¿Qué hay que saber sobre la pintura de los escapes?

La pintura de los tubos de escape está expuesta a condiciones extremas que provocan un mayor deterioro

La pintura de los escapes debe ser especial. Fuente: iStock/KeithBinns
La pintura de los escapes debe ser especial. Fuente: iStock/KeithBinns

No resulta demasiado complicado imaginar que una de las zonas de la moto donde más sufre la pintura es en el tubo de escape en el caso de que este esté pintado, claro está. Obviamente es una pieza que está sometida a unas temperaturas muy elevadas, así como a gases que resultan de todo menos beneficiosos.

Por lo tanto, la pintura de los escapes es algo que tener en cuenta más a menudo si se desea que la moto tenga un aspecto reluciente y, además, se encuentre saneada.

La pintura de los escapes

Por supuesto, para pintar estas piezas no vale cualquier tipo de pintura, sino que debe ser especial y estar tratada para soportar el estrés al que se ve sometida y que acabamos de apuntar en el párrafo anterior.

Tal y como sucede con otras tareas de mantenimiento que requiere la moto, el propietario puede llevarla a cabo por sí mismo o confiársela a su taller de confianza para que hagan un trabajo más profesional.

Preparando el tubo de escape

En el caso de ponerse manos a la obra directamente, lo primero que hay que hacer es comprar una pintura adecuada que soporte las altas temperaturas. A continuación toca preparar el tubo de escape para pintarlo. Y en este caso hay que poner mucha atención en dejarlo perfectamente tratado para no realizar el trabajo en balde. Para conseguirlo, hay que seguir los siguientes pasos:

  • Desmontar el tubo de escape. Es mucho mejor que pintarlo colocado en la moto, ya que se corre el riesgo de mancharla (no obstante, también es posible). Eso sí, esto solo será necesario en el caso de pintarlo por completo y no cuando se repasa una zona. Por supuesto, hay que tener mucho cuidado con no perder tornillos o tuercas que después serán necesarios para volver a colocarlo.
  • Lijar la superficie y limpiarla con disolvente para eliminar cualquier resto anterior que pueda provocar que la pintura no luzca como debe.
Tubos de escape. Fuente: iStock/JonathanLesage
Tubos de escape. Fuente: iStock/JonathanLesage

¡A pintar escapes!

Cuando se ha finiquitado la preparación, es el momento de aplicar la pintura, que generalmente se aplica con spray para que quede más uniforme. En este caso también hay algunos consejos que no conviene pasar por alto.

  • La pintura debe aplicarse en una zona amplia para que la persona que utiliza el spray no se vea afectada por alguna intoxicación. Además, siempre es bueno llevar una mascarilla que proteja del producto, así como unos guantes de latex.
  • No aplicar el spray sin haberlo agitado con anterioridad. Y cuando se pinte, no hacerlo demasiado cerca del tubo de escape. De hecho, la distancia más adecuada ha de ser de 30 a 40 cm, dependiendo del producto empleado.
  • Dejar que se seque pero nunca directamente frente al sol. No tardará demasiado y será entonces cuando se observe si el resultado final ha sido el adecuado. En caso de que no sea así, se podrá repasar o dar una nueva capa.

Después de haberlo pintado y de que esté en perfectas condiciones, es hora de colocarlo nuevamente tal y como estaba cuando se ha desmontado.

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