El miedo más común de los escritores es el llamado síndrome del folio en blanco. Pasar horas delante de una nueva hoja sin conseguir escribir una sola palabra, o iniciando frases que acaban convirtiéndose en bolas de papel antes de culminar un triste párrafo. Un síndrome que puede extenderse en el tiempo, desbordando a la vez la papelera y la paciencia del escritor.
Se trata de un síndrome totalmente democrático, ya que puede afectar tanto a los escritores nóveles como a los más legendarios con una obra descomunal a sus espaldas. Al fin y al cabo, ningún best seller pretérito garantiza el éxito futuro, por lo que no es de extrañar que se hayan dado numerosos casos de largas sequías creativas en literatos históricos.
En el deporte puede pasar algo similar, sobre todo cuando se trata de deportistas que llevan mucho tiempo instalados en lo más alto de su modalidad. El hecho de no poder mejorar los resultados anteriores, la exigencia de la alta competición, la dificultad de mantener la motivación intacta o la pujanza de jóvenes rivales son factores que juegan en su contra.
Con semejante cocktail en contra, Toni Bou empezaba un nuevo folio en blanco en este 2023. Y lo empezó echando algún borrón en forma de ‘derrota’, como la segunda cita del X-Trial en la cita austriaca de Wiener Neustadt o, lo más ‘preocupante’: tres de las seis primeras del TrialGP (Nótese aquí la proliferación de comillas para denotar la excepcionalidad del uso de estos términos).

La parte buena para Bou es que todos esos traspiés se habían saldado con segundas posiciones. La parte mala es que el ganador fue siempre el mismo: Jaime Busto, considerado por muchos como su sucesor. Todo el mundo empezaba a preguntarse si sería 2023 el año del relevo. Si la tiranía del piloto de Piera había encontrado por fin su fecha de caducidad.
Parecía que al catalán le estaba costando empezar a escribir la nueva página de su leyenda. Solo lo parecía. En el ecuador de la temporada comenzó a coger carrerilla y, en un abrir y cerrar de ojos, tenía en marcha otro best seller más. A partir de junio ganó absolutamente todas las carreras que disputó, tanto al aire libre como bajo techo.
Con ocho triunfos seguidos se apuntó el título de TrialGP para elevar su particular cuenta a 33, el numerín más repetido del año en el motorsport aunque en el caso de Bou no se repitió tanto como se merece. Claro que él está acostumbrado ya a ser un autor de culto, y no se deja llevar por los números que no dependen de él.
En esos nunca falla. Remató la temporada añadiendo el número 34 al ganar el título de X-Trial con seis victorias en siete carreras y, para cerrar el año, anunció su renovación con el Repsol Honda Trial… ¡hasta 2027! Eso significa que seguirá compitiendo hasta los 41 años y que tiene otros cuatro folios en blanco que convertir en arte sobre ruedas.