Los combustibles sintéticos o biocombustibles se presentan como una alternativa a las baterías en el proceso de descarbonización al que está abocada la industria de la automoción a partir de 2035, aunque todavía no está completamente definido sin las motos se incorporarán a este proceso en esa fecha. Lo cierto es que el futuro siempre se ha concebido en torno a las baterías, pero la investigación en combustibles libres de carbono es una vía alternativa que la industria de automoción tiene muy presente.
La industria no se cierra a nada y contempla cualquier tecnología que le acerque a una emisión neta cero, por eso pide a los legisladores que tengan flexibilidad a la hora de regular, porque ese proceso de búsqueda no es inmediato y requiere de un periodo de investigación y desarrollo, algo que con frecuencia no conjuga con las agendas políticas de las instituciones.
La industria motociclista tiene una problemática diferente a la de otros sectores de la automoción. Las características de las motos, con su limitada capacidad para cargar con las pesadas baterías actuales, a corto y medio plazo necesitarán una alternativa viable con la que poder responder a las necesidades de los usuarios. Desde la industria se asegura que el proceso de descarbonización no se va a resolver exclusivamente con las baterías, y se apunta a que los combustibles sintéticos pueden ser esa alternativa necesaria en el proceso de transformación. De hecho, la apuesta de MotoGP en este sentido, con la implantación de combustibles libres de carbono en un 40 % a partir de 2024, y totalmente libres en un 100 % a partir de 2027, es una propuesta que la industria contempla con especial interés.
Recientemente, la industria y los legisladores europeos tuvieron un encuentro para estudiar la futura descarbonización, en el que se constató un profundo desconocimiento técnico a nivel político de este asunto, además de una reafirmación de la elección política por las baterías, aunque la industria confía en que esa posición tendrá que cambiar.
La semana pasada, en la rueda de prensa de Anesdor sobre el balance del ejercicio 2022, Jordi Bordoy, presidente de la asociación, comentó que “técnicamente se ha demostrado que el futuro no puede ser todo eléctrico, y hay otras tecnologías que demuestran que los recursos eléctricos son finitos. En este sentido, vamos a ver una serie de cambios en esta dirección”, afirmó.
No obstante, a pesar de lo positivo que pueden resultar este tipo de combustibles en cuestión del CO2, existe también la emisión de NOx y partículas que no se ve modificada, sobre la que la legislación europea es igualmente contundente, y explica en gran medida el porqué del desinterés político en la Unión Europea sobre este tipo de combustibles. Seguramente no sean la solución, pero para la industria de la moto puede ser una alternativa viable a corto y medio plazo hasta conseguir que la propulsión eléctrica en las motos permita el mismo rendimiento que se alcanza en la actualidad con los motores de combustión.