta mucho más verde que roja, con Imola rindiéndose ante tres pilotos de leyenda.
WBSK: LA REA-CONQUISTA INESPERADA
Llegaba Jonathan Rea a Imola con la teórica tarea de minimizar pérdidas respecto al que debe ser su gran rival: Chaz Davies. El galés llevaba dos años consecutivos dominando con mano de hierro, llevando a la Panigale a ganar las dos carreras tanto en 2016 como en 2017, con el consiguiente delirio para los tifosi.
Pero esta vez algo iba mal. El viernes, después de que Rea dominase FP1 y FP2, Rea y Davies se iban a acostar en tablas: firmando el mismo tiempo en la FP3. En la Superpole llegaron los nervios: Davies cae, Rea se saca un tiempazo de la manga y, sobre la bocina, Davies se cuela en primera curva.
Llega la carrera y más de lo mismo. Jonathan Rea con las cosas muy claras: sale en cabeza y pone su ritmo, ajeno a lo que sucedía tras él hasta la línea de meta. Y lo que sucedía es que Tom Sykes intentaba, en vano, seguirle. Chaz Davies cometía dos errores y sólo podía ser cuarto, tras su compañero Marco Melandri.
El consuelo era salir en pole el domingo con Rea noveno. Davies no logra conservar el mando, que es para Michael Ruben Rinaldi. Sin una espectacular primera vuelta, Rea va ganando posiciones con adelantamientos apoteósicos. Y se pone a rueda de la Panigale número 7. Duelo servido. Imola vibra con la posibilidad de ver a su ídolo galés llevarse la fiesta grande del domingo.
Davies lo dio todo. Se defendió al máximo de sus posibilidades y se asió como pudo a los límites de la legalidad, haciendo que Rea tuviera que esconder la pierna para evitar el contacto. Tras varios intentos infructuosos, Rea hizo lo que debía: meter la moto en el punto en el que no había opción a réplica, obligando a Davies a abrirse y perder velocidad de entrada en curva.
Cuando salió de la curva ya estaba todo perdido. La estela, el rebufo y la opción de victoria. Jonathan Rea se largó a la reconquista de Imola, donde ya firmó un doblete en su primer año en Kawasaki, cuando Ducati estaba todavía intentando recordar a qué sabía la victoria.
Esta vez, la victoria de Rea tenía sabor a éxito absoluto. En un año en el que Kawasaki ha tenido que lidiar con unas reglas ideadas para que el norirlandés no lo gane todo. En una Race 2 con la parrilla invertida, ideada hace un año para que el norirlandés no lo gane todo.
En el día en el que todo estaba en contra, Rea volvía a ganar, igualaba las 59 victorias de Carl Fogarty y desempataba con él en dobletes: Fogarty 16, Rea 17.
Dos hazañas más para la colección de un piloto que ya es un mito viviente del motociclismo. Y dos pasos más al cuarto título, claro.
Les acompañó en el podio Tom Sykes tras la acción en la que Michael van der Mark se llevó puesto a Melandri, para colmo de males italianos. Sykes parece otro desde Assen y ya suma tres podios consecutivos, aunque tuvo que trabajárselo a un Xavi Forés que sale de Imola cabreado después de haber sido quinto y cuarto. Dice más el cabreo que los resultados. Este año se ha aficionado al champán y no se conforma con menos.
También corría ‘en casa’ Jordi Torres, que por primera vez desde su llegada a MV Agusta competía sobre suelo italiano. Después de salvar dos puntos en una difícil primera manga en la que tuvo que remontar desde atrás, firmó su mejor resultado con la F4 al finalizar quinto en la segunda. El que tuvo un finde difícil fue Román Ramos, que salió con cuatro puntos al ser 12º en la segunda manga después de retirarse en la primera.
WSS: EL DÍA CERO D.K.
Todo terminó en la warm up lap. Una de las grandes atracciones en Imola estaba en la carrera de Supersport, que ganaría Jules Cluzel ante Federico Caricasulo y Raffaele De Rosa para abrir de par en par la Copa Yamaha R6 en la que se ha convertido la categoría. Randy Krummenacher fue quinto y Lucas Mahias octavo tras caerse y remontar. Nacho Calero fue 22º.
Todo había quedado eclipsado antes. Kenan Sofuoglu, que había anunciado su retirada una semana antes, ocupaba el tercer lugar de parrilla ante un paddock entregado, que ansiaba verle correr por última vez en la categoría que ha dominado con mano de hierro en la última década, convirtiéndose en pentacampeón.
La sorpresa fue mayúscula cuando, acabando la vuelta de calentamiento, Sofuoglu no aparecía en parrilla. Había enfilado la calle de garajes mientras saludaba al público a modo de despedida. No había problema técnico, estaba en el guion. En su guion. Había prometido a su familia y su presidente que no correría, y así lo hizo. Había decidido que Imola fuera el día cero D.K. Después de Kenan. Sólo queda darle las gracias por tanto, se va un auténtico mito.
SSP300: GANAR A LO ANA CARRASCO
A lo Wayne Rainey, a lo Mick Doohan, a lo Jorge Lorenzo… Hay muchas formas de denominar una forma de vencer que consiste, simplemente (y esto es un decir), en escaparse desde la salida y que no te vean hasta que miren hacia arriba en el podio. Desde ayer, esa forma de ganar tiene otra denominación cuando se trata del Mundial de Supersport 300: ganar a lo Ana Carrasco.
La piloto murciana había dominado los libres y se había hecho con la pole. Aun así, la tremenda igualdad que suele imperar en la categoría invitaba a la prudencia, ya que todo el mundo sospechaba que la carrera sería en grupo. Y lo fue, pero con una excepción: Ana Carrasco se largó y dejó al resto luchando por la segunda posición para lograr su segunda victoria mundialista y auparse al liderato, primera mujer de la historia en hacerlo. Carrasco sigue aumentando su mito.
Tras ella, la caída de Robert Schotman y Manu González había dejado la lucha por la segunda posición en un nutrido grupo. Finalmente sería el gallego Borja Sánchez el que se estrenaría en el podio mundialista, con el local Kevin Sabatucci tercero. María Herrera entraba séptima, justo por delante de Mika Pérez. Además de Manu González tampoco terminó Dani Valle.
STK1000: FERRARI CONSUELA A ITALIA
Los italianos habían logrado podios en todas las categorías (Melandri, Caricasulo, Sabatucci), pero no habían podido escuchar su himno en Imola. Quedaba el Europeo de Superstock, pero el dominio de Markus Reiterberger en Aragón y Assen hacía difícil pensar en que los locales podrían salvar el día en la competición continental.
Sin embargo así fue. ‘Reiti’ no tuvo su día y los italianos pasaron al frente. Federico Sandi parecía la opción más clara, con el chileno Maxi Scheib como alternativa y el wild card Matteo Ferrari al acecho. A ellos se sumó Roberto Tamburini en una remontada increíble que terminó en la segunda posición, sólo superado por Matteo Ferrari. Maxi Scheib completaba el cajón.
Al fin. Después de haber tenido que rendir pleitesía ante tres mitos en las tres categorías mundialistas –y todos ellos de verde Kawasaki-, les tocaba sonreír a ellos. Un piloto italiano con moto italiana en lo alto del podio de Imola. Y de apellido Ferrari, más italiano imposible.