Organizado por la Federación Portuguesa de Motociclismo, reúne cada año a los apasionados y duros ruteros que se atreven con el exigente trazado que conforman los más de 1.000 kilómetros de recorrido a realizar en dos jornadas de más de 12 horas de conducción. En esta ocasión correspondía recorrer el país vecino en dirección norte-sur, comenzando en la localidad de Mogadouro, en el noreste tramontano, para poner punto final en Lagoa, en la parte occidental del Algarve.
Como es habitual, la jornada del jueves transcurrió con las verificaciones técnicas, entrega de documentación («road-book» imprescindible), dorsales… Y la toma de contacto con las carreteras, pistas y caminos en la etapa prólogo por el nordeste tramontano.
Con las inscripciones cubiertas hacía tiempo, la organización admitió a 1.200 motos organizadas en equipos de dos motos, con una presencia mínima, aunque subiendo, de motards españoles (31), entre los que estábamos los 16 representantes del Club Turismoto, así como una representación simbólica de Angola, Hungría, Ucrania y Rumanía. Asímismo, es de destacar la participación de 24 valientes mujeres conductoras y cuatro pilotos que sobrepasaban los 70 años.
Todo tipo de motos conforman la peculiar plantilla de más de 1.200 máquinas de todo tipo, aunque con una mayoría aplastante de motos trail y alguna enduro, dejándose ver cada vez más las turismo, algunos scooter, entusiastas de las Vespa, Casals de 50 c.c y varios sidecares. En marcas se lleva la palma BMW, que con su polivalente trail GS 1200 arrasa. Cada uno a su ritmo, todas las motos conforman un plantel de lo más variopinto y animado.
Después de una edición 2010 benévola, climatológicamente hablando, esta ocasión prometía calor y del bueno. Así nos lo hacía ver la organización con la ola de calor anunciada para todo el fi n de semana, con continuos consejos de beber mucha agua para no deshidratarnos y con abundantes puestos de avituallamiento a lo largo del recorrido, en el que soportamos temperaturas de más de 40º C. Los puestos que normalmente coincidían con los 20 controles secretos repartidos estratégicamente a lo largo de todo el recorrido y llevados con un especial humor y simpatía por parte de los motoclubes encargados en cada provincia, 16 en total, colaboran con la sección de Turismo de la Federación Portuguesa y en cada zona de paso con control secreto, montaban su propio «show».
Así te podías encontrar a la salida de una curva con los «tradicionales y divertidos agricultores» de Gouveia, al principio de la primera etapa; a «seudoperiodistas de TV» del Moto Club Albufeira «filmando» y acribillándote a preguntas; a los «trogloditas» de la cueva de Penha García; al clero en pleno en la parte alta de la Señora de la Roca; al «Vespista» espectacularmente accidentado en plena ciénaga, y un sinfí n de «cuadros teatrales» para animar y hacer más llevadero el largo recorrido. Así, siempre hay ocasión para unas risas y unas fotos.
Como la infinidad de ellas que se hicieron con unos conocidos actores portugueses, o con los dos pilotos veteranos del «Dakar», también participantes en este rally maratón (importante no intentar seguirles). Más sorprendentes controles de paso con historia y diversión: el cruce de un puente réplica a escala del famoso del 25 de Abril de Lisboa, con cabina y barrera, y al que añadieron su propio Cristo Rey, del que carecía; la broma marcada en forma de subida imposible a la montaña, la Taurus Castle Village, preparada por los chicos del MotoGalos de Barcelos.; los controles situados en pleno vadeo de ríos, uno desde la moto y otro con acceso al río a pie, con los controladores «picando» instalados en colchonetas de plástico.
¡Diferentes formas de refrescarse!
Pasos obligados por lugares estratégicos de la rica historia de nuestro país vecino que te hacían llegar al mismo centro de antiguos pueblos con historia. Castillos (o ruinas), iglesias, puentes, ríos, embalses, paisaje espectacular siempre para una ruta maratoniana con fuerte inclinación turística recorriendo lo más genuino que Portugal te puede ofrecer.
En esta edición la organización quiso hacer un guiño a los motards españoles con unos kilómetros por nuestro país, cruzando por el espectacular puente de Alcántara y regresando a suelo portugués después de circular por carreteras de largas rectas recién asfaltadas y sin ningún aliciente especial.
En suma, un auténtico fi n de semana de moto, moto y más moto (12 horas cada día, más viajes de ida y regreso), contando con una excelente y amigable organización dispuesta a ayudar y agradar en todo lo necesario, y la amabilidad y recibimiento de los vecinos de los pueblos, hacen que el «Lés-a-Lés» (de punta a punta, en portugués) enganche y nos ayude a pensar un poco más en el bello país y los buenos vecinos que tenemos y a los que, en muchas ocasiones, no consideramos como se merecen y les damos la espalda. Los que se animen el año que viene pueden ya apuntar las fechas en su agenda personal: del 7 al 9 de junio, la 14ª Portugal Lés-a-Lés.
